miércoles, 10 de abril de 2013

Capítulo 7 -Summer Love (Zayn)




CAPÍTULO 7

Le besaste, mientras un escalofrío recorría todo tu cuerpo, de pies a cabeza. Notabas la energía circular por tus venas, la adrenalina juguetear por tu estómago y una pequeña sonrisa intentando florecer en tu boca. Vuestros labios se separan y ambas sonrisas iluminan la cueva que ya está casi entera oscura por que ya es de noche. 
-Bueno he hecho lo que me has pedido, dame tu sorpresa.- Dices con cara de pena. Él sonríe al verte. Es precioso y con esa sonrisa mucho más.
-Jo, debería hacerte rabiar un poco más, pero estas tan mona así.- Sonríe y vuelve a besarte. Te susurra- Ven pequeña.
Coge tu mano y te levanta con él. Agarra tu cintura y te apega a la suya. Tu mano revolotea en su pelo, mientras algo brota en tu corazón. Es amor, pero para que negarlo, es mirarlo y algo se altera en ti, todos tuS pensamientos se centran en mirarle, en estar cerca de él, en volver a tocar sus labios..
De pronto se para frente a la barca que hay parada en la arena. Lleva ahí desde que llegasteis. 
-¿Me permite señorita?- Hace un a reverencia y te da la mano para ayudarte a subir.
-No me lo puedo creer Zayn, ¿vamos a dar un paseo en barca?
-Pillas muy bien el concepto de montarte en una barca, ¿eh?- Dice mientras se sube.- Eres la novia más lista que he tenido.
Seguías sin creerte que fueras su novia. No habías dicho nada, pero vuestros besos hablaban por sí solos. 
-Te consiento la broma, pero porque te quiero.
-¿Cuánto me quieres?
-Mucho.- Dices con voz de niña pequeña.
-Demuestramelo pequeñaja.
Agarras su cara y le besas con fuerza intentando expresar lo mucho que le amas, pero no es suficiente. Lo que sientes sobrepasa los límites.
Comenzó a remar a mar a dentro. Salisteis de aquella cueva y viste como la luna dejaba una estela blanca difuminada por todo el mar. De pronto te centraste en sus brazos, que se movían para dar fuerza a los remos. Le miraste a los ojos, te sonrió. De nuevo esas cosquillas de tu estómago volvieron al ataque. Este chico te mataba a cada movimiento. 
-¿En que piensas ______? 
-En ti.- Sonríe. Hace una pausa y habla.
-Ven aquí princesa.- Para la barca en mitad del mar.
Te levantas y te pones a su lado. Había una zona en la barca, que era un asiento enorme, en el que os tumbasteis. Zayn puso su mano bajo su cabeza con la otra rodeaba tu cuerpo. Tú estabas tumbada a su lado, con la cabeza apoyada en su pecho.
-_______, te quiero.
Algo se reveló en tu interior. Algo tan fuerte como el amor. Algo como el impulso de besarle. Lo hiciste.
-Yo te quiero, Zayn.- Le susurraste.
Volviste a apoyar tu cabeza en su pecho y él comenzó a acariciarte. A cada caricia más te enamorabas. Notabas los latidos de su corazón, iban al mismo ritmo que los tuyos. Te centraste en el sonido de su respiración que te hacía cosquillas en el cuello. Te centraste en él. Cerraste los ojos y te dejaste llevar por sus caricias. En sus susurros.
-Jamás me había enamorado, y creo que estoy probando nuevas experiencias.- Dice él.
-¿Nunca? Imposible.
-Jamás. Nunca he sentido algo que me impulse a quedarme con esa chica el resto de mi vida. Nunca he sentido esto que me pasa contigo.- Hablaba lento, tranquilo, sincero, dejándose llevar por la tranquilidad del mar.
-¿Qué sientes conmigo?
-Algo.. un poco inexplicable... algo que me obliga a tenerte cerca, a besarte, a protegerte, a... amarte. Eres mi pequeña droga. Y no quiero dejar este vicio que tengo por ti. Quiero estar contigo para siempre.
-Pero, yo no creo en los "para siempre".
-Pues quédate conmigo y creerás.
-¿Pero y si te dejo de gustar algún día?
-Pues sonríe, es mi debilidad. Nunca dejes de hacerlo, por favor. 
-Jamás. Te lo prometo.- Levantó su mano, hiciste lo mismo y entrelazasteis vuestros dedos.
-Te quiero a mi lado, cada noche, a cada sonrisa, a cada minuto de mi vida.
-Y yo Zayn, no se como voy a dormir hoy teniéndote tan lejos de mi.
-Pues duerme conmigo. 
-Algo difícil.
-Pequeña, aunque no esté de verdad, siempre estaré aquí.- Su dedo señala tu corazón.
-Eso no lo dudes.
Sus caricias bajaron por tu cuello, por tu espalda. Al mismo ritmo comenzó a cantarte en bajo la canción "Little Things". Cerraste los ojos, todo era un sueño. Un perfecto sueño del que no querías despertar. Te dejabas llevar por sus palabras, sus notas, sus caricias... hasta que te dormiste en su pecho.

FIN DEL SÉPTIMO CAPÍTULO



No hay comentarios:

Publicar un comentario