domingo, 21 de julio de 2013

Capítulo 17 -DTD

CAPÍTULO 17
"Warrior"

Cierro los ojos y aspiro toda la posible cantidad de aire que pueda llenar mis pulmones. El olor a barniz viejo, a sudor, a talento se filtra entre mis fosas nasales. Noto como su mano agarra la mía, me acaricia uno a uno todos los nudillos. Abro los ojos y al girar la cabeza veo esa mirada penetrante azulosa y esa sonrisa sumamente perfecta. 
-Gracias, no sé que hacemos aquí pero gracias.
-Yo te diré que hacemos.
Se vuelve a despegar de mí y a andar hasta el otro extremo del escenario, opuesto al que había ido antes para encender las luces. Empiezo a escuchar notas, una canción, 'el Cascanueces'. Como no se me ha ocurrido antes. Chloe, que inteligente eres.
Miro al frente y por un momento siento todas aquellas miradas punzantes que me vijilaban hasta el más mínimo movimiento, y a mis padres en primera fila junto a los de Louis y él claro, mirándome esperanzadores. Puedo ver la sonrisa tierna, maternal de mi madre, esa sonrisa que me decía que todo iba a salir bien. La echo de menos.
Desvaneciendo mis pensamientos noto como coge mis manos haciendo que nuestros brazos sean uno, los eleva haciendo un círculo. No me puedo creer que se acuerde de la coreografía.
-No quiero bailar Louis.- Le susurro por encima de la música.
-Tsss.- Me calla y baja su mano hasta mi estómago.
Mis pies hacen un círculo y sus manos se desizan sobre mi cuerpo. Me eleva sobre su cabeza, echándo yo la mía. Las luces me ciegan, es maravilloso volver a sentirlo. Mis pies vuelven a dejarme sentir el suelo. En un rápido movimiento me deshago de los zapatos, a continuación de los calcetines. La madera fría acaricia mis delicadas plantas de los pies, mi obstáculo para recobrar vida y se cordina con mi pie derecho. Las notas de música parecen envolverme en mis pasos, Louis poco a poco se deshace de mí y se echa a un lado sentándose en el suelo, yo ya no le presto antención solo me dejo llevar por la música. Giro, giro, giro. No he perdido la práctica para no marearme. Y sin pensarlo estoy en punta sobre mi obstáculo girando sobre mi propio eje.
La música clásica parece iluminar el lugar. Brazo, giro, vuelta. La cabeza bien alta, siempre mirando al público. Siento como si el corazón se me fuese a desbocar, como una oleada de descargas eléctricas me recorriesen desde la punta de los pies hasta el pelo, quien vuela libre. Como yo. Giro, giro, giro. Las manos parecen conocerse la ruta, arriba, abajo, vuelta, cogen mi pie y lo elevan por encima de sien. Todo mi cuerpo va acompasado, al orden de las notas, al pie de la letra. Giro, agacho, y postura final.
Solo dejo perdida la mirada en algun punto imaginario creado en las butacas del público. Mi pecho va de arriba a abajo intentando coger el oxígeno que he perdido en la coreografía. No me voy de la postura solo quiero sentir lo que sentí aquella vez, es parecido pero difuminado, no tengo cinco años, sino diecisiéte, no tengo oportunidad de entrar en la academia y no tengo público. Bueno en eso miento. Louis me besa la mejilla colocándose de cuclillas a mi lado.
-Te sienta de miedo bailar, estás preciosa.- Musita con sus finos labios. Volteo la cara con una sonrisa ladina, y me encuentro su rostro a menos distancia de la que creía.
-¿Sólo te has fijado en eso?- Pregunto divertida.
-Imposible, era imposible. No sé si es porque hace mucho que no te veo bailar, o porque nunca has dejado de ser la mejor bailarina de Doncaster, pero has bordado el papel de reina del cascanueces.- Me siento de piernas cruzadas frente a él, me mira dulce. Cierro los ojos y cuando los vuelvo a abrir me veo estrechada bajo sus portentosos brazos.- Siempre has sido increíble en esto, no te frenes por él- se refiere a mi obstáculo- sería una pena perder a una bailarina así por eso.
-Pero Louis, es una enfermedad, como todas, eso lleva sus consecuencias.
-Pero como todas las enfermedades tiene cura, además ahora mismo no se te ha notado ningún problema.- No me suelta de su cuerpo, de todas formas tampoco quiero.
-Lo sé, pero no voy a volver a los escenarios.
-¿Por qué? La verdadera Chloe, la Chloe que yo conozco es la que disfruta de la música, con sus tutús, frente a doscientas personas moviéndose como solo ella sabe.- Suspiro.- Esa eres tú, no te comportes como realmente no quieres, más bien como no eres.
Esa estupidamente sexy boca ha dicho todo lo que yo en estos años no he querido admitir. Yo no soy esta chica que está todo el día en casa, escuchado música pero con los cascos, que cuando se mueve lo hace para andar o estirarse como si fuera un chicle para llegar a la balda de arriba de la cocina, esa no soy yo. Yo soy la chica que se levanta por la mañana sonriente, que camina casi saltando casi bailando y que se tira toda la tarde en la academia frente a un enorme espejo perfeccionando hasta el último movimiento de la coreografía para hacer la mejor performance que jamás haya hecho, esa soy yo. Dedicación, empeño, records, la chica que se supera cada día un poquito más, ¿por qué me he convertido en otra persona, en alguien que no quiero ser? Fría y oscura, apostaría que hasta mi humor a cambiado, solo por esto. Una estúpida enfermedad. Y siempre le he dado toda la importancia a ella, y eso era lo que bloqueaba mi mente al baile, cuando la verdadera importancia la tengo yo y las múltiples sensaciones que siento encima de un escenario, por muy viejo o olvidado que esté.
Este es el fin de mi pesadilla.
-Ponme otra canción.- Digo levantandome y poniéndome recta frente a mi público imaginario.
Se coloca a mi lado besando mi mejilla- Esta eres tú, gracias por darte cuenta.- Y se va a poner de nuevo la música a los estropeados altavoces que yacen sobre nuestras cabezas. 
Que pena no haberme dado cuenta de todo esto antes.


Hemos tenido que buscar por veintemil callejuelas más para dar con un restaurante en condiciones. Yo sigo hambrienta, más aún que he estado haciendo ejercicio. Al entrar miro hacia todos los lados, el local es amplio, con un enorme ventanal que se extiende a nuestra derecha, más de veinte mesas y una enorme barra, lo que me llama la atención es que en las paredes hay colgados numerosos posters de bailarines profesionales, la mayoría dieron sus primeros pasos en el escenario del que venimos, y hay uno que destaca por su tamaño, ocupa más que medio cuerpo de una persona de estatura normal tirando a alta, pero es que la bailarina que está impregnada en el papel soy yo.
Louis me guia hacia una mesa, está en la ventana, son dos bancos uno frente al otro. Una chica de nuestra edad más o menos nos entrega las cartas, Louis se sumerge en ellas, yo por el contrario no quito la vista del poster.
-¿Bueno ya sabéis que vais a pedir?- Nos pregunta la chica, pero con la mirada posada en mi hambriento acompañante. Creo que estoy demasiado en mi mundo para darme cuenta de que se le está insinuando, él levanta la mirada y se topa con un escote más grande de lo esperado, sube más la mirada y sonríe.
-Yo tomaré el plato combinado número tres y una cerveza.
-Perfecto corazón. Y aquí la pequeña, ¿qué tomará?- ¿Eso iba por mí? La miro y me sonríe malvada. Ójala pudiera pedirme una cerveza yo también y restregárselo en la cara, que mierda que no pueda.
-Creo que tomaré el plato combinado número cinco y un vaso de Pepsi grande por favor.
-Perfecto.- Y se aleja, no sin antes no volver a echar una miradita a Louis.
-Es muy agradable.- Comienza Louis.
-Y sus dos amiguitas también.- Giro la mirada a la ventana.
Se levanta y se sienta a mi lado. Coge un mechón castaño y empieza a enredarlo entre su dedo, sigo sin mirarle.- ¿Celosa?- Búfo, y no aparto la mirada de la desolada calle. Noto su fina respiración en mi cuello y como se acerca a mi oído.- Estás muy sexy celosa, ¿sabías?- Y lentamente empieza a besarme el cuello. Este chico me volverá loca. Sigo sin dirigirle la mirada, provocándole, quiero ver hasta donde va a llegar, es un sitio público, no me tumbará encima de la mesa, aunque si no para con sus besos húmedos creo que seré yo quien le tumbe.
-No estoy celosa.- Digo intentando que la risa no me estropeé el papel.
-Amm... en serio no estás celosa, ¿ni un poquito?- Y ahora se le unen esos dedos salvajes acariciando mi otra parte del cuello libre haciendo que toda mi espina dorsal se tense y la piel se me erize, no saldré viva de aquí.
-No, no tendré dos amiguitas más grandes que mi cara, pero yo soy la que tengo a un pervertido novio comiendome el cuello.
-Y si sigues así a lo mejor es otra cosa.
-¡LOUIS!- Me giró y le doy un empujón para apartarlo de mí. Él se parte de risa, hombres, que cerdos. Cerdos pero con sonrisas adorables.

-No me mires así, ha sido una broma.- Dice sin quitar esa preciosa sonrisa de su cara.
-Eres un cerdo asqueroso.
-Pero me amas.
-Pero no me lo explico.- Me sonríe y se acerca hasta mis labios para darme un beso fugaz.- Ya que me besas, hazlo en condiciones.- Y le cojo la cara y lo beso como hace un rato llevo queriéndo hacer.
-Ejem.. Aquí tenéis.- Y la chica nos deja los platos con mala cara, oh pobrecita he besado a su ligue. Que pena me da. ¿Se nota bien mi ironía? Sino la recalco. Cuando nos deja todos los platos nos fuerza una sonrisa y Louis empieza a engullir su plato, yo la guiño el ojo a nuestra "amiguita" quien se va algo cabreada, me río inocente y empiezo yo tambien con mi comida.
-¿Y por qué me has traído aquí?- Pregunto de la nada para romper el silencio.
-Andy, que por muy aguafiestas tiene buenas ideas.
-No me lo creo fíjate.
-Si es tu mejor amiga, ¿no confías en que ella haya querido traerte aquí ha recapacitar?
-Sí, pero si hubiera sido idea suya hubiera venido, sé que la hace mucha ilusión volver a verme bailar, lo lleva deseando meses. Es más, apuesto porque cuando le contaste la idea para que te encubriera esta mañana te suplicó venir pero tú te negaste, solo que como quieres tener tu fama de macarra no aceptas tener un detalle romántico conmigo.
-¿Has pensado empezar la carrera de detective? Eres buena.
-Louis, no seas idiota.- Y vuelvo con mis patatas fritas.- Era eso verdad.- Digo más como una afirmación que como una pregunta.
-Sí, quería un poco de intimidad, estar contigo a solas y pasarlo bien antes de que me vaya a Londres, y no encontré mejor sitio que éste, además el Lunes tienes examen de Filosofía, para que te despejes un poco.
-¿Dormiremos hoy aquí?
-Sí, hay un hotel a doscientos kilómetros de aquí y tengo reserva.- Se aplaude asimismo y yo me río.
Terminamos de comer y nos vamos en coche hasta el hotel. Es un pequeño hotel de carretera, no tiene más de veinte habitaciones y la recepcionista tiene más de cincuenta años, pero es muy moderno y sofisticado para ser un hotel de carretera. Subimos a la habitación y me tiro corriendo a la cama mientras Louis cierra. Boca arriba empiezo a mirar el techo, blanco y normal como cualquier otro techo.
-¿Vemos una peli?
-Sí.
Se tumba a mi lado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero, y sus manos acariciando mi parte baja de la espalda, yo simplemente parezco un koala enganchada a él. Pone una película de acción, de las que le gustan a él, concretamente "Iron Man 2", es flipante según él, ya veremos. 
Cuando la película lleva una larga media hora o tres cuartos (sinceramente no lo sé, me he perdido en la quinta caricia de Louis) me llaman al teléfono.
-"Porque me llamarán ahora, putos"- pienso.
Me levanto perezosa del torso de Louis y cojo el móvil que está en mi mesilla de noche.
-¿Sí?- Digo saliendo de mi extásis.
-Muy buenas, ¿señorita Brown? Charlotte Brown.
-La misma, ¿qué desea?- Louis baja el tono de la tele y me mira serio, sabe que esta llamada es más importante de lo normal, a nadie le hablo de usted.
-Verás, la llamamos de "Plan d". Está convocada para el 23 de septiembre para asistir a la cena de gala por el trigésimo aniversario de la compañía- Asiento en un gemido- Bueno, pues en la cena habrá numerosas performances de la escuela, una de ellas, un solo, iba a ser ejecutado por Natalie Likol- De vez en cuando emito un sonido para demostrarle que sigo viva o no me he ido de la línea, para ser sinceros estoy bastante atenta de lo que este señor pueda decirme- pero no puede asistir ese día, problemas personales que no debo rebelar.
-Entiendo.
-Y nos han llegado unas noticias de que su recuperación va más que bien, así que la compañía se enorgullece de ofrecerla la performance a usted.- Ahogo un grito de satisfacción y Louis me mira incrédulo- Contamos con que sabe numerosas coreografías y sobretodo con que su nivel es excelente. Si lo desea puede contar con nuestras instalaciones para practicar, etc. Si acepta, por favor, contacta con Camila, tu antigua profesora, ella te contará todo lo que debes hacer. Un saludo Chloe, digo Charlotte.- Suelta una pequeña risa y cuelga.
Me desplomo de nuevo en la cama y sonrío, la inocencia de Louis es lo que más me gusta, me mira como si estuviera loca, bueno algo estoy. 
-¿Qué ha pasado pequeña?- Me acaricia la cabeza que está apoyada sobre su pecho.
-Natalie, una bailarina de la academia, iba a hacer un número en la cena de gala de la academia, y no puede ir, así que me han llamado a mi.- Se incorpora un poco más y me mira expectante, con esa sonrisa de júbilo tan bonita que tiene, yo me río por su mueca, es precioso.
-¿Y vas a hacerlo?
-No.- Y todo se desmorona.
-¿No? ¿Entonces por qué sonríes?
-Porque me parece fantástico que me llamaran, ahora mismo en la escuela hay muchísimas bailarinas entrenadas que darán un magnífico espectáculo y se han decidido por mí, eso es genial.
Me mira como si no entendiera lo que pasa, para mí todo está más que claro. No me subiré a bailar a ese escenario.
-Tú lo has dicho, se han decidido por ti, ¿vas a defraudarles? Estarán ansiosos de verte actuar después de tanto tiempo, tanto como yo lo estaba. Y mírame ahora, mírate a ti antes en el escenario, has estado espectacular, muestráselo a todos y déjales claro que la mejor bailarina de Doncaster sigue ahí.
-Pero no creo estar preparada, es decir, sí he podido hacer una coreografía antes interesante pero no lo suficiente como para mostrársela a los mejores coreografos y bailarines de la historia que son los que estarán en la cena. No será un simple espectáculo, se juega mucho allí, no puedo llegar y dar dos vueltas y esperar los aplausos de toda la sala.
-Pero es que tú no das dos vueltas, tú... es como si crearas una historia entre la música y tu cuerpo, es mágico verte bailar.- Empieza a acariciarme la mejilla lentamente, me volteo un poco para verle los ojos, me lo está diciendo demasiado serio.- Te subestimas Chloe, no confíes en mí si no quieres, pero no creo mentir al decirte que puedes ser una de las mejores bailarinas de la generación.
Noto como las mejillas me arden. No me gusta presumir, odio echarme rosas, por eso cuando alguien me alaga me sonrojo porque no me lo creo. Pero sé que Louis antes de ser mi novio fue mi mejor amigo y sé que ahora no me miente. Pero no quiero admitir su última frase.
-No actuaré y no hay más que hablar, ¿de acuerdo?
-No estoy de acuerdo, se merecen verte y tú más que nadie te mereces demostrarle de lo que eres capaz. He hablado estos años con Vicky, una de tus compañeras de danza, y creeme que todos te dan por vencida por el estúpido obstáculo y me jode porque no te conocen, porque yo sé que nunca te has vencido aunque quisieras aparentarlo,- Dice con un tono de voz elevado, como si fuera esto su problema y no el mío- yo sé que volverías a bailar en cuanto tuvieras la oportunidad y hoy me lo has demostrado. Hoy me has demostrado muchas cosas, una de ellas que jamás hay que perder la esperanza para conseguir algo, eres una guerrera, que lo sepas.
-¡Louis ya! No voy a actuar, no me importa lo que piensen de mí, nunca me importó no lo iba a hacer ahora. Yo sé de lo que soy capaz de conseguir, tú y Andy, para mí suficiente. Y sí soy buena bailarina, pero ahora habrá más chicas que me darán cien mil vueltas.
-Nunca lo sabrás si no vas a la academia a probarlo.- Dijo más bajito, como si quisiera pincharme. Quería pincharme.
-Louis o dejas el tema ya o te juro que me voy de la habitación.- Digo algo cabreada, es que es cabezón como él solo.
-Solo una cosa más- Pongo los ojos en blanco y le escucho- vuelve unas horas atrás, encima del escenario, ¿te acuerdas del miedo? No, porque no había.
-Pero porque estaba contigo, sin nadie más, no es la misma presión.- Digo más relajada.
-En la cena también estaré yo, cuando subas al escenario- Me coge la mano y empieza a masajearla suave y lentamente- solo piensa que estamos tú y yo, cierra los ojos y concéntrate en la música y tus pies irán solos. Ve por favor.
No le respondo, sus palabras tan suaves envuelven ahora mi mente de lado a lado, no salen. Odio que me insista tanto en los temas, porque eso es porque tiene razón o porque me quiere cambiar de parecer. Cierro los ojos y suspiro, no quiero subir a ese escenario no estoy aún tan preparada, quiero ir poco a poco, siempre me gustaron las cosas lentas para disfrutarlas mejor, tan de sopetón me asustan y hasta llegan a agobiarme.
Ahora solo relajo mis músculos que estaban tensos y me centro en sus finos y fríos dedos acariciando mi mano.



Fin del capítulo

________________________________________
Hola!
Siento haber tardado tanto en subir, en recompensa os dejo un capítulo interesante y bastante largo. Comentad por favor, quiero saber que pensáis de este cap. ¿Queréis más acción, amor? Comentad.
Os quiero!! Xx



2 comentarios:

  1. Yo cuando ha dicho lo del hotel ya estaba elucubrando, tiene que ir!!

    ResponderEliminar
  2. Es la primera vez que te leo y me ha encantado, ahora voy a leer desde el primer capitulo.
    Unbeso(:

    ResponderEliminar