martes, 9 de julio de 2013

Capítulo 14 -DTD

CAPÍTULO 14
"Éxtasis"


Al terminar la sesión invito a Louis a mi casa, no quiero pasar tanto tiempo a solas y desde que estamos juntos no hemos tenido ningún momento romántico. Yo no soy de relaciones empalagosas, no soy una princesa, no vivo en un cuento y no busco un príncipe que me entregue mi zapato perdido pero eso no quita que no quiera hacer mi propia versión del cuento, algo alternativo. Me gusta quedar con Louis para hacer el idiota, ver una película y hacer más el idiota, para mí eso es lo más romántico del mundo, verle sonreír.
-Chloe, ¿qué ha pasado aquí?- Dice al entrar en el vestíbulo. 
<Mierda, se me olvidó recogerlas>-pienso.
-Eh, nada, ya te contaré más tarde.-Y le empujo dentro del salón.
Corre a tumbarse en el sofá. No creo en las almas gemelas, ni en la media naranja, es más yo estoy segura de que soy una lechuga, pero sí creo en tener alguien especial, un polo opuesto que sin saber como el universo te lo cruza en tu camino, para bien o para mal, Louis es mi polo opuesto.
Pongo ambos brazos en mis caderas y le miro divertida, aunque muevo la cabeza de un lado a otro en señal de negación, aunque no puedo evitar reírme. Se levanta lento con una sonrisa ladeada, y acaba corriendo hacia mí. La adrenalina parece correr por mis venas, grito mientras me coge por la cintura, me sube a sus hombros, ahora los gritos han pasado a ser carcajadas libres y sueltas que recorren cada esquina de la habitación.
-Louis, tengo complejo de saco de patatas.- Solo le oigo reír.
Sigue andando, mientras me hace cosquillas. No soporto las cosquillas, y por eso me las hace, son una forma de tortura a carcajadas. De repente noto más calor que el de mi casa, levanto como puedo la cara, es mi jardín. Ya veo el objetivo de Louis.
-Oh, no ni se te ocurra. Louis, ¡te mato!
Coge carrerilla y sale corriendo, pega un salto. La energía circula sin control por todo mi cuerpo, nuestras carcajadas se unen al unísono, estamos en un completo éxtasis. Noto poco a poco como las frías gotas invaden todo mi cuerpo.
"PLOF"
Mi piscina normalmente suele estar congelada, pero hoy está a una temperatura más decente, ¿o soy yo la que ha cambiado la temperatura?
Subo a la superficie a coger aire, él me sigue por detrás. Me abraza y me empieza a besar el cuello lentamente, subiendo poco a poco, sutilmente me muerde la oreja. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo de arriba a abajo, como una oleada de energía. La piel se me eriza, pero sigo sin tener frío. Compagina sus besos ahora con sus delicados dedos, fríos y largos que se deslizan sin problema por mi piel. Me acarician lentamente la parte baja del estómago, baja la cremallera de mi pantalón y me lo quita poco a poco, sin prisas. El pantalón empieza a flotar en la superficie del agua, lo cojo y lo tiro fuera, sin parar un segundo coge el borde de mi camiseta y me la empieza a subir hasta que me la quita y la tira fuera de la piscina. Me giro para hacerle lo mismo, su camiseta se desenvuelve rápidamente de su marcado cuerpo, acaricio su abdomen notando cada músculo, bajo hasta el pantalón para desabrochárselo y quitárselo.
Siento la necesidad de notar sus labios con los míos, besarle hasta no poder más. El sol empieza a hacerse un hueco entre el grupo de nubes que cubre nuestras cabezas, acaricia nuestros cuerpos semi-desnudos. Sus manos giran mi cuerpo para colocarme frente a él, me mira deseoso, me muestra una sonrisa ladina. No aguanto más. Me acerco poco hasta que rompo la distancia que había entre nosotros, era escasa pero dolía más que nada. 
Sus labios son finos, delicados, parecen frágiles al besarlos, para mí son perfectos. Sus manos empiezan a acariciar mi espalda de arriba a abajo, las mías revuelven su pelo mojado. Enlazo mis piernas sobre su abdomen mientras el me pega más, aunque sabe que es imposible a no ser que nos mezclemos en un mismo cuerpo, lo dicho, imposible.
Al principio sus besos son lentos, románticos, tranquilos pero poco a poco empiezan a enloquecer, a coger velocidad, hasta que ambos perdemos el control. Me coge y me sumerge dentro del agua sin soltarme de su cuerpo, no paramos nuestros besos. Siento como me pinchan los pulmones, como se me tensa todo el cuerpo y me pica la garganta y a la vez siento todo lo que los labios de Louis me transmiten, es una sensación maravillosa. Salimos de nuevo a la superficie, ambos necesitamos aire. 
Yo no soy directora de mis actos, mis manos le acarician sin control, mis besos enloquecen al son de los suyos, él tampoco es capitán de sus actos, ambos nos dejamos llevar por las hormonas que inundan está piscina.
Pero noto de repente unos dedos que van por un mal camino, bajan hasta mis bragas y las empieza a deshacer de mi cintura, otra mano empieza a acariciar mi sujetador. Mis manos siguen locas por la nuca de Louis y nuestros besos no cesan. Los dedos ágiles empiezan a deshacerse de la braga lentamente como queriendo congelar el momento.
-¡No! Espera Louis.- Le separo rápido de mi cuerpo.- No...- Empiezo a ruborizarme lo noto, y la vergüenza empieza a apoderarse de mí.- No creo que quiera hacer... esto.. ya sabes.. ahora.
Estaba loca por sus labios, ansiosa de tenerlo cerca a él, pero yo sigo teniendo diecisiete años, sé que él no es virgen, está claro, pero yo sí y aunque no me importaría dejar de serlo con él no creo que este sea el momento, simplemente no estoy preparada.
No quiero mirarle, debe pensar que soy estúpida. Él quiere algo más de esta relación y lo veo normal, siempre en las relaciones ha convivido con el sexo, y yo le estoy privando de ello. 
Me deshago completamente de sus brazos y sus dedos salvajes y huyo como puedo de la piscina, salgo por las escalerillas y corro hacia mi casa. Parece que alguien me está persiguiendo, que me van a matar, pero solo huyo por miedo a las consecuencias de mis actos. Subo a mi habitación mientras algunas valientes gotas se escapan de mis ojos. Me encierro en mi habitación, bajo mis sábanas y solo dejo escapar mis lágrimas como se merecen.
No me ha dado ni dos minutoss para llorar a gusto cuando oigo el crujir de la puerta de mi habitación. Estoy dada la vuelta, totalmente cubierta por las sábanas y mi cara pegada a la almohada la cuál está totalmente impregnada de lágrimas. Solo oigo pasos que se acercan a  mí, se sienta y se tumba a mi lado. Parece temeroso de lo que hace, pero me abraza ante todo. Salgo de las sábanas, está tumbado junto a mí. Nos quedamos ambos a la altura de nuestros ojos, los míos están llorosos los suyos siguen con ese azul tan precioso que mata incluso a kilómetros de distancia.
Sus fríos dedos acarician mi mejilla poco a poco.
-No te preocupes, no me importa esperar por ti.-Me besa la mejilla calmando todo mi ser, como si todo el caos que reinaba sobre mí desapareciera con un simple gesto- No quiero presionarte, te quiero demasiado para hacerlo.
Me escondo en su pecho bajo sus fornidos brazos, hasta que me duermo con sus dulces besos sobre mi pelo.


Fin del capítulo

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Buenas!
Hacía mucho que no había un poco de acción amorosa en la novela, así que mejor forma que esta, ¿no?
COMENTADME, que hace mucho que no lo hacéis y me gusta leeros.
Muchos besos, nos leemos en el siguiente cap.

3 comentarios:

  1. yo en su caso y en la situación ni me lo pensaba!!

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  2. Yo lo que no entiendo es que llore, si es ella la que ha cortado el rollo, el que tendría que llorar es Louis que le ha dejado a medias XD :P Como siempre buenísimo!

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