miércoles, 26 de junio de 2013

Capítulo 4 -DTD

CAPÍTULO 4
"Noticias y una fiesta"
MARATÓN (1/4)

Cuando vuelvo a abrir los ojos mi cuerpo empieza a tiritar del frío, me he dejado la ventana abierta. Apago el despertador y me voy a la ducha. Me encanta ver como el vaho se impregna en la mampara y dibujo tonterías, mientras todas las demás gotas hacen carreras por mi piel. El agua caliente me quita el frío. Me enjabono el pelo y la piel, al salir de la ducha todo el vapor sale disparado e inunda mi baño.
Me visto, mientras mi pelo se seca. 
Y-o-U
Se me ondula todo el pelo, total no me queda tan mal, me lo dejo así. Bajo a la cocina, y veo correo debajo de la puerta. 
Facturas, facturas... una carta a mi nombre. De la asociación "Plan d". Oh dios mío, es de las mejores academias de danza que hay en Doncaster.
 Estuve apuntada en esa escuela desde los cinco años hasta que me diagnosticaron mi enfermedad, allí tenía amigos y casi familiares, eran mi familia de pega, pero lo tuve que dejar al nacer mi obstáculo, me di de baja, así que no entiendo que me llegue una carta ahora de ellos, solo me llegan chritsmas pero en navidad, no en septiembre.
Me voy a la cocina y mientras preparo el desayuno, la leo.

Estimada señorita Brown:
En honor al trigésimo aniversario de esta compañía de danza, sería para nosotros todo un honor invitarla a nuestra cena de gala que se celebrará el 24 de Septiembre en el hotel 'NH Princess Palace'. Se realizaran unas actuaciones clasificadas para el próximo festival internacional y habrá menciones de honor, está claro, todo acompañado de una maravillosa cena de lujo de la mano de los mejore chefs del hotel.
Máximo de un acompañante por invitación.
Sería un gusto verla de nuevo con nosotros.
Muchos besos, Gracie Alcántara (Directora jefe de la academia)

En el fondo del sobre se encuentran dos invitaciones. El papel se ondula ligeramente, me tiemblan las manos. Que vuelvan a acordarse de mí tras dos duros y lejanos años es una satisfacción demasiado grande, tanto que es como si notara como la sangre circula por todo mi cuerpo, como tengo ganas de saltar, gritar... Me inunda la felicidad desde la punta de los pies hasta la cabeza.
Aceptaré encantada- pienso.


-Sí claro que puedo ayudarte.- La veo sonreír, me encanta que lo haga, es preciosa aunque no lo crea.
-Gracias Stephanie.- La devuelvo la sonrisa y vuelvo a la charla de clase antes de que el profesor quiera matarme.
Stephanie es una compañera de clase desde hace tres años, desde entonces compartimos la mayoría de las clases. Es una marginada como yo, bueno prefiero calificarnos como poco populares o sociables. Es rubia, de ojos azules, con gafas siempre a juego con sus modelitos, viste normal, como yo es otra chica del montón, pero lo que la destaca es su sonrisa es preciosa, lo que pasa es que es muy tímida y pasa muy bien desapercibida.
Su madre tiene la mejor tienda de vestidos del barrio, necesito uno para la fiesta de la academia, seguro que ella puede ayudarme a encontrar el adecuado. Es muy buena con la moda, yo apostaría el cuello a que puede llegar a ser una gran diseñadora.
De pronto me llega una notita: "A las seis quedamos en la tienda"
"Allí estaré"- respondo. 

Cuando suena el timbre de final de clase, salgo junto a Andy.
-Tengo que contarte un noticion sis (diminutivo de sister). 
-Dime.
-¡Preciosas!
La voz procede de mi espalda, demasiado cerca para ser otras chicas. Me giro y veo a Louis apoyado en su coche.
-Anda, ¿que haces tú aquí?- Pregunto mientras nos acercamos a él.
-He venido a buscaros, os invito a comer fuera, tengo una buena noticia.
-Mira otro como Chloe- Responde Andy.
-¿Sí? Bueno lo hablamos allí, montaos.
-¿Andy tú no deberías pedir permiso?- Pregunto.
-Sí, luego llamo a mis padres.
Acepto y entro en el coche. Me siento donde el copiloto y Andy en la parte trasera. Louis, está claro, conduce. No sé exactamente a donde vamos, pero no me importa, cuanto menos tiempo pase en mi casa mejor.
-Louis, dentro de unos meses te sustituiré, estoy ya yendo a clases para sacarme el carnet.-  Se burla Andy.
-¿En serio? Bueno, hasta que no tengas tu coche os llevaré yo.
-No, puedo conducir yo el tuyo.
-Jajaja que te lo crees tú.
-Oh vamos Louis, me lo tendrás que prestar...
Mientras ellos siguen discutiendo mi cabeza desconecta y se mete a su mundo de fantasía. No sé por qué de repente empiezo a pensar en la fiesta del sábado, veo a Louis sonriendo, burlandose con Andy, merece ir a la fiesta.
Llegamos al restaurante, bueno, de restaurante tiene poco, es un McDonald´s.
-Louis, cariño, ¿no tienes paga?- Bromeo mientras salgo del coche.
-Ja ja y ja. No es eso, es que tenía ganas de grasa, y como soy yo el que pago, yo elijo.- Me dice mientras me revolotea el pelo, sabe que lo odio.
-Louis, yo te mato.- Y empiezo a correr tras de él por el parking.
Las sandalias no ayudan mucho, pero cuando lo tengo delante, me subo a su espalda mientras él no para de reír. Me agarro a su cuello y ya tan solo se limita a andar y dirigirse a la entrada del local.
-¡Tortolitos! Esperadme.- Grita Andy por detrás de nosotros.
Me empiezan a sudar las manos y me pongo nerviosa cuando dice eso. ¿Por qué lo dice?
-Deja de decir estupideces y mueve el culo Andy.- La grito.
-Déjala, a mi no me molesta que diga eso.
Sigo a su espalda, y noto como sus brazos, fuertes como las rocas, me sujetan. Tengo mi pecho pegado al suyo, pequeños detalles de los que antes no me había dado cuenta y que ahora me incomodan. Somos amigos, lo sé, y puedo repetirmelo mil veces, pero estás cosas me descolocan además Louis siempre tiene esos momentos tan inoportunos que me pilla en banda con sus comentarios. 
Andy se coloca a nuestro lado y yo me bajo de su espalda. Estoy entre medias de los dos, pero bajo la cabeza, no quiero que me vean con las mejillas tan rojas como el vestido de Andy.
Mientras ella entra en el local, noto como un brazo rodea mis hombros, y unos labios se acercan a mis oídos.
-Me encanta verte ruborizada, estás preciosa, no te escondas.- Me susurra su dulce voz. 
Noto correr electricidad por mis venas, tanto que el siguiente paso que doy parezco querer romper el suelo que hay a mis pies.


Fin del capítulo

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