miércoles, 24 de abril de 2013

Capítulo 19 -Summer Love (Zayn)

CAPÍTULO 19
"NO SOY FUERTE"


Seguías sin creértelo. Se había esfumado, lo habías perdido por ser estúpida, por jugar con otro. 
La sirena de la ambulancia suena de fondo. Deberías ir al hospital y preguntar por Harry y su estado, pero no quieres. No quieres verle, él te ha hecho perder al chico del que estás enamorada.
El suelo te raspa las rodillas, así que decides levantarte. No eres consciente de donde te llevan los pies, pero cuando te quieres dar cuenta estas sentada en la orilla del mar. La arena acaricia tus pies. Abrazas tus rodillas y escondes la cabeza en ellas, ahora que estas sola rompes a llorar, todas las lágrimas que antes habías guardado. Te insultas, te desprecias. Por la estupidez que has cometido. 
De pronto sientes una mano caliente en tu hombro, te giras, es Liam. Te mira con preocupación mientras se sienta a tu lado. Vuestros hombros están juntos. Te apoyas en uno de ellos, y lloras. Te acaricia levemente.
-No se que decirte _________.- Dice tímido. 
-No digas nada, no me servirá.
-Y no te lo mereces.- Dice la voz de Niall a tu espalda.
Le notas, se ha sentado a tu lado, pero no quieres levantar la cabeza del hombro de tu amigo.
-Déjala Niall..- Dice Liam en un tono pacifista.
-¿Qué la deje? No la voy a dejar, a la niña caprichosa.- Su tono es de castigo, como un padre cuando haces algo mal y te regaña. No quieres que esté así, no te ayuda.- Caprichosa, porque tiene un novio fantástico pero como se le cruza un tipo atractivo que la puede mantener entretenida lo arriesga todo por un estúpido beso, pierde a su novio y ¿qué hace? Llorar como si fuera débil, cuando tú siempre eres fuerte ________.
-Niall calláte.- Liam se estaba poniendo nervioso. Sabías que no quería que Niall tocará este tema, pero lo hizo.
-No siempre soy fuerte Niall.- Susurras. "Cambia de tema, no lo pienes" Piensas.
-¿Cuándo no lo has sido? Dímelo.
-En la muerte de mis padres Niall- Gritas ya. Te apartas del hombro de Liam y le miras a la cara, lo mejor que te permite la oscuridad y las lagrimas en tus ojos.- En su muerte. Pude haber dejado pasar eso de ir ese centro comercial, eso de comprarme la dichosa muñequita, pero fuimos, y explotaron las bombas, tenía miedo con la primera, y de haber sido fuerte mi padre no hubiera venido a protegerme, pero lo hizo y la bomba lo mato a él en vez de a mí. Mi madre murió al venirme a consolar, ¿por qué? Porque no fui fuerte. Si lo hubiera sido, ellos seguirían conmigo.
Se hace el silencio entre vosotros, y el rugir de las olas del mar te pita en los oídos. Una agonía te empieza a invadir lentamente por tu cuerpo. Te empieza a costar respirar. 
>Nunca has contado esta historia, la gente que lo sabía era la suficiente. Eras hija única. Tú tenías siete recién cumplidos años, era tu cumpleaños, y claro tus padres querían comprarte tu regalo. Tú estabas enloquecida con la nueva muñeca del mercado, todas tus amigas la tenían y tú la querías. Tus padres te aconsejaron otras, ya que nunca habéis sido una familia acomodada, el dinero escaseaba cada mes, ya que tu padre tubo un tumor que hubo que operar (del que más tarde le amputaron la pierna derecha) y como era tan cara tuvisteis que perder todos los ahorros y invertirlos en su enfermedad, pero tu querías la muñeca más que a nada. Y te costó su muerte.
>Fuisteis al centro comercial más cercano a tu casa, el "ShopTop". Era enorme, tenía cuatro plantas, y los días en los que podías ir te sentías tan feliz de ver tantas luces, gente contenta... Pero ese día, no sería un día de sonrisas. Fuisteis a la planta de juguetes, entrasteis en una tienda muy famosa y fuisteis a por la muñeca. Cuando estabas frente al estante muy ilusionada, las luces se apagaron. No veías ni tus propias manos. En todo el centro comercial las luces se desvanecieron sin sentido. Gritaste, tenías miedo. 
-¿Mamá? ¿Papá? ¿Dónde estáis?- Gritabas lo mejor que tu dulce e inocente voz te permitía.
De pronto oíste un estruendo, y una luz cegadora. Provenía de ocho estantes más lejos de ti. Se encendieron las luces de emergencia, y viste una silueta en el suelo. Llevaba la misma camisa de cuadros que tu padre. Era él. Estaba a seis metros de ti.
-¡Papá! Tengo miedo, ¿qué está pasando?- Decías llorando. Estabas sola, sentada en ese frío suelo de mármol.
Empezó a sonar unos pitidos. Había como una especie de reloj a tu lado en cuenta atrás. 15 segundos, 14, 13...
-NO, CIELO, NO.- Gritó.
Tu padre se levantó del suelo y fue corriendo a tu lado. Te levantó en los aires. 10, 9, 8..
-Cariño, escúchame, por favor.- Tu no parabas de llorar, y mirar a todos los lados.- ¡MÍRAME!- Le miraste, tenías miedo.- Recuerda por siempre, que te quiero ¿vale?- Asientes.- Eres lo mejor de mi vida.
5, 4, 3...
-Ahora corre, tú que puedes.
-¿Qué corra? ¿A dónde?
-¡¡CORRE!!
Te baja del suelo, y te da un empujón, sales corriendo saltando sus muletas que están tiradas en el suelo. Corres. Miras atrás, está mirando con una de sus dulces sonrisas. Corres más rápido. Ya has avanzado cinco estantes. 1, 0.
PUM. Otra luz cegadora, y un estruendo que hacen que te piten los oídos. El suelo tiembla y hace que te caigas de boca al suelo. Cuando pasan unos momentos de tranquilidad,comienzan gritos de agonía y cuando tú crees que puedes levantarte vas a buscar a tu padre. Pero el estante esta derruido, las muñecas rotas esparcidas por el suelo, y tu padre está en el suelo sin su pierna buena. Esta casi desmembrado. Tus piernas tiemblan mucho y te fallan. Caes al suelo. Lloras desconsoladamente. Te escondes entre el pecho ensangrentado de tu padre. Tienes miedo, mucho miedo.
-Papá!!!!!!! Respira, dime algo por favor. Papá tengo miedo.
De pronto oyes un sollozo tras de ti. Te giras y ves a tu madre tapándose la boca. Sabes que está intentando ser valiente, tanto como tú has sido al ir a buscarle. Te coge en brazos y corréis. Te saca de la tienda. El pasillo principal está iluminado, va en esa dirección. En las escaleras se para y te sienta en un escalón. 
-Cariño, tranquila.- Te acaricia la mejilla muy suavemente- Voy un momento a la tienda, me he dejado una cosa allí.
-No mamá no vayas allí. Por favor quédate aquí. No quiero que te vayas.- No sabías que tenía que coger, puede que fuera importante.
-Cariño, serán dos minutos. Cierra los ojos, piensa en algo bonito y cuando los abras estaré a tu lado, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Te besa la mejilla y se levanta. Tú cierras los ojos y te dejas llevar por la imaginación. 
>Ves un prado verde, una manta y una cesta de picnic. Corres a sentarte la primera, de pronto ves a tu madre preparándote un sándwich. Sonríes al verla, está tan guapa con esa camisa rosa. Te mira tan dulcemente. Es preciosa. Entonces alguien empieza a hacerte cosquillas. Ríes, ríes muy alto. Él también ríe. Es un hombre muy atractivo, alto, robusto, pelo alborotado castaño, como el tuyo, y una amplia sonrisa. Es tu padre. Pero de pronto le ves tirado en el suelo de un centro comercial, ensangrentado con escombros a todos lados. 
Entonces abres los ojos y empiezas a gritar. 
-¡¡MAMÁÁÁÁÁ!! VUELVE, TENGO MIEDO. ¿DÓNDE ESTÁS? VEN CONMIGO.
La ves correr. Tú lloras, mucho. Necesitas abrazarte a ella, que te mime y te cuide. La necesitas cerca, pero antes de avanzar un paso más sale volando por los aires por una explosión cercana. Tanto que la ha atrapado. Sientes un cosquilleo en el estómago que crece, sube, sube más y se transforma en un grito a todo pulmón.>

-Desde entonces me prometí ser fuerte, desde que los perdí por ser tan caprichosa. Pero todos caemos dos veces en la misma piedra, Niall.

FIN DEL DÉCIMO NOVENO CAPÍTULO

No hay comentarios:

Publicar un comentario