viernes, 26 de julio de 2013

Capítulo 18 -DTD

CAPÍTULO 18
"Boba"

El fin de semana pasó rápido, demasiado para mi gusto. Lo pasé completamente entero con Louis, ya que en esta madrugada va a desaparecer, se va a Londres para luchar por su sueño, yo en cambio esta madrugada tengo que luchar contra el sueño y con la suerte para aprobar el examen de mañana. 
Son las cinco de la madrugada, solo se escucha el criqueo de los grillos nocturnos y el ruido de mi ordenador. Solo miro los apuntes, odio estudiar, aunque dudo mucho que a alguien le guste. De repente oigo un sonido más alto que los demás ruidos, es el timbre de la puerta. 
-Si son las cinco de la madrugada, ¿quién llama ahora?
Bajo las escaleras medio dormida, medio cabreada. Al estar en la puerta respiro, me coloco como puedo la coleta y abro la puerta.
-¡PEQUEÑA!- Y se lanza a mis brazos.
-Louis, cielo. Me ahogas.- Me suelta y me mira con esos ojos brillantes que solo él tiene, esa sonrisa, y toda la agonía se apodera de mi cuerpo, como si fuera un aguero negro agonizante que azota todo mi pecho, ahora estamos en la cima de nuestra relación, no puedo dejarle ir. No tengo palabras, solo me acerco sigilosa a sus labios y los beso, lenta y pausadamente como queriendo congelar el momento, dejarlo pervivir por siempre, pero él no puede quedarse conmigo para siempre. Me coge de los hombros y me separa suave de sus adictiva boca. Lo miro, y veo esa mirada triste y melancólica que debo tener yo.
-No quiero irme, no sin ti... Pero debo hacerlo, no sé por qué.
-Porque sino te montas ahora mismo en el coche irás al Londres, pero de otra forma. Tú decides, coche o patada.- Me sonríe, sin muchas fuerzas. Le cojo la cara entre ambas manos y le miro, más segura que antes.- Sonríe, dejarás a los juece abrumados y te darán el sí absoluto, ¿de acuerdo?
-Solo te abrumo a ti con mi sonrisa.
-No lo creo, que te lo digan tus futuras fans. Pero ahora en serio, solo te pido una cosa, disfruta cantando, como cuando me cantas a mí, o cantas en casa a tu familia, quien por cierto se van a dormir en el coche sino vas ya.- Y desplazo mi mirada hacia el coche azul aparcado frente a mi casa.
-Lo haré, pero antes de irme, prométeme una cosa.- Asiento- Vé a la cena de gala, llama a Camila y empieza a ensayar, yo te veré allí deslumbrar como siempre, pero por favor, te lo suplíco ve, no te confundas, no por mí sino por ti.
Esa mirada de súplica y esos ojos casi llorosos no me van a convencer, no voy a actuar. 
-Buen viaje amor, llámame cuando llegues.- Y le beso suavemente esa mejilla que tanto echaré de menos. Me mira aturdido pero me devuelve el beso, aunque esta vez en los labios.
*PII*- Vamos Louis, perderás el avión.- Le gritan desde el coche.
Me mira por última vez y fuerza una sonrisa. Encaja sus labios con los míos y se despega de nuevo, acaricia mi mejilla y en un acto más que rápido ya le veo en el coche, despidiéndose desde la ventanilla.
Cierro poco a poco la puerta y me apoyo en ella dejándome caer hasta el suelo. No han pasado ni dos minutos y ya todo me recuerda a él, no puedo echarle ya de menos, no si quiero sobrevivir estas semanas sin él, porque doy por seguro que lo cogerán. 
Suspiro y como puedo subo las escaleras para volver con mi querida 'Filosofía'. 
Las audiciones son a las nueve, tiene que llegar a Londres, ponerse a la cola y esperar para subir al escenario. Pero no sé la canción que va a cantar, no me la ha dicho.
-CHLOE BASTA. Mañana tienes un examen y no haces más que pensar en Louis, céntrate y no suspenderás.- Me grito  mí misma, y vuelvo a los estudios cuando noto que estoy empapando de lágrimas las páginas del libro.


-Chloe despierta, vamos Chloe, arriba.- Noto como me zarandean el cuerpo y abro con lentitud los ojos que vuelvo a cerrar de inmediato al notar como el sol me agrede.- Vamos dormilona, son las ocho de la mañana, en media hora tenemos que estar en clase.
Perezosa me despierto y me levanto.
-Andy, ¿por qué has venido?- Voy cogiendo ropa limpia y colocándola encima de la cama en la cual Andy se acaba de tirar.- Nunca vienes a despertarme.
-Pero sabía que ibas a estudiar por la noche, como este finde te has escapado literalmente del pueblo con tu novio amoroso besucon- Me río al recordar la escena del fisio y la cara de asco de mi amiga- y sabía que Louis vendría a despedirse de ti antes de irse así que: uno; te habías quedado dormida llorando o dos; te habías quedado dormida estudiando.
-Eres muy lista, te odio.- Y la golpeo la cara con mi ropa. 
Me voy a la ducha y al salir me pongo mi ropa:
Desayunamos juntas y nos vamos a clase.
-Suerte con el examen, mi pequeña empollona.- Me revolotea el pelo y me abraza fuerte, y no creo que sea solo por mis nervios por el examen.
-Gracias boba.
-Te quiero "boba"- Me dice imitándome y cruza corriendo el pasillo para ir a su clase. Yo entro en la mía y cojo asiento, al llegar tarde me toca los de adelante, ya que la mayoría han cogido los alejados para hacer juego sucio, como yo digo.
El profesor me entrega el examen.
-Tenéis una hora y media, suerte.
Hora y media, miro el reloj, Louis ya debe estar en la cola esperando su turno, me llamo al salir de la ducha, noté como vibraba de emoción y nervios, solo espero que le salga bien la prueba.
Reviso los datos y veo mi primer error y eso que no he empezado ni el examen, en el nombre he puesto 'Louis William Tomlinson', lo borro corriendo con tipex y pongo en condiciones mi nombre 'Charlotte Lyl Brown' y empiezo con la primera pregunta, bien esta me la sé.


El sol pega fuerte en el recreo, los jardines empiezan a entonarse en colores amarillos anaranjados, el otoño está llegando, aunque hoy el sol parece luchar contra todo pronóstico.
-¡Boba!- Y salta a mi espalda la única idiota en todo el instituto.- ¿Qué tal el examen?- Baja de ella y empezamos a pasear tomándonos nuestro almuerzo.
-Muy bien, lo apruebo seguro y...
-¡CHLOE!- Me gritan a la espalda. Andy y yo nos miramos y giramos la cabeza a la vez, es Katy, a su lado va Clara, ¿qué quieren dos populares de mí? Burlarse o hacerme alguna de las suyas no creo no me gritarían contentas y con una sonrisa tan amplia mi nombre sino.
-No me dan buena espina- Me susurra Andy por encima de mi hombro.
-A mi tampoco.
-Chloe, cariño, ¿qué tal?- Y se colocan a ambas cada una a un lado de mí apartando a Andy que se coloca frente a mí con cara de matarlas en cero coma.
-B-bien.. ¿qué queréis?
-Nada, charlar contigo un rato.- Y Clara entrelaza su brazo con el mío. Oh, no, ni de coña bonita. 
Me suelto brusca de su agarre y la miro fría.- Nunca habéis "charlado" conmigo, ¿lo vais a hacer ahora? ¿Qué queréis?- Se miran entre ellas extrañadas por mi reacción, ¿qué pasa? ¿La nerd del instituto no puede tener carácter y defenderse? Nadie me conoce.- Os he hecho una pregunta.- Oigo por lo bajo la risita de Andy y su cara de felicidad.
-Solo queríamos saber que tal está Louis.- Responde Katy intentando recuperar el orgullo que la acabo de arrebatar, que pena que no nos hubiera oído nadie más.
-Mentira, queríamos tener su número. ¡Uy!- Y la tonta me dio la clave del caso. Me entrelazo del brazo de Andy imitándolas y las miro con satisfacción.
-Está bien, gracias por preguntar.- Y nos abrimos paso con una sonrisa de suficiencia parecida a la que traían cuando vinieron.- Ah, cuando me llame le diré que preguntasteis por él.- Y las guiño un ojo para después continuar nuestro camino. Ellas se quedaron ahí estáticas, a punto de que se le cayeran los 'Starbucks' de las manos, tss, hipsters.
-Wow, ¿qué ha sido eso?
-La regla tía, que me revoluciona.- Y oigo la sonora carcajada de Andy, al final acabamos las dos riéndonos como locas.
Bajo un árbol hay un banco de piedra, nos sentamos en él y terminamos nuestras galletas saladas que compartimos en todos los recreos, llevamos cinco años con esa costumbre y no creo que cambiemos ya.
-¿Vas a ir?
-¿A dónde?- La pregunto dudosa. "Que no me saque el tema por favor"- pienso.
-A la cena de gala.
-Claro.- Respondo seca, no quiero hablar de esto. Dejo la mira fija perdida en algún punto imaginario que ha creado mi subconsciente.
-No, me refiero si vas a actuar.
-Tu me has dicho si iba a ir, y si voy a ir.
-Chloe no me andes con rodeos, ¿vas a actuar, sí o no?
La miro a los ojos, quiere que vaya, y que actúe, como Louis, lo sé, pero yo no quiero. ¿Por qué tengo que hacer lo que los demás quieren?- No.
-Vale, lo respeto, pero solo respondeme a una última pregunta.- Asiento desganada y la escucho.- ¿Por qué? ¿Por que no vas a actuar? Te están dando una segunda oportunidad de lo que un día la maldita enfermedad te quitó, eras buena, sino lo fueras no insistiría tanto en que fueras, pero te subestimas mucho...
-Andy, déjalo ya por favor. Tú y Louis me tenéis muy presionada con este tema. Soy buena, no perfecta. Siempre que habláis de esto me ponéis por las nubes, no me vais a engañar, se lo que soy, soy buena no maravillosa. Además dejad de animarme tanto, porque no estáis dando cuenta de que yo realmente no quiero volver a bailar, le tengo miedo al baile y me estáis obligando a hacer algo que no quiero, ¿tan amigos míos sois? Pues dejarme tomar mis propias decisiones, soy bastante mayorcita para saber lo que debo y sobretodo lo que quiero hacer. Porque ya te digo yo que no me subiré a un escenario presionada o sin ganas de actuar, es una regla básica, si sales es para deslumbrar, no para contar el tiempo que queda para salir corriendo y encerrarte en un camerino.
La miro, tiene la mima cara que Katy y Clara cuando las he dejado sin palabras. Escondo mi cara entre mis manos y me apoyo en las rodillas. No quiero llorar, solo estoy muy agobiada con este tema. No quiero. NO QUIERO ACTUAR EN ESE ESCENARIO. ¿Tan dificíl es de entender? Si Louis no quisiera salir a cantar a ese escenario, yo no le obligaría a hacerlo, ¿por qué a mí si me lo hacen?
Noto una suave mano rodearme la espalda y acariciarme el hombro.- Vale, lo siento. No me había dado cuenta de esto. Perdón.- Y me besa el pelo.
Suspiro y levanto la cabeza, nos miramos ambas sin saber que decir, así que me abraza fuerte y me estrecha entre sus finos brazos. Siento su aroma, esa colonia femenina que venden en la tienda de la esquina de la derecha. Me vuelve a besar el pelo y me susurra:
-No volveré a presionarte, pero si algún día te das cuenta de la tontería que estás cometiendo y quieres intentarlo, llámame, yo te ayudaré.
Quiero arrancarle la cabeza por seguir con el tema, pero en cambio esquivo la pregunta y me quedo envuelta en su perfume hasta que la sirena de nuevo, nos obliga a ir a clase.
Caminamos en silencio hasta nuestras respectivas aulas, en la siguiente esquina nos separamos, no hemos dicho palabra desde el banco hasta aquí, el silencio ha reinado entre nosotras, no era incómodo, solo necesario. Pero siento que debo hablar. 
-Gracias, por la ayuda. Algún día te llamaré, pero solo cuando esté preparada, ¿vale?
Ella solo asiente y vuelve a darme un abrazo y un beso en la mejilla- Te quiero "boba".- Me río por lo bajo y noto como ella sonríe.
-¿Ese va a ser mi nuevo mote?
-Supongo... - Ambas nos reímos. Me separo de ella y la beso la frente, ella me responde con su humilde sonrisa y nos vamos cada una a su clase.
Que voy a decir, ante todo es mi mejor amiga, y supongo que lo hacía con su buena intención, sé lo importante que es para ella verme volver debutar, supongo que por todo lo que ha hecho por mi se lo merece, pero yo necesito tiempo.


Fin del capítulo

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Siento que no sea un cap. interesante o chulo, ya vendrá más diversión.
Gracias por leerme, os quiero :3


jueves, 25 de julio de 2013

SORRY :(

Lo siento muchiiiiiiisimo, estoy tardando mucho en escribir nuevos caps. pero es que estoy de vacaciones y además antes de ayer se me rompió el ordenador, pero prometo subir la siguiente entrega o esta tarde o mañana.
Muchas gracias a todos, ya tenemos +6000 visitas en el blog :) 
Sois unos lectores geniales, siempre me leéis, eso me llena mucho de verdad.
Muchos besos, os quiero Xx

domingo, 21 de julio de 2013

Capítulo 17 -DTD

CAPÍTULO 17
"Warrior"

Cierro los ojos y aspiro toda la posible cantidad de aire que pueda llenar mis pulmones. El olor a barniz viejo, a sudor, a talento se filtra entre mis fosas nasales. Noto como su mano agarra la mía, me acaricia uno a uno todos los nudillos. Abro los ojos y al girar la cabeza veo esa mirada penetrante azulosa y esa sonrisa sumamente perfecta. 
-Gracias, no sé que hacemos aquí pero gracias.
-Yo te diré que hacemos.
Se vuelve a despegar de mí y a andar hasta el otro extremo del escenario, opuesto al que había ido antes para encender las luces. Empiezo a escuchar notas, una canción, 'el Cascanueces'. Como no se me ha ocurrido antes. Chloe, que inteligente eres.
Miro al frente y por un momento siento todas aquellas miradas punzantes que me vijilaban hasta el más mínimo movimiento, y a mis padres en primera fila junto a los de Louis y él claro, mirándome esperanzadores. Puedo ver la sonrisa tierna, maternal de mi madre, esa sonrisa que me decía que todo iba a salir bien. La echo de menos.
Desvaneciendo mis pensamientos noto como coge mis manos haciendo que nuestros brazos sean uno, los eleva haciendo un círculo. No me puedo creer que se acuerde de la coreografía.
-No quiero bailar Louis.- Le susurro por encima de la música.
-Tsss.- Me calla y baja su mano hasta mi estómago.
Mis pies hacen un círculo y sus manos se desizan sobre mi cuerpo. Me eleva sobre su cabeza, echándo yo la mía. Las luces me ciegan, es maravilloso volver a sentirlo. Mis pies vuelven a dejarme sentir el suelo. En un rápido movimiento me deshago de los zapatos, a continuación de los calcetines. La madera fría acaricia mis delicadas plantas de los pies, mi obstáculo para recobrar vida y se cordina con mi pie derecho. Las notas de música parecen envolverme en mis pasos, Louis poco a poco se deshace de mí y se echa a un lado sentándose en el suelo, yo ya no le presto antención solo me dejo llevar por la música. Giro, giro, giro. No he perdido la práctica para no marearme. Y sin pensarlo estoy en punta sobre mi obstáculo girando sobre mi propio eje.
La música clásica parece iluminar el lugar. Brazo, giro, vuelta. La cabeza bien alta, siempre mirando al público. Siento como si el corazón se me fuese a desbocar, como una oleada de descargas eléctricas me recorriesen desde la punta de los pies hasta el pelo, quien vuela libre. Como yo. Giro, giro, giro. Las manos parecen conocerse la ruta, arriba, abajo, vuelta, cogen mi pie y lo elevan por encima de sien. Todo mi cuerpo va acompasado, al orden de las notas, al pie de la letra. Giro, agacho, y postura final.
Solo dejo perdida la mirada en algun punto imaginario creado en las butacas del público. Mi pecho va de arriba a abajo intentando coger el oxígeno que he perdido en la coreografía. No me voy de la postura solo quiero sentir lo que sentí aquella vez, es parecido pero difuminado, no tengo cinco años, sino diecisiéte, no tengo oportunidad de entrar en la academia y no tengo público. Bueno en eso miento. Louis me besa la mejilla colocándose de cuclillas a mi lado.
-Te sienta de miedo bailar, estás preciosa.- Musita con sus finos labios. Volteo la cara con una sonrisa ladina, y me encuentro su rostro a menos distancia de la que creía.
-¿Sólo te has fijado en eso?- Pregunto divertida.
-Imposible, era imposible. No sé si es porque hace mucho que no te veo bailar, o porque nunca has dejado de ser la mejor bailarina de Doncaster, pero has bordado el papel de reina del cascanueces.- Me siento de piernas cruzadas frente a él, me mira dulce. Cierro los ojos y cuando los vuelvo a abrir me veo estrechada bajo sus portentosos brazos.- Siempre has sido increíble en esto, no te frenes por él- se refiere a mi obstáculo- sería una pena perder a una bailarina así por eso.
-Pero Louis, es una enfermedad, como todas, eso lleva sus consecuencias.
-Pero como todas las enfermedades tiene cura, además ahora mismo no se te ha notado ningún problema.- No me suelta de su cuerpo, de todas formas tampoco quiero.
-Lo sé, pero no voy a volver a los escenarios.
-¿Por qué? La verdadera Chloe, la Chloe que yo conozco es la que disfruta de la música, con sus tutús, frente a doscientas personas moviéndose como solo ella sabe.- Suspiro.- Esa eres tú, no te comportes como realmente no quieres, más bien como no eres.
Esa estupidamente sexy boca ha dicho todo lo que yo en estos años no he querido admitir. Yo no soy esta chica que está todo el día en casa, escuchado música pero con los cascos, que cuando se mueve lo hace para andar o estirarse como si fuera un chicle para llegar a la balda de arriba de la cocina, esa no soy yo. Yo soy la chica que se levanta por la mañana sonriente, que camina casi saltando casi bailando y que se tira toda la tarde en la academia frente a un enorme espejo perfeccionando hasta el último movimiento de la coreografía para hacer la mejor performance que jamás haya hecho, esa soy yo. Dedicación, empeño, records, la chica que se supera cada día un poquito más, ¿por qué me he convertido en otra persona, en alguien que no quiero ser? Fría y oscura, apostaría que hasta mi humor a cambiado, solo por esto. Una estúpida enfermedad. Y siempre le he dado toda la importancia a ella, y eso era lo que bloqueaba mi mente al baile, cuando la verdadera importancia la tengo yo y las múltiples sensaciones que siento encima de un escenario, por muy viejo o olvidado que esté.
Este es el fin de mi pesadilla.
-Ponme otra canción.- Digo levantandome y poniéndome recta frente a mi público imaginario.
Se coloca a mi lado besando mi mejilla- Esta eres tú, gracias por darte cuenta.- Y se va a poner de nuevo la música a los estropeados altavoces que yacen sobre nuestras cabezas. 
Que pena no haberme dado cuenta de todo esto antes.


Hemos tenido que buscar por veintemil callejuelas más para dar con un restaurante en condiciones. Yo sigo hambrienta, más aún que he estado haciendo ejercicio. Al entrar miro hacia todos los lados, el local es amplio, con un enorme ventanal que se extiende a nuestra derecha, más de veinte mesas y una enorme barra, lo que me llama la atención es que en las paredes hay colgados numerosos posters de bailarines profesionales, la mayoría dieron sus primeros pasos en el escenario del que venimos, y hay uno que destaca por su tamaño, ocupa más que medio cuerpo de una persona de estatura normal tirando a alta, pero es que la bailarina que está impregnada en el papel soy yo.
Louis me guia hacia una mesa, está en la ventana, son dos bancos uno frente al otro. Una chica de nuestra edad más o menos nos entrega las cartas, Louis se sumerge en ellas, yo por el contrario no quito la vista del poster.
-¿Bueno ya sabéis que vais a pedir?- Nos pregunta la chica, pero con la mirada posada en mi hambriento acompañante. Creo que estoy demasiado en mi mundo para darme cuenta de que se le está insinuando, él levanta la mirada y se topa con un escote más grande de lo esperado, sube más la mirada y sonríe.
-Yo tomaré el plato combinado número tres y una cerveza.
-Perfecto corazón. Y aquí la pequeña, ¿qué tomará?- ¿Eso iba por mí? La miro y me sonríe malvada. Ójala pudiera pedirme una cerveza yo también y restregárselo en la cara, que mierda que no pueda.
-Creo que tomaré el plato combinado número cinco y un vaso de Pepsi grande por favor.
-Perfecto.- Y se aleja, no sin antes no volver a echar una miradita a Louis.
-Es muy agradable.- Comienza Louis.
-Y sus dos amiguitas también.- Giro la mirada a la ventana.
Se levanta y se sienta a mi lado. Coge un mechón castaño y empieza a enredarlo entre su dedo, sigo sin mirarle.- ¿Celosa?- Búfo, y no aparto la mirada de la desolada calle. Noto su fina respiración en mi cuello y como se acerca a mi oído.- Estás muy sexy celosa, ¿sabías?- Y lentamente empieza a besarme el cuello. Este chico me volverá loca. Sigo sin dirigirle la mirada, provocándole, quiero ver hasta donde va a llegar, es un sitio público, no me tumbará encima de la mesa, aunque si no para con sus besos húmedos creo que seré yo quien le tumbe.
-No estoy celosa.- Digo intentando que la risa no me estropeé el papel.
-Amm... en serio no estás celosa, ¿ni un poquito?- Y ahora se le unen esos dedos salvajes acariciando mi otra parte del cuello libre haciendo que toda mi espina dorsal se tense y la piel se me erize, no saldré viva de aquí.
-No, no tendré dos amiguitas más grandes que mi cara, pero yo soy la que tengo a un pervertido novio comiendome el cuello.
-Y si sigues así a lo mejor es otra cosa.
-¡LOUIS!- Me giró y le doy un empujón para apartarlo de mí. Él se parte de risa, hombres, que cerdos. Cerdos pero con sonrisas adorables.

-No me mires así, ha sido una broma.- Dice sin quitar esa preciosa sonrisa de su cara.
-Eres un cerdo asqueroso.
-Pero me amas.
-Pero no me lo explico.- Me sonríe y se acerca hasta mis labios para darme un beso fugaz.- Ya que me besas, hazlo en condiciones.- Y le cojo la cara y lo beso como hace un rato llevo queriéndo hacer.
-Ejem.. Aquí tenéis.- Y la chica nos deja los platos con mala cara, oh pobrecita he besado a su ligue. Que pena me da. ¿Se nota bien mi ironía? Sino la recalco. Cuando nos deja todos los platos nos fuerza una sonrisa y Louis empieza a engullir su plato, yo la guiño el ojo a nuestra "amiguita" quien se va algo cabreada, me río inocente y empiezo yo tambien con mi comida.
-¿Y por qué me has traído aquí?- Pregunto de la nada para romper el silencio.
-Andy, que por muy aguafiestas tiene buenas ideas.
-No me lo creo fíjate.
-Si es tu mejor amiga, ¿no confías en que ella haya querido traerte aquí ha recapacitar?
-Sí, pero si hubiera sido idea suya hubiera venido, sé que la hace mucha ilusión volver a verme bailar, lo lleva deseando meses. Es más, apuesto porque cuando le contaste la idea para que te encubriera esta mañana te suplicó venir pero tú te negaste, solo que como quieres tener tu fama de macarra no aceptas tener un detalle romántico conmigo.
-¿Has pensado empezar la carrera de detective? Eres buena.
-Louis, no seas idiota.- Y vuelvo con mis patatas fritas.- Era eso verdad.- Digo más como una afirmación que como una pregunta.
-Sí, quería un poco de intimidad, estar contigo a solas y pasarlo bien antes de que me vaya a Londres, y no encontré mejor sitio que éste, además el Lunes tienes examen de Filosofía, para que te despejes un poco.
-¿Dormiremos hoy aquí?
-Sí, hay un hotel a doscientos kilómetros de aquí y tengo reserva.- Se aplaude asimismo y yo me río.
Terminamos de comer y nos vamos en coche hasta el hotel. Es un pequeño hotel de carretera, no tiene más de veinte habitaciones y la recepcionista tiene más de cincuenta años, pero es muy moderno y sofisticado para ser un hotel de carretera. Subimos a la habitación y me tiro corriendo a la cama mientras Louis cierra. Boca arriba empiezo a mirar el techo, blanco y normal como cualquier otro techo.
-¿Vemos una peli?
-Sí.
Se tumba a mi lado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero, y sus manos acariciando mi parte baja de la espalda, yo simplemente parezco un koala enganchada a él. Pone una película de acción, de las que le gustan a él, concretamente "Iron Man 2", es flipante según él, ya veremos. 
Cuando la película lleva una larga media hora o tres cuartos (sinceramente no lo sé, me he perdido en la quinta caricia de Louis) me llaman al teléfono.
-"Porque me llamarán ahora, putos"- pienso.
Me levanto perezosa del torso de Louis y cojo el móvil que está en mi mesilla de noche.
-¿Sí?- Digo saliendo de mi extásis.
-Muy buenas, ¿señorita Brown? Charlotte Brown.
-La misma, ¿qué desea?- Louis baja el tono de la tele y me mira serio, sabe que esta llamada es más importante de lo normal, a nadie le hablo de usted.
-Verás, la llamamos de "Plan d". Está convocada para el 23 de septiembre para asistir a la cena de gala por el trigésimo aniversario de la compañía- Asiento en un gemido- Bueno, pues en la cena habrá numerosas performances de la escuela, una de ellas, un solo, iba a ser ejecutado por Natalie Likol- De vez en cuando emito un sonido para demostrarle que sigo viva o no me he ido de la línea, para ser sinceros estoy bastante atenta de lo que este señor pueda decirme- pero no puede asistir ese día, problemas personales que no debo rebelar.
-Entiendo.
-Y nos han llegado unas noticias de que su recuperación va más que bien, así que la compañía se enorgullece de ofrecerla la performance a usted.- Ahogo un grito de satisfacción y Louis me mira incrédulo- Contamos con que sabe numerosas coreografías y sobretodo con que su nivel es excelente. Si lo desea puede contar con nuestras instalaciones para practicar, etc. Si acepta, por favor, contacta con Camila, tu antigua profesora, ella te contará todo lo que debes hacer. Un saludo Chloe, digo Charlotte.- Suelta una pequeña risa y cuelga.
Me desplomo de nuevo en la cama y sonrío, la inocencia de Louis es lo que más me gusta, me mira como si estuviera loca, bueno algo estoy. 
-¿Qué ha pasado pequeña?- Me acaricia la cabeza que está apoyada sobre su pecho.
-Natalie, una bailarina de la academia, iba a hacer un número en la cena de gala de la academia, y no puede ir, así que me han llamado a mi.- Se incorpora un poco más y me mira expectante, con esa sonrisa de júbilo tan bonita que tiene, yo me río por su mueca, es precioso.
-¿Y vas a hacerlo?
-No.- Y todo se desmorona.
-¿No? ¿Entonces por qué sonríes?
-Porque me parece fantástico que me llamaran, ahora mismo en la escuela hay muchísimas bailarinas entrenadas que darán un magnífico espectáculo y se han decidido por mí, eso es genial.
Me mira como si no entendiera lo que pasa, para mí todo está más que claro. No me subiré a bailar a ese escenario.
-Tú lo has dicho, se han decidido por ti, ¿vas a defraudarles? Estarán ansiosos de verte actuar después de tanto tiempo, tanto como yo lo estaba. Y mírame ahora, mírate a ti antes en el escenario, has estado espectacular, muestráselo a todos y déjales claro que la mejor bailarina de Doncaster sigue ahí.
-Pero no creo estar preparada, es decir, sí he podido hacer una coreografía antes interesante pero no lo suficiente como para mostrársela a los mejores coreografos y bailarines de la historia que son los que estarán en la cena. No será un simple espectáculo, se juega mucho allí, no puedo llegar y dar dos vueltas y esperar los aplausos de toda la sala.
-Pero es que tú no das dos vueltas, tú... es como si crearas una historia entre la música y tu cuerpo, es mágico verte bailar.- Empieza a acariciarme la mejilla lentamente, me volteo un poco para verle los ojos, me lo está diciendo demasiado serio.- Te subestimas Chloe, no confíes en mí si no quieres, pero no creo mentir al decirte que puedes ser una de las mejores bailarinas de la generación.
Noto como las mejillas me arden. No me gusta presumir, odio echarme rosas, por eso cuando alguien me alaga me sonrojo porque no me lo creo. Pero sé que Louis antes de ser mi novio fue mi mejor amigo y sé que ahora no me miente. Pero no quiero admitir su última frase.
-No actuaré y no hay más que hablar, ¿de acuerdo?
-No estoy de acuerdo, se merecen verte y tú más que nadie te mereces demostrarle de lo que eres capaz. He hablado estos años con Vicky, una de tus compañeras de danza, y creeme que todos te dan por vencida por el estúpido obstáculo y me jode porque no te conocen, porque yo sé que nunca te has vencido aunque quisieras aparentarlo,- Dice con un tono de voz elevado, como si fuera esto su problema y no el mío- yo sé que volverías a bailar en cuanto tuvieras la oportunidad y hoy me lo has demostrado. Hoy me has demostrado muchas cosas, una de ellas que jamás hay que perder la esperanza para conseguir algo, eres una guerrera, que lo sepas.
-¡Louis ya! No voy a actuar, no me importa lo que piensen de mí, nunca me importó no lo iba a hacer ahora. Yo sé de lo que soy capaz de conseguir, tú y Andy, para mí suficiente. Y sí soy buena bailarina, pero ahora habrá más chicas que me darán cien mil vueltas.
-Nunca lo sabrás si no vas a la academia a probarlo.- Dijo más bajito, como si quisiera pincharme. Quería pincharme.
-Louis o dejas el tema ya o te juro que me voy de la habitación.- Digo algo cabreada, es que es cabezón como él solo.
-Solo una cosa más- Pongo los ojos en blanco y le escucho- vuelve unas horas atrás, encima del escenario, ¿te acuerdas del miedo? No, porque no había.
-Pero porque estaba contigo, sin nadie más, no es la misma presión.- Digo más relajada.
-En la cena también estaré yo, cuando subas al escenario- Me coge la mano y empieza a masajearla suave y lentamente- solo piensa que estamos tú y yo, cierra los ojos y concéntrate en la música y tus pies irán solos. Ve por favor.
No le respondo, sus palabras tan suaves envuelven ahora mi mente de lado a lado, no salen. Odio que me insista tanto en los temas, porque eso es porque tiene razón o porque me quiere cambiar de parecer. Cierro los ojos y suspiro, no quiero subir a ese escenario no estoy aún tan preparada, quiero ir poco a poco, siempre me gustaron las cosas lentas para disfrutarlas mejor, tan de sopetón me asustan y hasta llegan a agobiarme.
Ahora solo relajo mis músculos que estaban tensos y me centro en sus finos y fríos dedos acariciando mi mano.



Fin del capítulo

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Hola!
Siento haber tardado tanto en subir, en recompensa os dejo un capítulo interesante y bastante largo. Comentad por favor, quiero saber que pensáis de este cap. ¿Queréis más acción, amor? Comentad.
Os quiero!! Xx



miércoles, 17 de julio de 2013

Capítulo 16 -DTD

CAPÍTULO 16
"Reina del cascanueces"


Es viernes. Hoy me toca otra cita con Diego, mi fisioterapeuta, a las diez, y Louis ya llega tarde. Me insistió muchísimo en que me volvería a acompañar, y ya no se si por no escucharle más o porque no me importa nada que venga le dije que sí. Pero es que llega quince minutos tarde, son menos cuarto, debería salir ya de casa.
*Ring*
Al fin. Abro la puerta pero no es él es Andy. No entiendo que hace aquí.
-Hola pequeñaja. Me ha llamado Louis, no puede venir por no sé que cosas y me ha pedido que te acompañe yo.
-¿Y por qué no me ha llamado a mí? Sabe que podía ir perfectamente sola.
-Ni idea, pero ya vamos un poco justas, ¿vamos?
Asiento y salimos a paso rápido hacia la consulta. No me importa que me acompañe ella, en absoluto, es mi mejor amiga pero lo que no entiendo es por qué insistió Louis ayer tanto en venir y hoy desaparezca.
Al llegar a la consulta Diego nos vuelve a guiar hasta la sala de entrenamiento. Una vez allí volvemos a hacer lo del otro día, nos sentamos en las pelotas de plástico gigantes y empezamos a hacer ejercicios, que parecen más de yoga que de otra cosa. Pero cuando me dice de ponerme de pie mis piernas tiemblan. Lo he hecho antes pero siempre tengo esa inseguridad en mi misma que me frena todas las ilusiones. 
-Tranquila, no lo pienses solo actúa.- Dice sonriente Diego.
"No lo pienses, solo actúa" "Actúa" Es fácil decirlo, pero complicado llevarlo acabo. A mi esta enfermedad siempre me ha parecido imposible de superar, entendedme, yo siento una impotencia enorme al pensar "muévete" "anda" "gira a la derecha" y que mi pie no reaccione, se quede estático en el sitio como si fuera un gran bloque de piedra. Y si hace unas semanas éste empezó a reaccionar más que alegría me dio miedo, como si fuera algo sobrenatural, pues ya me había acostumbrado a tener solo un pie, o sentirlo al menos. Así que ahora cada vez que debo moverlo me da miedo obligarlo a hacerlo, miedo a ver que no reacciona, miedo a saber que sigo siendo sorda de un pie, miedo a perder esa diminuta esperanza que tengo de que algún día vuelva a ser la Charlotte de siempre.
Pero involuntariamente mi pie imita al de Diego. Copia exactos los movimientos. Saltos, movimientos circulares, hacia delante y hacia atrás. Mi cara refleja todo lo que hace años no sentía, admiración, orgullo, satisfacción y sobretodo sorpresa. A través del espejo veo a Andy sonriente y con los ojos llorosos, me está grabando con el móvil, por una vez no me importa. Verla así me hace sonreír más, ella lleva apoyándome desde que empezó este martirio, siempre ha estado soportando esos días negros en los que para mí la vida dejaba de tener sentido, esos primeros días en los que no entendía lo que me pasaba, no asimilaba todo lo que tenía encima, y siempre ha sido la primera en motivarme para moverlo pese que sabía que soy muy cabezota a que me daba miedo intentarlo y ella fue la que me trajo por primera vez a este fisioterapeuta, se lo debo todo a ella. Y se merece más que nadie mi sonrisa de satisfacción.
*Terminados los ejercicios, ya en la consulta*
-Vaya Chloe, sinceramente estoy sin palabras. A partir de ahora no habrá tantas sesiones seguidas, ya que las harás tú sola en casa.- Abro la boca a lo que él me responde sonriente. Diego no tiene más de 30 años aunque aparenta muchos menos, y esa sonrisa deja claro que no pasa mucho tiempo solo, es bastante atractivo.- Sí, no me mires así.- Responde divertido.- Ahora te veré una vez a la semana, el día que te venga bien, mientras tú en tu casa harás esta tabla de ejercicios.- Y arrastra por la mesa hasta mis manos una tabla, un libro y unos cuantos folletos.- En el libro te explica como hacerlos y estos papeles son de información que te será útil.
Los cojo y los miro. La tabla es como dos folios de grande, plastificada, cada día vienen marcados unos cuantos ejercicios, está muy bien organizado. Al abrir el libro huelo esa frescura de libro nuevo que tanto me gusta. No es muy grande, tiene 55 hojas, pero viene todo lo necesario, cómo hacer los ejercicios, como debe sentirse mi pie, que pasa si no reacciona, como calentar los músculos... Es fantástico.
-Vaya, muchas gracias.
-No las des, te las mereces, has trabajado muy bien estas últimas semanas, ahora viene lo complicado, hacerlo por tu propio pie, nunca mejor dicho.- Diego y Andy se ríen complices del juego de palabras, en cambio a mí no me ha hecho ninguna gracia.
-Oh, vamos Chloe, ha tenido su gancho.-Me recrimina Andy. La fulmino con la mirada a lo que ella borra su sonrisa y baja la mirada avergonzada.
-Lo siento, no prentendía insultarte ni nada de eso.
-Nada, tranquilo.
-Bueno, pues volviendo a lo nuestro, ¿los jueves te vienen bien?- Asiento, cualquier día me vendría bien.- Perfecto, pues ahora solo tienes que realizar tus ejercicios y cada jueves a las cinco y media vienes y valoramos tus progresos, ¿de acuerdo?
-Absoluto. Me parece bien.
-Me alegro.- Nos sonríe a ambas tan mono como de costumbre.- Bueno pues de momento solo esto.- Se levanta de su silla y nosotras lo imitamos.- Nos vemos dentro de una semana Chloe, adiós a ti también Andy.- La responde con una sonrisa dulce y atractiva mientras a ella se la ruborizan las mejillas y sonríe a la tarima.
Salimos de la consulta cerrando delicadamente la puerta. Al salir a la calle el sol empieza a asomarse entre las negras nubes que cubren Doncaster hoy. Pese que el sol nos da de lleno en la cara ya no calienta, se nota que llega el otoño. Bajamos los escalones y en la acera está Louis apoyado sobre el capó de su coche de brazos cruzados, aún con camiseta de manga corta dejando a relucir sus marcados biceps. Al vernos se le dibuja una sonrisa ladina, mientras a mí me mira de arriba a abajo, me encanta que lo haga. Se muerde el labio inferior y al estar frente suya me mira a los ojos.
-Hola Louis.- Saluda Andy intentando romper nuestras miradas, pero no sirve, yo me he quedado hipnotizada de su mirada y su sonrisa jodidamente sexy.- O os besais ya o lo hago yo.
-¿El qué? ¿Besarme?- Bromea Louis mirándola al fin.
-Sí, más quisieras tú.
-Si no eres Charlotte Brown no quiero besarte.- Ella pone los ojos en blanco y resopla, yo en cambio me quedo estática en el sitio muriéndome de completo amor.
-No seas tan empalagoso y dale la sorpresa ya, anda.
-¿Sorpresa?- Digo volviendo a la Tierra.
-Sí. ¿Sabes tienes una amiga muy aguafiestas?- Responde Louis mandándola miradas de odio, ella le saca la lengua.
-Aguafiestas no, solo que no me gusta veros tan acaramelados.
-¿Cómo? ¿Así?
Lentamente me coge de la cintura y me aprisiona contra su pecho. Me acaricia los labios con uno de sus dedos, me vuelve loca, se acerca y me besa apasionadamente.
-Puaj, parar. Asquerosos.- Louis no cesa, me engancho a su cuello y respondo sus besos alocados y salvajes.- Vale, Louis tú ganas, soy una aguafiestas o lo que quieras pero deja su lengua quieta anda.
Me separo de él para coger una bocanada de aire. Le miro con un brillo especial en los ojos, me encantan estos prontos que le entran pero siempre me deja sin una gota de oxígeno en los pulmones. 
-Bueno, ¿y cuál era la sorpresa? Que os habéis ido del tema.
-Pues... ey no espera. Aun puede ser una sorpresa. Sube al coche.- Me dice victorioso.
-En fin pasarlo bien.- Andy se acerca a mi y me besa la mejilla.- Llámame, pero ahórrate los detalles de lo que hagáis, ¿vale?- Me río y la doy un abrazo.
-Te lo contaré todo, con pelos y señales.
-Puaj, voy a vomitar os lo juro. Adiós.- Y se va a un muy buen paso de dónde estabamos.
Miro a Louis quién me abre la puerta del copiloto.
-Adelante señorita Tomlinson.
-Gracias chófer.- Suelta una pequeña carcajada y cierra la puerta. Rodea el coche y entra.
Nos ponemos los cinturones y enciende el motor. 
La hora y media de viaje la pasamos cantando las canciones de la radio como dos niños pequeños. En este tiempo he estado pensando a donde nos dirigimos, he leido algunos de los carteles de la carretera y todo me lleva a que nos dirigimos a Kingston. Pero si nos vamos de viaje yo no he traido maleta, está claro que me ha pillado de sorpresa. Y cada vez que le pregunto a Louis a dónde solo me responde: "Cantas muy bien esta canción, me encanta tu voz". Es idiota. Pero es el idiota del que estoy locamente enamorada.


Las piernas me crujen casi al pisar tierra al fin. Dos horas y cuarto de viaje son suficientes para hacer dormir a mis piernas. Al frotarme los ojos veo todo más claro. Son las cuatro de la tarde, mi estómago ruje como si de un león fiero se tratáse y hemos aparcado en una calle abandonada, con viejas casas que parecen derrumbarse en cuanto cierres los ojos y alguna que otra nave abandonada también no veo ningún restaurante que pueda darme un sandwich en condiciones que me relaje el estómago.
-Louis tengo hambre.- Le digo mientras él se va colocando detrás de mi.
-Después comemos, ahora tengo que enseñarte una cosa.- Me pone una venda en los ojos y me la aprieta fuerte llevándose algun que otro pelo de mi cabellera, me quejo pero solo le oigo reír.
-Un dato que creo que se te ha escapado cielo, si me pones una venda en los ojos me va a ser algo difícil ver lo que me enseñes.- Ambos nos reímos. Entrelazamos las manos y desde mi espalda me va dirigiendo.
-Cállate y mira por donde pisas hay escalones de vez en cuando.- Me río por el pésimo chiste que ha intentado hacer.- Y como te caigas...
-Como me caiga, vienes detrás.- Levanto nuestras manos enlazadas. Me río y le noto como se acerca a mi oído.
-Siempre que caigas caeré contigo y sino lo hago, supongo que te entrelazaré la mano para levantarte.- Y me aprieta fuerte las manos. Un día de estos sé que moriré en sus brazos de un infarto, no debe ser legal que me diga estas cosas.
Seguimos andando hacia delante yo con una sonrisa en mi cara y creo que él otra en sus preciosos labios.
Oigo como abre una puerta y entramos. Bajo nosotros crujen unos tablones de madera, demasiado viejos, seguimos andando como unos cincuenta metros más hasta que me voltea un poco hacia la derecha y me suelta las manos. Se vuelve a acercar a mi oído y me susurra:
-Quédate aquí y cuándo yo te diga quítate la venda de tus preciosos ojos.- Me despisto si me habla tan lento, tan sensual, me desoriento.
Asiento. Noto pasos, Louis se va por el mismo camino por el que hemos venido antes. Espero a que me diga algo, pero nada ya escucho demasiado lejos sus pasos. Huelo a sudor, decadencia... De pronto oigo un ruido muy fuerte y algo me deslumbre. Ha encendido las luces, pero no cualquier lámpara, algo demasiado fuerte. Oigo como las bombillas se iluminan demasiado lejos y hace eco.
-Abre los ojos preciosa.- Le oigo gritar.
Me quito la venda poco a poco y creo caerme al suelo. Estoy subida al mejor escenario que pueda existir en el mundo. Actue aquí por primera vez en mi vida con cinco años, fue la primera vez que debuté como bailarina clásica, tenía cinco años y estaba en las audiciones para "Plan d" mi escuela que me dio el salto a "la fama" que tengo ahora. Noto como una lágrima cae de mis ojos, no me creo que me haga esto.
-Bienvenida a tu verdadera casa.- Me abraza por detrás y me besa el cuello.
No puedo gesticular palabra. Pero lo intento, por él, por todo esto y por ser el mejor novio del mundo.
-Gracias, jamás te lo podré agradecer lo suficiente, pero si sirve gracias.
-No me hacen falta tus "gracias",-me acaricia la mejilla tocando mis lágrimas.- me sirve esto. Bueno esto y volver atrás en el tiempo, cuando tus bailarinas te quedaban grandes, tu tutú estaba agarrado de imperdibles, cuando una pequeña princesa estaba más que feliz con su moño y cuando esa princesa se convirtió en la reina del cascanueces. Quiero volver a ver debutar a esa reina.
Creo que solo por él volveré a ser la reina del escenario.

Fin del capítulo

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Hello lovers!
Aquí tenéis la última entrega de 'Dare To Dream', ¿os ha gustado? La continuación en el siguiente cap.
muchooooos besos Xx

lunes, 15 de julio de 2013

Capítulo 15 -DTD

CAPÍTULO 15
"Una semana para TXF 
Al despertarme no hay nadie en mi cama. Si yo no recuerdo mal Louis estaba conmigo durmiendo después de lo que nos pasó. El reloj digital de mi mesilla marca las nueve y media del miércoles. No quiero sacar conclusiones precipitadas sobre la marcha de Louis, a lo mejor se fue al quedarme yo dormida y no ha pasado la noche conmigo o por el contrario ha madrugado y se ha ido antes.
Bajo las escaleras con la ilusión de volver a encontrármelo en la cocina haciéndome el desayuno, pero no está. En cambio el desayuno sí. Hay una nota al lado.
"Buenos días mi amor, siento no haber podido hacer el desayuno contigo
pero tengo unos asuntillos importantes que debo hacer, así que te lo dejo ya hecho. 
A cambio solo te pido una cosa, no me llames y a las cuatro y media ve a 'Garden Street'. 
Te quiere mucho, tu princeso.
Agarro con fuerza la nota y la pego junto a mi pecho mientras observo el desayuno que me ha hecho antes de irse. Unas tostadas, una café, un zumo, cereales... ¿Pretende que vaya hasta 'Garden Street' rodando? Sonrío al verlo todo, si tenía cosas que hacer se ha parado antes para prepararme todo esto. Quiero llamarle pero tengo que hacerle caso, a parte, ¿a dónde quiere llevarme? Esa calle esta llena de pubs, pero a las cuatro y media de la tarde no habrá ninguno abierto. No se que quiere, pero voy a ir.
Mientras me tomo el desayuno con una sonrisa en la cara llamo a Andy para ver si quiere dar una vuelta, además todavía me tengo que disculpar con ella por lo del parque. Acepta encantada, así que sigo tomándome mi desayuno tranquilamente.


Ya la he contado todo lo de Louis, tanto como lo de la piscina como lo de la nota del desayuno. Llevamos algo más de dos horas y media andando y a mí se me ha echo extremadamente corto. 
-Andy llevamos todo el rato andando por el mismo sitio.- Gruño.
-Es que es muy bonito. ¿A que sí?
-Oh, sí, me he enamorado. Cariño, es un barrio como otro cualquiera, hay muchas casas como las nuestras, árboles en las acercas, perros haciendo.. em, sus cositas- Señalo al perro y la dueña que mira con el ceño fruncido a las "cositas" de su perro- y señoras que pretenden que la caca de sus perros salga rosa.-Andy se ríe y me coge del brazo para salir andando-corriendo de la zona del perro de caca rosa.
-Vale, vale, ya, me quedo sin circulación en las venas.
-Anda exagerada- protesta con una sonrisa en la cara. Se para en frente de un banco y se sienta, la imito.
-Vale, desembucha por esa boca.- La digo.
-Es que.. ¿te acuerdas de Guillermo?- Niego con la cabeza- Normal estabas muy borracha. El día de la fiesta fue uno de los que te comió la boca.
-¡Andy! Que no digas eso que suena fatal, de los que besé.
-No me vengas ahora de princesita amorosa después de haber zorreado con todo el mundo en la fiesta.- Me asusto cuando me dice eso. 
La verdad, no he vuelto a pensar mucho en aquella fiesta, es el menor de mis problemas, pero ahora que le doy vueltas llego a la conclusión de que como pillé un pedo del copón no recuerdo nada, así que no sé que hice, por eso tengo miedo. No sé si me acarreará problemas o por suerte, todos estaban igual de pedo que yo y no recuerden tampoco la de idioteces que pude hacer esa noche.
-Anda sigue, ¿qué pasa con el tal Guillermo ese?
-Pues qué después de besarte a ti parece que se quedó como pillado de la princesita zorrona- La fulmino con la mirada aunque ella continua, con una pequeña sonrisa asomándose por la comisura de sus labios- El caso es que fui a consolarlo y me besó, aparca esa sonrisa porque después me dijo que me besó porque pensaba en ti. Así que me enfadé con él.
-¿Y le pegaste una bofetada?
-Me ofende que me preguntes eso, pues claro.- Me río y vuelve al hilo inicial- Y bueno, ayer antes de irme a dormir me empezó a hablar por mensajes, me pidió perdón y me dijo que es que estaba muy borracho, que fue un error...  lo típico.
-¿Guillermo vive en esta casa verdad?- Asiente con las mejillas rojizas.
-No creo haberme enamorado, pero siento algo.- Yo empiezo a aplaudir.
-Oh, al fin. Creía que te ibas a quedar sola hasta el final de la eternidad.- Me pega cariñosamente en el hombro mientras ambas nos reímos- Anda tonta que es broma. ¿Oye y es guapo?
-Pero si te liaste con él en la fiesta.
-Ya, pero me líe con tantos...- Digo divertida.- ¿Tienes foto?
-Mmm... no.
Y a mí se me iluminó la bombilla. Me acerco corriendo al telefonillo que está paralelo a nosotras y lo pulso detenidamente. Andy viene corriendo a mis espaldas y me intenta agarrar el brazo, pero soy más rápida que ella.
-¿Sí?- Se escucha al otro lado del comunicador.
-Hola, ¿Guillermo?
-El mismo.- Dice divertido.
-Baja un segundo, hay alguien que quiere verte.- Andy ya opta por subirse a mi espalda y taparme la boca, para cuando lo ha hecho, el chico ya está bajando.
-¿Tú eres idiota?
-Sí, pero una idiota con inteligencia y que ama mucho a su amiga.- La beso la mejilla muy fuerte.
-¿A dónde vas?
-He quedado con Louis, recuerda.- Digo alejándome hacia atrás- Llámame cuando te haya pedido ser su princesita zorrona sustituta, ¿vale? Te quiero.
Ya la oigo a lo lejos como refunfuñar y suelta varios insultos al aire, pero a lo lejos, yo ya estoy corriendo hacia mi casa aun tengo que comer y prepararme.
Al llegar corro a la ducha, son las tres y media y tengo que salir de aquí a las cuatro. Aunque antes no me había dado cuenta ahora siento los nervios y la excitación como suben desde la puntas de los pies hasta la cabeza. Son como pequeñas descargas eléctricas que te dan oleadas de energía y motivación, o al menos a mí.
Al salir de la ducha me pongo una blusa de seda blanca con unos shorts vaqueros que parecen estar arañados, unos botines marrones a conjunto con mi bolso y me hago una trenza a un lado, que cae ligeramente por mi hombro derecho.
No me da tiempo, y no me gusta llegar tarde a los sitios, así que salgo corriendo de casa. 
Cuando llevo diez minutos de camino paso al lado de un kebab y entro. Me pido un menú grande con bebida, al dármelo salgo y me lo voy comiendo por el camino.
Es gracioso como la gente me mira, voy tan arreglada y mona y a la vez me estoy comiendo un menú grande que me llena de churretes la cara. 
Sigo andando a un buen paso, mientras rezo para que no me mache, a buena hora me puse yo blusa blanca. 

Me apoyo en una farola en 'Garden Street', solo queda esperar. Miro a un lado para controlar el panorama, casi todos los locales que hay son karaokes, pubs, o discotecas. No sé porque me ha traído aquí a estas horas, la mayoría por no decir todos están cerrados.
De pronto noto una lengua que lame toda mi mejilla cerca de la comisura de mis labios.
-Mmmm... kebab.
-Agg Louis que susto me has dado. Que guarro eres.
-Hola mi amor, que guapa estás tú también, si estoy bien, ¿y tú?- Me río y él deja a relucir sus perfectos dientes.
-Idiota.- Me acerco a sus labios y los beso lentamente saboreándolos.- Bueno y ¿qué hacemos aquí?
-Besarnos.- Y vuelve a encajar mis labios con los suyos, no puedo con él, cada día le quiero más.
-No, en serio Louis.
-Ven aquí impaciente. ¡Ains! No hay quien te de una sorpresa, ¿eh?- Me río mientras él agarra con fuerza mi mano y tira de mi hasta uno de los locales.
La puerta chirría al abrirla. Da a unas escaleras hacia el subsuelo. Resbalan. Hay muchas bombillas pero no alumbran demasiado, es muy tétrico todo. La segunda puerta da a un local de karaoke bastante amplio, la luz al igual que en las escaleras, es tenue y escasa. Las paredes están cubiertas de todo tipo de posters, de todo tipo de cantantes, desde los 80 hasta hoy. Hay una barra a un lado del local, llena de millones de botellas de todos los licores existentes en la faz de la tierra, eso explica la humedad y el olor a alcohol que vaga por el aire. También hay muchas mesas con sillas y como no un pequeño escenario en frente de todo para cantar el karaoke, está bastante bien ambientado. En una de las mesas hay un hombre con gafas, calvo pero con una gran barba, es bastante horrendo, pero tiene un papel y bolígrafo tumbados en la mesa frente a él, y un maletín reposa en la silla que hay a su derecha, algo me dice que por muy horroroso que sea va a jugar un papel importante en la vida de Louis.
-Chloe, esté es Fernando Killop, mi nuevo mannager.- Se acerca a él, este me ofrece la mano mientras yo se la estrecho.
-Encantada.
-Muy buenas, ¿nos sentamos y hablamos de todas las cosas pendientes?- Me siento temerosa, no entiendo por qué, pero supongo que no me esperaba esto. Una cita, unas canciones, unos besos... no un contrato, un bolígrafo y una mirada punzante que me acribilla bajo los cristales de esas pequeñas gafas de diseño.

En resumen las dos horas de bla bla bla de mi querido Fernando se basaron en leernos todo el contrato de Louis. Había sido preseleccionado para audicionar, su día era el miércoles de la siguiente semana, 10 de Septiembre. ¿Sólo me quedaba una semana a su lado? Eso parecía.
-Lo que yo sigo sin entender, y mira que Fernando habla y habla- sonríe- es qué hago yo aquí.- Le digo a Louis mientras él absorbe su bebida y Fernando sale a tomar un poco el aire.
-Muy sencillo, firmar este papel puede ser el comienzo de algo grande para mí, si llego a cumplir mi sueño podré decirle a la prensa orgulloso algún día "La persona más importante de mi vida estuvo desde el primer momento de mi carrera" y todas mis fans se volverán locas.
-O me odiarán.
-¿Qué dices? Te amarán.
-¿A mí? A la chica que besa a su ídolo, no lo creo, yo he sido una de esas fans.
-¿Y ahora sales con un cantante famoso para contrarrestar todos los besos que no distes a tus ídolos de adolescente?
-Cállate, que de momento famoso eres poco.
-Bueno no me interesa la fama, he encontrado la felicidad en otro lugar, bueno persona.- Y se acerca lentamente a mis labios, los besa enloqueciéndome. Que tonto es, y lo que le quiero.


Las estrellas nos cubren las espaldas y el atardecer se asoma a nuestros ojos. Es maravilloso estás últimas noches de verano. La mano de Louis no ha soltado mi cadera en todo el camino, y aunque vamos sumergidos en una conversación mi mente vuela lejos de donde estamos. No he parado ni un segundo de darle vueltas a lo de esta tarde.
La audición es dentro de una semana, y para ser francos la voz de Louis es bastante buena, no he dudado ni un segundo en saber que le van a coger. Es su sueño y estoy inmensamente orgullosa y contenta de que pueda o intente alcanzarlo pero mi parte, posiblemente egoísta, está asomando. Llevo desde que tengo uso de razón al lado de Louis, llevaré seis años más o menos pillada de sus huesos y ahora no contamos más de dos semanas juntos, por eso me duele muchísimo que se vaya ahora. 
-¿En qué piensas? Pareces ausente.- Me interrumpe de mis pensamientos y me baja de mi mundo hasta la Tierra.
-¿Yo?
-Ajam.- Asiente con su cabeza apretando los labios.
-En nosotros...
Me aprisiona contra su cuerpo y me abraza más fuerte. Se para parándome a mi también. Acoge mi cara entres sus delicadas manos acariciando lentamente mis mejillas.
Nuestras miradas se cruzan, son fuertes, queman, a mi me queman. Ese poder que tiene con esos ojos azules, ese que me hace sentir diminuta, ese es el que siempre me mata al mirarle, pero es al que estoy adicta. 
-No te preocupes por mí, estaré bien.- Me dice sereno.
-Yo sé qué tú estarás bien, ¿pero y yo?
-Mira Chloe, si estás mal me llamas, no dudaré ni un segundo en escaparme de allí.
-No te dejaré hacerlo.
-¿Por qué?
-Porque si entras tienes que trabajar, es tu sueño, y te mereces más que nada en el mundo llegar a ser el cantante adolescente famoso que quieres ser, no voy a interponerme yo.
-Pero es que no te das cuenta que el único sueño que se puede interponer eres tú.
-No digas estupideces de enamorado Louis. Son tonterías que dices ahora porque estás conmigo, cuando estés allí no pensarás en mí.- Me deshago de sus manos y intento andar, aunque es en vano. Me agarra fuerte del brazo y me vuelve a colocar a la altura de sus ojos.
-Como si fuera tan fácil dejar de pensarte. Antes de decir eso, no me sonrías, no me hables, no me mires, no me beses, no me pienses... porque si lo haces me enamoras y luego no sales de mi cabeza.- Vuelve a atraparme entre sus manos- Pequeña, eres el mejor sueño que nadie puede llegar a tener.
¿Qué sus miradas matan? Es peor cuando se sincera, en esos momentos son en los que me caigo directa a la tumba. 
-Eres idiota, por decirme todo esto, pero te quiero.
-Soy tu idota.
-Y yo tu sueño.- Y fue entonces cuando en vez de matarme a mí, matamos las distancias y me besó como nunca antes me había besado.

Fin del capítulo

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Vas happenin' gurlies?
Siento la espera chiquitines, pero estaba perdida por la preciosa Segovia con la preciosa alternativa Mrs. Malik. (Date por aludida)
De ahora en adelante subiré más y más rápido :)
Espero que os haya gustado este cap.
Muchos bessooooosssss nos vemos en el siguiente cap. y como no ¡COMENTAR!
Os quiero Xxx

martes, 9 de julio de 2013

Capítulo 14 -DTD

CAPÍTULO 14
"Éxtasis"


Al terminar la sesión invito a Louis a mi casa, no quiero pasar tanto tiempo a solas y desde que estamos juntos no hemos tenido ningún momento romántico. Yo no soy de relaciones empalagosas, no soy una princesa, no vivo en un cuento y no busco un príncipe que me entregue mi zapato perdido pero eso no quita que no quiera hacer mi propia versión del cuento, algo alternativo. Me gusta quedar con Louis para hacer el idiota, ver una película y hacer más el idiota, para mí eso es lo más romántico del mundo, verle sonreír.
-Chloe, ¿qué ha pasado aquí?- Dice al entrar en el vestíbulo. 
<Mierda, se me olvidó recogerlas>-pienso.
-Eh, nada, ya te contaré más tarde.-Y le empujo dentro del salón.
Corre a tumbarse en el sofá. No creo en las almas gemelas, ni en la media naranja, es más yo estoy segura de que soy una lechuga, pero sí creo en tener alguien especial, un polo opuesto que sin saber como el universo te lo cruza en tu camino, para bien o para mal, Louis es mi polo opuesto.
Pongo ambos brazos en mis caderas y le miro divertida, aunque muevo la cabeza de un lado a otro en señal de negación, aunque no puedo evitar reírme. Se levanta lento con una sonrisa ladeada, y acaba corriendo hacia mí. La adrenalina parece correr por mis venas, grito mientras me coge por la cintura, me sube a sus hombros, ahora los gritos han pasado a ser carcajadas libres y sueltas que recorren cada esquina de la habitación.
-Louis, tengo complejo de saco de patatas.- Solo le oigo reír.
Sigue andando, mientras me hace cosquillas. No soporto las cosquillas, y por eso me las hace, son una forma de tortura a carcajadas. De repente noto más calor que el de mi casa, levanto como puedo la cara, es mi jardín. Ya veo el objetivo de Louis.
-Oh, no ni se te ocurra. Louis, ¡te mato!
Coge carrerilla y sale corriendo, pega un salto. La energía circula sin control por todo mi cuerpo, nuestras carcajadas se unen al unísono, estamos en un completo éxtasis. Noto poco a poco como las frías gotas invaden todo mi cuerpo.
"PLOF"
Mi piscina normalmente suele estar congelada, pero hoy está a una temperatura más decente, ¿o soy yo la que ha cambiado la temperatura?
Subo a la superficie a coger aire, él me sigue por detrás. Me abraza y me empieza a besar el cuello lentamente, subiendo poco a poco, sutilmente me muerde la oreja. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo de arriba a abajo, como una oleada de energía. La piel se me eriza, pero sigo sin tener frío. Compagina sus besos ahora con sus delicados dedos, fríos y largos que se deslizan sin problema por mi piel. Me acarician lentamente la parte baja del estómago, baja la cremallera de mi pantalón y me lo quita poco a poco, sin prisas. El pantalón empieza a flotar en la superficie del agua, lo cojo y lo tiro fuera, sin parar un segundo coge el borde de mi camiseta y me la empieza a subir hasta que me la quita y la tira fuera de la piscina. Me giro para hacerle lo mismo, su camiseta se desenvuelve rápidamente de su marcado cuerpo, acaricio su abdomen notando cada músculo, bajo hasta el pantalón para desabrochárselo y quitárselo.
Siento la necesidad de notar sus labios con los míos, besarle hasta no poder más. El sol empieza a hacerse un hueco entre el grupo de nubes que cubre nuestras cabezas, acaricia nuestros cuerpos semi-desnudos. Sus manos giran mi cuerpo para colocarme frente a él, me mira deseoso, me muestra una sonrisa ladina. No aguanto más. Me acerco poco hasta que rompo la distancia que había entre nosotros, era escasa pero dolía más que nada. 
Sus labios son finos, delicados, parecen frágiles al besarlos, para mí son perfectos. Sus manos empiezan a acariciar mi espalda de arriba a abajo, las mías revuelven su pelo mojado. Enlazo mis piernas sobre su abdomen mientras el me pega más, aunque sabe que es imposible a no ser que nos mezclemos en un mismo cuerpo, lo dicho, imposible.
Al principio sus besos son lentos, románticos, tranquilos pero poco a poco empiezan a enloquecer, a coger velocidad, hasta que ambos perdemos el control. Me coge y me sumerge dentro del agua sin soltarme de su cuerpo, no paramos nuestros besos. Siento como me pinchan los pulmones, como se me tensa todo el cuerpo y me pica la garganta y a la vez siento todo lo que los labios de Louis me transmiten, es una sensación maravillosa. Salimos de nuevo a la superficie, ambos necesitamos aire. 
Yo no soy directora de mis actos, mis manos le acarician sin control, mis besos enloquecen al son de los suyos, él tampoco es capitán de sus actos, ambos nos dejamos llevar por las hormonas que inundan está piscina.
Pero noto de repente unos dedos que van por un mal camino, bajan hasta mis bragas y las empieza a deshacer de mi cintura, otra mano empieza a acariciar mi sujetador. Mis manos siguen locas por la nuca de Louis y nuestros besos no cesan. Los dedos ágiles empiezan a deshacerse de la braga lentamente como queriendo congelar el momento.
-¡No! Espera Louis.- Le separo rápido de mi cuerpo.- No...- Empiezo a ruborizarme lo noto, y la vergüenza empieza a apoderarse de mí.- No creo que quiera hacer... esto.. ya sabes.. ahora.
Estaba loca por sus labios, ansiosa de tenerlo cerca a él, pero yo sigo teniendo diecisiete años, sé que él no es virgen, está claro, pero yo sí y aunque no me importaría dejar de serlo con él no creo que este sea el momento, simplemente no estoy preparada.
No quiero mirarle, debe pensar que soy estúpida. Él quiere algo más de esta relación y lo veo normal, siempre en las relaciones ha convivido con el sexo, y yo le estoy privando de ello. 
Me deshago completamente de sus brazos y sus dedos salvajes y huyo como puedo de la piscina, salgo por las escalerillas y corro hacia mi casa. Parece que alguien me está persiguiendo, que me van a matar, pero solo huyo por miedo a las consecuencias de mis actos. Subo a mi habitación mientras algunas valientes gotas se escapan de mis ojos. Me encierro en mi habitación, bajo mis sábanas y solo dejo escapar mis lágrimas como se merecen.
No me ha dado ni dos minutoss para llorar a gusto cuando oigo el crujir de la puerta de mi habitación. Estoy dada la vuelta, totalmente cubierta por las sábanas y mi cara pegada a la almohada la cuál está totalmente impregnada de lágrimas. Solo oigo pasos que se acercan a  mí, se sienta y se tumba a mi lado. Parece temeroso de lo que hace, pero me abraza ante todo. Salgo de las sábanas, está tumbado junto a mí. Nos quedamos ambos a la altura de nuestros ojos, los míos están llorosos los suyos siguen con ese azul tan precioso que mata incluso a kilómetros de distancia.
Sus fríos dedos acarician mi mejilla poco a poco.
-No te preocupes, no me importa esperar por ti.-Me besa la mejilla calmando todo mi ser, como si todo el caos que reinaba sobre mí desapareciera con un simple gesto- No quiero presionarte, te quiero demasiado para hacerlo.
Me escondo en su pecho bajo sus fornidos brazos, hasta que me duermo con sus dulces besos sobre mi pelo.


Fin del capítulo

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Buenas!
Hacía mucho que no había un poco de acción amorosa en la novela, así que mejor forma que esta, ¿no?
COMENTADME, que hace mucho que no lo hacéis y me gusta leeros.
Muchos besos, nos leemos en el siguiente cap.

lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo 13 -DTD

CAPÍTULO 13


Las hojas crujen bajo mis pies. El otoño ya empieza a pasar factura, los árboles se van tiñendo de tonos marrones y amarillos, las hojas caen suaves y serenas sobre mi. Mis dedos recorren lentos la corteza de un árbol, rugoso, duro, me raspa las yemas de los dedos, como el sentimiento que me está raspando el corazón.
Voy dando vueltas por el bosque, no sé cuanto tiempo llevo andando pero el sol ya se ha escondido casi entre las altas copas de los robles. Tengo que irme ya a casa, cuando anochezca del todo habrá poca visibilidad, y aunque no quiero dormir en mi cama, tampoco me apetece hacerlo aquí.
Salgo al camino principal de arena que me llevará a la salida del parque, hay alguna farola de vez en cuando, así es más fácil caminar. Veo una silueta como a unos veinte pasos de donde yo estoy, es el tramo que hay entre una farola y otra en el que reina la oscuridad. Es una figura masculina. Está ahí parada, se gira y me mira pero sigo sin saber quien es. Para su camino y me espera. No se si seguir o quedarme quieta. 
La curiosidad mató al gato.
Sigo mi camino hasta pasar a su lado. Me paro. Le conozco, mejor de lo que pensaba. Es Byron, el popular del instituto que me inició la amistad con los JB´s el otro día en la fiesta. No sé si hoy estará igual de agradable que en la fiesta o por el contrario volverá a su postura normal que es tratarme como a los demás, pasando de sus culos y humillándolos.
-Anda mira quién está aquí, mi pequeña alcohólica.- Me pasa el brazo por los hombros, cosa que no quiero que haga. Lo bueno en estos casos es que mi diminuta altura comparada con la suya me permite escabullirme, lo que acabo de hacer en estos momentos. 
-Hola, ¿qué haces tú por aquí a estas horas?- Digo seca.
-Dando un paseo, la cosa es ¿qué hace la niña inocente por aquí a estas horas?
-No soy tan inocente como todos creéis.- No me quita la mirada de encima, sus ojos brillan en la oscuridad incluso y me apuntan como única dirección, me intimida.- Eso es lo que todos pensáis, pero no me conocéis.
-¿Tienes un lado salvaje?- Dice divertido. Le noto algo en la voz, no es su voz normal, algo le ha variado.
-Em... sí, podría decirse..-No me da buena espina este chico ahora mismo, es muy raro que estemos hablando de mi lado "salvaje", es más, ¿que hago yo hablando con él de como soy o dejo de ser?- Bueno Byron, ya nos veremos.
-¿Te vas ya?- Asiento y empiezo a andar aunque sea hasta la siguiente farola, en la luz me siento más segura que en la oscuridad.- Oh, no quédate un rato más, me apetece quedarme contigo un rato.- Me agarra de la cintura y me arrastra hasta su cuerpo. Me abraza por detrás. Noto todo su aliento en mi cuello hasta que llego a olerlo, alcohol. Por eso sus pasos no eran seguros, no tenían una dirección fija, sino que tambaleaban de tanto en cuanto. Me intento escapar de sus fornidos brazos, cuando lo consigo mi mente dice de salir huyendo, pero me quedo en el sitio contemplándolo  Tiene los ojos ensangrentados, no sé por qué. Me da pena, lo bajo que ha caído este chico, las drogas y el alcohol lo han trasformado, y aquí está el resultado, un chico alto, guapo, musculoso echado a perder.
-A...adiós.- Y salgo casi corriendo del parque como es niña inocente que todos piensan que soy.

Al llegar a casa todo está en silencio, oscuro. Enciendo la luz del hall, hay un zapatero, un armario y un espejo. Alrededor de este último hay montones de fotos pegadas con celo, de Louis y yo de pequeños, de Andy y yo juntas haciendo el subnormal, y de mis padres. Las tenemos ahí colgadas como recuerdos. Antes me hacían sonreír ahora me matan lentamente. Me aprisiono la espalda contra la pared como si esos trozos de papel me diesen miedo, estoy frente al espejo. Me miro, mi silueta. Pequeña. En una casa enorme, sola para mí. Sola.
Todas estas palabras vagan por mi mente sin parar, no me las quito de la cabeza. Miro a ambos lados, nadie, oscuridad y soledad es lo que me rodea. Vuelvo a mirar las fotos, pero mi mirada se para en una, la más especial de todas. Mi madre y mi padre me tienen en brazos y me están besando cada uno una mejilla. Me acerco a ella y la arranco con brusquedad, tan nítida, tan bonita. Crash. Veo caer los dos pedazos de la foto sobre mis pies, levanto la vista y veo el resto de fotos con mis padres. Es como si la rabia se apoderara de mi a pasos agigantados, mis manos van por libre. Empiezo a arrancar las fotos, las destrozo y van cayendo los pedacitos al suelo. No sé hace cuanto he empezado a llorar, pero ahora las gotas de agua caen sin freno alguno. No puedo más, no quedan más fotos ni yo tengo más fuerza así que me dejo caer al suelo. Suena el golpe de mi cuerpo contra la tarima, me llevo las manos a la cara y la escondo en mis rodillas. Estoy tirada encima de los recuerdos de mis padres.
No sé si es normal lo que hago, pero es que ahora mismo me siento sola, más que nunca. Cuando mi padre no estaba me sentía así pero había como una parte de mí que estaba tranquila porque sabía que algún día volvería a estar conmigo, ahora sé que ya no lo hará.


Las sábanas parecen agarrarme y no quererme despegar del colchón pero el despertador me amenaza con provocarme dolor de cabeza desde por la mañana, así que lo apago y me levanto. Hoy es un día algo más nublado que el de ayer, pero no hace frío aún.
Bajo los peldaños de las escaleras dejando que la moqueta acaricie mis pies, pero antes de bajar del todo oigo el ruido del exprimidor. ¿Fantasmas? Tonterías, no salen por las mañanas.
Los siguientes pasos escaleras abajo los hago más sigilosos, ¿un ladrón? No creo, un ladrón no se haría un zumo antes de atracar, digo yo. Sigo bajando las escaleras y llego al salón, cojo un cojín y me acerco a la cocina, abro la puerta lentamente y lanzo el cojín con todas mis fuerzas sin mirar.
-¡Ay!- Se queja y se le cae una bandeja que llevaba en la mano.
-Mierda Louis, que susto me has dado.
-Eso debería decirte yo.- Se agacha y coge el cojín y me lo enseña.- ¿Así se dan los buenos días?- Me río avergonzada de mi acto.
-Jaja lo siento, no se quien eras.
-Louis William Tomlinson Austin Troy, encantado.- Y me ofrece la mano. Se la estrecho.
-Chloe Brown James Mckarny, encantada.
-Jaja, ¿desayunamos princesa?
-Sí princeso. Jajaja.
-¿Sabes que tiene doble sentido esa palabra?- Agarro mi plato y voy a la mesa.
-Por qué te crees que la he dicho.- Y le escucho reír.


El fisioterapeuta está a unas cuatro o cinco calles de mi casa así que vamos andando. Estoy muy nerviosa de lo que pueda pasar. 
Al llegar mi fisio me está esperando en la entrada.
-Buenos días Chloe.
-Hola, este es Louis ha venido a acompañarme.
-Ah, vale estupendo. ¿Pasamos dentro y empezamos?- Asiento. Empieza a andar y nos indica la puerta, ando pero mis pasos no son seguros, estoy muy nerviosa. Noto como mi labio inferior tiembla, me agarro fuerte al brazo de Louis.
-No me sueltes.
-Aunque quiera estás pegada como una lapa.
-Oh cállate princeso.- Se ríe y entramos.
La sala es bastante amplia, tiene un espejo en una de las paredes que la ocupa entera, unas pelotas grandes con las que se hace yoga y en una esquina está todo el material como esterillas. Es como un gimnasio o una sala de baile,empiezo a ponerme más nerviosa aún.
Me pide que me siente en una de las pelotas gigantes, le obedezco. Louis se sienta frente a mi en el suelo. 
-No me llames fisio, Chloe, llámame Diego.
-Vale.- Le sonrío.
A mis adentros siento ser tan borde, pero los nervios reinan sobre mí, no puedo ser yo misma. Miro a Louis quien me sonríe dulce, es mi pequeña dosis de fuerza y apoyo.
Diego empieza a masajearme el obstáculo unas cuantas veces y luego empezamos con algunos ejercicios como moverme, correr, saltar a la pata coja.
-Muy bien esto último, ahora un descanso de cinco minutos, ¿vale?
-Perfecto.- Sonrío más ampliamente, los nervios casi han desaparecido, a cada ejercicio en el que veía que mi pie reaccionaba bien un peso se me quitaba de encima.
Diego se acerca al armario de los materiales y Louis se levanta a hablar con él, yo me quedo sentada en el suelo observando mi obstáculo. Me parece increíble que haya reaccionado tan bien.
Me miro en el espejo, hoy parezco más persona que ayer. No le he contado a nadie aún mi arrebato con las fotos que tuve anoche, no creo que lo haga.
De repente empieza a sonar una canción. Mi canción. 'Try' de P!nk. Con ella debuté en la competición más importante de Londres, con ella gané mi título de mejor bailarina del año 2011, desde que me pasó lo del pie no he querido volver a escucharla, la cogí manía, Louis lo sabe, ¿por qué coño me la está poniendo ahora?
Si las miradas matasen Louis ya sería un cadáver.
Se acerca a mí junto con Diego. Me mira sonriente, mi cara es inversa.
-Ahora ponte de pie, vamos a empezar a hacer ejercicios con la música.- Mi mente se niega en rotundo a hacerlo, menos si es con esta canción, pero como mi mente y mi cuerpo parecen ir por libre el uno del otro, me levanto y me coloco a su lado.
-¿Podría ser con otra canción?- Pregunto inocente.
-Terapia de choque, vas a superar tu obstáculo con tu fobia a esta canción.- Me susurra Louis.
Se aleja dos pasos detrás de mi espalda y se para con los brazos cruzados. Nuestras miradas se cruzan en el espejo, no sé por qué estoy haciendo esto, no se si es por él o es por mi, pero sin pensarlo demasiado empiezo a seguir las ordenes de Diego. Mi pie reacciona, ¡mi pie reacciona! Es la canción, es por mi canción. 
Terminada la sesión salimos a la consulta.
-Chloe debo felicitarte a ti y a tu pie, ha respondido mejor de lo que me esperaba. Te doy cita para dentro de dos días.- Y empieza a escribir en un papel.
-¿¡Dentro de dos días!?
-Sí, debemos continuar con la terapia con rapidez quiero comprobar si es que tu pie ha despertado o solamente ha sido hoy el día en el que ha reaccionado. El jueves nos vemos Chloe.- Me entrega la tarjeta de la visita mientras Louis y yo nos vamos de la consulta.
Al salir no se como sentirme, en definitiva no me gusta venir aquí siempre acabo saliendo con las ideas confusas. 


Fin del capítulo

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Hola!!!
Siento haber tardado tanto en subir cap. pero es que estoy de vacaciones con mis amigas y la verdad no tengo mucho tiempo para escribir xD
Por eso este capítulo se lo dedico a ellas, las mejores amigas que nadie puede tener, me roban todo el tiempo y las sonrisas que tengo, y jamás se lo podré agradecer tanto como ellas se lo merecen. Un doce infinito.
Nos leemos en el siguiente capitulo chiquitines. :D