lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo 13 -DTD

CAPÍTULO 13


Las hojas crujen bajo mis pies. El otoño ya empieza a pasar factura, los árboles se van tiñendo de tonos marrones y amarillos, las hojas caen suaves y serenas sobre mi. Mis dedos recorren lentos la corteza de un árbol, rugoso, duro, me raspa las yemas de los dedos, como el sentimiento que me está raspando el corazón.
Voy dando vueltas por el bosque, no sé cuanto tiempo llevo andando pero el sol ya se ha escondido casi entre las altas copas de los robles. Tengo que irme ya a casa, cuando anochezca del todo habrá poca visibilidad, y aunque no quiero dormir en mi cama, tampoco me apetece hacerlo aquí.
Salgo al camino principal de arena que me llevará a la salida del parque, hay alguna farola de vez en cuando, así es más fácil caminar. Veo una silueta como a unos veinte pasos de donde yo estoy, es el tramo que hay entre una farola y otra en el que reina la oscuridad. Es una figura masculina. Está ahí parada, se gira y me mira pero sigo sin saber quien es. Para su camino y me espera. No se si seguir o quedarme quieta. 
La curiosidad mató al gato.
Sigo mi camino hasta pasar a su lado. Me paro. Le conozco, mejor de lo que pensaba. Es Byron, el popular del instituto que me inició la amistad con los JB´s el otro día en la fiesta. No sé si hoy estará igual de agradable que en la fiesta o por el contrario volverá a su postura normal que es tratarme como a los demás, pasando de sus culos y humillándolos.
-Anda mira quién está aquí, mi pequeña alcohólica.- Me pasa el brazo por los hombros, cosa que no quiero que haga. Lo bueno en estos casos es que mi diminuta altura comparada con la suya me permite escabullirme, lo que acabo de hacer en estos momentos. 
-Hola, ¿qué haces tú por aquí a estas horas?- Digo seca.
-Dando un paseo, la cosa es ¿qué hace la niña inocente por aquí a estas horas?
-No soy tan inocente como todos creéis.- No me quita la mirada de encima, sus ojos brillan en la oscuridad incluso y me apuntan como única dirección, me intimida.- Eso es lo que todos pensáis, pero no me conocéis.
-¿Tienes un lado salvaje?- Dice divertido. Le noto algo en la voz, no es su voz normal, algo le ha variado.
-Em... sí, podría decirse..-No me da buena espina este chico ahora mismo, es muy raro que estemos hablando de mi lado "salvaje", es más, ¿que hago yo hablando con él de como soy o dejo de ser?- Bueno Byron, ya nos veremos.
-¿Te vas ya?- Asiento y empiezo a andar aunque sea hasta la siguiente farola, en la luz me siento más segura que en la oscuridad.- Oh, no quédate un rato más, me apetece quedarme contigo un rato.- Me agarra de la cintura y me arrastra hasta su cuerpo. Me abraza por detrás. Noto todo su aliento en mi cuello hasta que llego a olerlo, alcohol. Por eso sus pasos no eran seguros, no tenían una dirección fija, sino que tambaleaban de tanto en cuanto. Me intento escapar de sus fornidos brazos, cuando lo consigo mi mente dice de salir huyendo, pero me quedo en el sitio contemplándolo  Tiene los ojos ensangrentados, no sé por qué. Me da pena, lo bajo que ha caído este chico, las drogas y el alcohol lo han trasformado, y aquí está el resultado, un chico alto, guapo, musculoso echado a perder.
-A...adiós.- Y salgo casi corriendo del parque como es niña inocente que todos piensan que soy.

Al llegar a casa todo está en silencio, oscuro. Enciendo la luz del hall, hay un zapatero, un armario y un espejo. Alrededor de este último hay montones de fotos pegadas con celo, de Louis y yo de pequeños, de Andy y yo juntas haciendo el subnormal, y de mis padres. Las tenemos ahí colgadas como recuerdos. Antes me hacían sonreír ahora me matan lentamente. Me aprisiono la espalda contra la pared como si esos trozos de papel me diesen miedo, estoy frente al espejo. Me miro, mi silueta. Pequeña. En una casa enorme, sola para mí. Sola.
Todas estas palabras vagan por mi mente sin parar, no me las quito de la cabeza. Miro a ambos lados, nadie, oscuridad y soledad es lo que me rodea. Vuelvo a mirar las fotos, pero mi mirada se para en una, la más especial de todas. Mi madre y mi padre me tienen en brazos y me están besando cada uno una mejilla. Me acerco a ella y la arranco con brusquedad, tan nítida, tan bonita. Crash. Veo caer los dos pedazos de la foto sobre mis pies, levanto la vista y veo el resto de fotos con mis padres. Es como si la rabia se apoderara de mi a pasos agigantados, mis manos van por libre. Empiezo a arrancar las fotos, las destrozo y van cayendo los pedacitos al suelo. No sé hace cuanto he empezado a llorar, pero ahora las gotas de agua caen sin freno alguno. No puedo más, no quedan más fotos ni yo tengo más fuerza así que me dejo caer al suelo. Suena el golpe de mi cuerpo contra la tarima, me llevo las manos a la cara y la escondo en mis rodillas. Estoy tirada encima de los recuerdos de mis padres.
No sé si es normal lo que hago, pero es que ahora mismo me siento sola, más que nunca. Cuando mi padre no estaba me sentía así pero había como una parte de mí que estaba tranquila porque sabía que algún día volvería a estar conmigo, ahora sé que ya no lo hará.


Las sábanas parecen agarrarme y no quererme despegar del colchón pero el despertador me amenaza con provocarme dolor de cabeza desde por la mañana, así que lo apago y me levanto. Hoy es un día algo más nublado que el de ayer, pero no hace frío aún.
Bajo los peldaños de las escaleras dejando que la moqueta acaricie mis pies, pero antes de bajar del todo oigo el ruido del exprimidor. ¿Fantasmas? Tonterías, no salen por las mañanas.
Los siguientes pasos escaleras abajo los hago más sigilosos, ¿un ladrón? No creo, un ladrón no se haría un zumo antes de atracar, digo yo. Sigo bajando las escaleras y llego al salón, cojo un cojín y me acerco a la cocina, abro la puerta lentamente y lanzo el cojín con todas mis fuerzas sin mirar.
-¡Ay!- Se queja y se le cae una bandeja que llevaba en la mano.
-Mierda Louis, que susto me has dado.
-Eso debería decirte yo.- Se agacha y coge el cojín y me lo enseña.- ¿Así se dan los buenos días?- Me río avergonzada de mi acto.
-Jaja lo siento, no se quien eras.
-Louis William Tomlinson Austin Troy, encantado.- Y me ofrece la mano. Se la estrecho.
-Chloe Brown James Mckarny, encantada.
-Jaja, ¿desayunamos princesa?
-Sí princeso. Jajaja.
-¿Sabes que tiene doble sentido esa palabra?- Agarro mi plato y voy a la mesa.
-Por qué te crees que la he dicho.- Y le escucho reír.


El fisioterapeuta está a unas cuatro o cinco calles de mi casa así que vamos andando. Estoy muy nerviosa de lo que pueda pasar. 
Al llegar mi fisio me está esperando en la entrada.
-Buenos días Chloe.
-Hola, este es Louis ha venido a acompañarme.
-Ah, vale estupendo. ¿Pasamos dentro y empezamos?- Asiento. Empieza a andar y nos indica la puerta, ando pero mis pasos no son seguros, estoy muy nerviosa. Noto como mi labio inferior tiembla, me agarro fuerte al brazo de Louis.
-No me sueltes.
-Aunque quiera estás pegada como una lapa.
-Oh cállate princeso.- Se ríe y entramos.
La sala es bastante amplia, tiene un espejo en una de las paredes que la ocupa entera, unas pelotas grandes con las que se hace yoga y en una esquina está todo el material como esterillas. Es como un gimnasio o una sala de baile,empiezo a ponerme más nerviosa aún.
Me pide que me siente en una de las pelotas gigantes, le obedezco. Louis se sienta frente a mi en el suelo. 
-No me llames fisio, Chloe, llámame Diego.
-Vale.- Le sonrío.
A mis adentros siento ser tan borde, pero los nervios reinan sobre mí, no puedo ser yo misma. Miro a Louis quien me sonríe dulce, es mi pequeña dosis de fuerza y apoyo.
Diego empieza a masajearme el obstáculo unas cuantas veces y luego empezamos con algunos ejercicios como moverme, correr, saltar a la pata coja.
-Muy bien esto último, ahora un descanso de cinco minutos, ¿vale?
-Perfecto.- Sonrío más ampliamente, los nervios casi han desaparecido, a cada ejercicio en el que veía que mi pie reaccionaba bien un peso se me quitaba de encima.
Diego se acerca al armario de los materiales y Louis se levanta a hablar con él, yo me quedo sentada en el suelo observando mi obstáculo. Me parece increíble que haya reaccionado tan bien.
Me miro en el espejo, hoy parezco más persona que ayer. No le he contado a nadie aún mi arrebato con las fotos que tuve anoche, no creo que lo haga.
De repente empieza a sonar una canción. Mi canción. 'Try' de P!nk. Con ella debuté en la competición más importante de Londres, con ella gané mi título de mejor bailarina del año 2011, desde que me pasó lo del pie no he querido volver a escucharla, la cogí manía, Louis lo sabe, ¿por qué coño me la está poniendo ahora?
Si las miradas matasen Louis ya sería un cadáver.
Se acerca a mí junto con Diego. Me mira sonriente, mi cara es inversa.
-Ahora ponte de pie, vamos a empezar a hacer ejercicios con la música.- Mi mente se niega en rotundo a hacerlo, menos si es con esta canción, pero como mi mente y mi cuerpo parecen ir por libre el uno del otro, me levanto y me coloco a su lado.
-¿Podría ser con otra canción?- Pregunto inocente.
-Terapia de choque, vas a superar tu obstáculo con tu fobia a esta canción.- Me susurra Louis.
Se aleja dos pasos detrás de mi espalda y se para con los brazos cruzados. Nuestras miradas se cruzan en el espejo, no sé por qué estoy haciendo esto, no se si es por él o es por mi, pero sin pensarlo demasiado empiezo a seguir las ordenes de Diego. Mi pie reacciona, ¡mi pie reacciona! Es la canción, es por mi canción. 
Terminada la sesión salimos a la consulta.
-Chloe debo felicitarte a ti y a tu pie, ha respondido mejor de lo que me esperaba. Te doy cita para dentro de dos días.- Y empieza a escribir en un papel.
-¿¡Dentro de dos días!?
-Sí, debemos continuar con la terapia con rapidez quiero comprobar si es que tu pie ha despertado o solamente ha sido hoy el día en el que ha reaccionado. El jueves nos vemos Chloe.- Me entrega la tarjeta de la visita mientras Louis y yo nos vamos de la consulta.
Al salir no se como sentirme, en definitiva no me gusta venir aquí siempre acabo saliendo con las ideas confusas. 


Fin del capítulo

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Hola!!!
Siento haber tardado tanto en subir cap. pero es que estoy de vacaciones con mis amigas y la verdad no tengo mucho tiempo para escribir xD
Por eso este capítulo se lo dedico a ellas, las mejores amigas que nadie puede tener, me roban todo el tiempo y las sonrisas que tengo, y jamás se lo podré agradecer tanto como ellas se lo merecen. Un doce infinito.
Nos leemos en el siguiente capitulo chiquitines. :D

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