domingo, 30 de junio de 2013

Capítulo 11 -DTD

CAPÍTULO 11

Después de haber terminado nuestras tonterías bajamos a la calle, aunque estemos en septiembre parece un día de primavera. Me lleva cogida de la cintura y no borra en ningún momento su sonrisa. Andamos por el barrio, me apetecía mucho respirar aire fresco, que el viento me diera en la cara, que los rayos de sol acariciaran mi piel, disfrutar de todo un poco.
-Mañana tengo que ir al fisioterapeuta, tengo que hacer lo de los ejercicios para el pie.- Le empiezo a contar.
-Yo voy contigo.
-Es a las diez.
-Vale.- Y me besa la mejilla.- ¿Sigues teniendo miedo de como reaccione tu pie?
-Sí bastante, porque cuando pienso en que se va a mover, en que puedo lograr volver a bailar después pienso que son falsas esperanzas, que me quedaré así siempre y me deprimo.- Me rodea con su brazo derecho y me estrecha contra su cuerpo.
-No te preocupes, tú solo déjate llevar, como el otro día, tu pie hará el resto.
-¿Pero y si no lo hace?
-Lo hará.- No puedo creer que tenga tanta confianza, a mí me escasea.- Ven, ahora no quiero que pienses en nada, solo en mí- Me río mientras él me saca la lengua- fuera de bromas, quiero que desconectes un poco. Sígueme.- Me agarra la mano, muy fuerte, y vamos a dónde yo creo que es el parque del barrio.
"City Park" es el mayor parque de Doncaster, es asombrosamente grande, nunca he llegado a recorrerlo entero. Venía con mi familia y con la de Louis de pequeños y jugábamos a perdernos entre la gran masa de árboles. De noche, da miedo, de día es maravilloso. 
Cruzamos el paso de cebra para llegar a la entrada del parque cuando veo de repente un coche venir en nuestra dirección a máxima velocidad. Las palabras se quedan enganchadas en las cuerdas vocales, solo soy capaz de apretar la mano de Louis muchísimo, cuando se da cuenta me agarra todo el cuerpo y me lleva corriendo a un lado, no puedo reaccionar de la manera que quiero, cuando me doy cuenta estoy tambaleándome en mis pasos, apunto de caer, alguien me sujeta desde atrás, quién va a ser.
El coche para en seco a nuestro lado, en mitad del paso de cebra, se ha llevado a un niño por delante. Cuando me quiero dar cuenta todo el paso de cebra está inundado de gente, rodeándonos a nosotros y a la madre que está llorando en el suelo con su hijo en brazos. Me acerco corriendo a ella soltándome de los brazos de Louis. Me coloco a su lado y examino al niño. Respira. Vuelvo a respirar yo. Ella llora mientras intenta reanimarlo, parece haber perdido el conocimiento. Louis se pone al otro lado de la mujer, ambos la intentamos tranquilizar y ayudar como mejor podemos.
La puerta del coche se abre. Veo unos zapatos negros italianos, perfectamente limpios. Un traje de empresario impecable y una cara poco amigable.
Ahogo un grito con mi mano.
Creo que la que va a perder ahora el conocimiento voy a ser yo. Por el rabillo del ojo veo a Louis, ha dejado de prestar atención al niño, ahora me mira a mí, bueno no solo él, creo que el todo el mundo que está rodeándonos me está observando. Doncaster es una ciudad bastante pequeña, casi todos nos conocemos, y todos saben que el que ha atropellado al inocente niño ha sido mi padre.
Noto los latidos de mi corazón en el oído, como si quisieran dejarme sorda. Mis dedos tiemblan más que mis piernas que parecen de cristal frágil apunto de destrozarse en diminutos trocitos. 
En su cara no se refleja ningún gesto, ninguna expresión que le acuse de algún sentimiento, está tan serio como de costumbre. Tiene los ojos inyectados en sangre, o ha llorado, cosa que dudo mucho, o no ha pegado ojo en toda la noche. Opto por la segunda opción. Mi padre es bastante alto, mide casi dos metros (por eso no me explico mi tamaño de muñeco de Playmobil) y si encima te mira con esos ojos vestido totalmente de negro, pues impone más de lo habitual.
En el círculo se nota la expectación, entre la mirada de mi padre y la mía, tensión. La señora no suelta en ningún momento a su hijo, y aunque los brazos empiezan a fallarla no deja de mirar en ningún momento a mi padre. De pronto él parece darse cuenta de que ha atropellado a alguien.
Se rompe el silencio.
-La próxima vez mire por dónde va.- Todos nos quedamos asombrados, en especial yo.
-¿Disculpe?- La señora se quita las lágrimas de la cara y se incorpora, Louis se queda con el niño en sus brazos. Ella se empieza a atacar de los nervios.- ¿Cómo tiene la poca vergüenza de ir a esa velocidad por una calle tan tranquila como esta, saltarse todas las señales, los pasos de cebra, atropellar a mi hijo y encima decirme que la próxima vez mire por dónde voy? ¿De qué va?
-Señora no me voy a rebajar a su nivel, a gritar como si vendiera en un puesto ambulante, porque yo tengo más clase.- ¿Recordáis que os dije que mi padre no quería vivir en este barrio porque solo había "gente de clase media" como los califica, y él es mucho mejor que todos los demás? Aquí tenéis la prueba de que no mentía.- Si tiene un hijo al que le gusta correr por los pasos de cebra sin mirar no es mi problema, lo educa mejor y se acabó.
No doy crédito a lo que está diciendo, y se supone que yo soy la que mejor le conozco.
-Pero.. pero.. es que no me creo que diga estas barbaridades y se quede tan ancho.
-Si me disculpa tengo una reunión bastante importante en Londres y no quiero perder mi vuelo.- Bufo. Una de sus famosas reuniones. Él me escucha y me mira, me callo automáticamente, solo le aguanto la mirada intentando intimidarle cuando realmente el efecto es inverso. 
-Usted no se va a ningún sitio, se viene conmigo a comisaria.- Louis se levanta con el niño inconsciente aún en brazos y se pone al lado de la señora, parece dispuesto a ayudarla, yo en cambio sigo de cuclillas a los pies de todos observando todo, no soy capaz de levantarme, sé que no puedo.
-Mire la vuelvo a repetir que es importante, de todas maneras la dejo mi tarjeta con todos mis datos para que pueda ponerme la denuncia.- Saca una tarjeta del bolsillo de su pantalón y se la coloca en el bolsillo de la camisa de la señora. Después dirige su mirada a mí, vuelvo a oír los latidos de mi corazón y vuelvo a notar como tiritan mis piernas.- También tengo algo para ti.
Se acerca al coche y entra. Por un momento creo que va a cerrar la puerta arrancar el motor y pasar con el coche por encima de mí, acabando el trabajo que no pudo finalizar el día de antes. Louis parece pensar lo mismo ya que da un paso hacia mí, pero no avanza más al verle salir del coche sin nada preocupante. Yo también me relajo, aun que sea un segundo, pero lo hago. Se agacha delante de mí y me ofrece unas llaves.
-Me voy de aquí, no quiero más problemas.
-¿Soy un problema para ti verdad?- Suelto de repente. Me mira serio, profundo.
-Al principio fuiste un reto luego te convertiste en uno de mis mayores problemas. Y sé que ya eres lo suficientemente mayor como para vivir sola, sin mí.
-A ti te dio siempre igual si era mayor o no, desde que mamá no está para ti he sido lo suficientemente autoritaria para vivir sin ti.
-Agg, toma y cállate ya. ¿Tienes que darme problemas hasta el último momento?- Me vuelve a ofrecer la mano, lo que hay dentro de ella. Unas llaves, sus llaves. Las de mi casa. Las cojo sin pensarlo dos veces procurando que no me tiemble el pulso. Cuando me percato de que aún tiene en su mano la pincelada de sangre.
*FLASHBACK*
Me paso lentamente los dedos por la mejilla, me sangra un poco. El dedo se impregna de sangre, y como puedo me levanto, le paso el dedo por la mano haciéndole un pequeño tramo de sangre.
-Para que te acuerdes de mí.- Me mira incrédulo y baja por las escaleras dejando la luz encendida.
*FIN DEL FLASHBACK*
Nos volvemos a retar con las miradas y me dedica un intento de sonrisa. Espero que no lo vuelva a hacer. Se levanta y entra dentro del coche. Pita un par de veces y todos se apartan. La señora recupera a su hijo y se hace a un lado, yo sigo inmóvil. Noto unas frías manos elevarme y llevarme a un lado de la calle. El mono volumen negro acelera y sale como un rayo de la calle, fuera de Doncaster, rumbo a una ciudad lejana de mí. Suspiro aliviada, me giro y abrazo a Louis con todas mis fuerzas. Él me sigue y me acaricia la cabeza, yo intento sonreír pero no sé por qué no puedo, quiero llorar pero tampoco. 
-Ya está se ha ido, no habrá más problemas.
Lo que él no sabía es que los problemas acababan de empezar.


Fin del capítulo

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Buenas!
¿Qué tal? ¿Os esperabais esto o una romántica cita en el parque? Jajaja creo que lo segundo. ¿Y qué creéis que pasará a partir de ahora? Comentadme pls.
Siento haber tardado dos días en escribir, espero no tardar mucho en seguir.
Muchos besos, nos leemos en el siguiente cap!!!!

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