sábado, 28 de diciembre de 2013

Capítulo 33 -DTD

CAPÍTULO 33

Especial 1er año del blog

Me sujeto con una mano a la pared rugosa de la entrada del local. Los policías me miran extañados, yo les veo borrosos. La cabeza me da vueltas, sobrecarga de información, advierte mi cerebro.
-¿Se encuentra bien Srt. Brown?
Intento contestar pero las palabras se quedan atrapadas en algún lugar de mi garganta, así que me limito a asentir. Los dos agentes formulan algunas palabras que soy incapaz de oír y gesticulan un gesto con la mano a señal de despedida, para luego retroceder y marcharse por la puerta. Me quedo allí, con la espalda apoyada en la pared del pasillo. La oscuridad lo invade todo, sólo hay una tenue luz de la puerta de entrada y un murmullo distanciado de gente pasándoselo bien.
En cambio a mí me siento faltar el aire, la cabeza me retumba entre todo mi alrededor provocando la inestabilidad que me impide estar de pie sin un apoyo. Siento todo lejano, como si yo estuviera fuera de órbita. Las pulsaciones se me aceleran y noto correr la sangre a toda velocidad por mis venas.
No quiero ver a mi padre, ni a Kris, ni a nadie. Quiero vivir mi vida, sin ellos, tengo derecho a ser feliz o al menos a que haya algo de normalidad en mi vida y dejar de correr de todos lados, dejar de tener miedo cada vez que me acuesto y despertarte gritando con cada pesadilla. 
-¡Chloe aquí estás, vamos todos te esperan dentro!- Grita alguien. Me agarra del brazo y tira de mí dentro del local. Es Camila. Lleva los cabellos recogidos en una larga cola de caballo y un fabuloso vestido rojo largo, va preciosa. Me dejo llevar por ella y al entrar dentro de la sala un fuerte olor a alcohol y sudor me impacta. Todo el mundo baila en la pista. 
Camila me arrastra al centro de la pista mientras la gente me va saludando y felicitando. Yo oigo todo lejano, absorta en mí y mis pensamientos, todo parece retardado y da vueltas a mi alrededor. Las luces me confunden y tantos cuerpos pegados me marean. Todos están bailando, chorreando sudor y endorfinas, cuerpos pegados a otros, lenguas en busca de otras ajenas. 
Me para en el centro de la pista y todos nos rodean. Presumen de sonrisas, de felicidad. Gritan mi nombre y Camila empieza a soltar un discursito del cual no entiendo nada. Cada vez me mareo más. Miro a Louis que está cerca de mí sonriente. De pronto su cara cambia a una mueca de preocupación, me examina y yo le miro de soslayo. Cuando me formula una pregunta con los labios...
<<¿Estás bien?>> 
Entonces todo se apaga y mi cuerpo se deja caer para chocar contra el suelo.




Cuando vuelvo a abrir los ojos una potente luz blanca me golpea la visión y me obliga a cerrar los ojos. Se oyen murmullos al alrededor y intento volver a abrir los ojos con la mano de visera. 
Y lo primero que veo es una sonrisa del mismo blanco que me atacó antes, unos ojos esmeraldas cansados con cuencas oscuras bajo ellos y el pelo castaño alborotado como de costumbre.
-Hola mi amor.- Susurra y intenta sacar una de sus mejores sonrisas, pero solo consigue hacer curvar la fina línea que sus labios hacían.
Inspiro hondo para hacer llegar un poco de oxígeno a mis pulmones. El aire huele a menta y lluvia, tan fresco que hasta da frío. Me quedo mirando al rededor de la cama en la que estoy tumbada y veo a Max dormido en la silla de acompañantes.
-Hola Louis, ¿qué hora es?
-Las cuatro y media. Has dormido todo el día.
-¿Dónde está Diana?- Pregunto alarmada.
-Tranquila, Harry y Andy se quedaron con ella en casa.
Me paso los dedos por la sien y intento recordar un poco.
-¿Te encuentras bien?- Dice con toque de alarma en la voz.
-Sí, sólo que no sé como he llegado hasta aquí. Bueno sí lo sé, pero...
-...¿pero?
-Pero no se qué hacer con todo esto. Tobias, mi padre...
-¿Tobias?
-Sí, bueno, veras... emm.. me lo volví a encontrar anoche, me dijo que tenía que cumplir una misión conmigo, que eran órdenes de su jefe y antes de esfumarse como siempre dijo que tendría noticias suyas pronto.
Louis con paso firme pero manos resbaladizas se sentó cerca de mí en la cama y guardó entre sus palmas mis manos blancas y frías. Notaba como me transmitía energía, como poco a poco el aire se volvía más húmedo y cálido, apretó con fuerza mis manos para luego besar uno a uno mis nudillos. Mi corazón dio un vuelco haciendo llevar fuera de órbita mis pulsaciones. Cada contacto de su piel rozando contra la mía altera mi sistema nervioso.
-Cariño, deberías dejar de ver a Tobias... no es una buena influencia para mí.- Le miré atónita. ¿De verdad estaba diciendo eso?
-¿Crees que quiero verle? ¿Que le busco o algo? Me ha amenazado y tú crees que me gusta que me sorprenda y me acorrale para decirme cosas así, ¿no? Pues siento defraudarte Louis, pero no es así.- Y le quito la mano brusca. Dejo de mirarle para apartar la cabeza  y observar por la ventana como las nubes colapsan el cielo. Pero sé que me sigue mirando, siento el peso de su mirada aplastarme los hombros y la culpabilidad de haberle gritado oprimiendo mi pecho.- Lo siento.- Susurro al fin.
-No te preocupes, tienes miedo y cuando tienes miedo sueles ponerte así.- Que pena que me conozca tanto.
Sus portentosos brazos me envuelven el torso atrayéndome hacia su pecho. Me abraza más fuerte mientras se recuesta en la cama. Esta vez no se lo impido. Me acomodo en su pecho hasta que ambos quedamos tumbados.
-No quiero verles en el juicio.- Declaro al final.
-Lo sé, pero eres demasiado valiente y lo harás.
-Louis, me he cansado de ser valiente.- Y suspiro soltando todo el aire y la presión que encogía mi pecho.- Estoy harta de vivir así, poniéndome siempre a prueba, demostrándome una y otra vez que puedo salir de los problemas, me he cansado.
-No puedes rendirte ahora.- Dice. Sus manos acarician mis mejillas que enrojecen al primer contacto, le miro. Sus ojos gritan a voces <<Pobrecita, pobrecita>>. No quiero dar pena pero a la vez estoy harta de seguir luchando para demostrar que soy fuerte cuando no lo soy.- Chloe, es verdad que te han pasado muchas cosas, bastante malas, que has tenido que esforzarte para derrotarlas, pero mira eso, todo ha pasado, lo has pasado tú solita.
-Ese es el mayor problema Louis, que lo he pasado sola. Y a mi se me han acabado las fuerzas para seguir con todo esto.
-¡Eh!- Exclama clavando la mirada más fuerte en mí, siento como si millones de cuchillas cortaran mis ojos, como echar sal en las heridas, con tan solo una mirada suya.- No estás sola, ya no lo estás. Sé qué va a ser difícil vertelas allí en el juicio con esos cabrones, pero debes hacerlo, se merecen ir a la cárcel, pudrirse allí el resto de su asquerosa vida por haberte hecho lo que te hicieron.- La voz le tiembla tanto como a mí las piernas. Hacía mucho que no le veía tan enfadado.- Sé que no quieres ir, pero debes ponerle justicia a eso, para que se arrepientan el resto de sus vidas de haberte puesto una mano encima.- Y entonces su mirada deja de ser tan dura y torna a una suave y sensible que me envuelve en un estado de tranquilidad.- Qué se arrepientan tanto como yo por no haberte protegido esa noche,- Susurra-, no te volveré a dejar sola, ¿me entiendes? Jamás nadie volverá a hacerte daño, y si lo intentan... Si lo intentan tendrán que pasar por encima de mí antes de volver a tocarte.
Sus brazos ya no me agarraban con la misma fuerza, habían perdido intensidad a medida que vomitaba los sentimientos disfrazados de palabras. Saber que alguien daría la vida por ti, a mi no me enorgullece, me da miedo. Me siento responsable de él, sé en toda la mierda que ya estoy metida, no quiero meterle a él. Si es verdad que me rindo y dejo que me acosen sin ofrecer la mínima resistencia a cambio él vendrá a socorrerme, ese momento "romántico" realmente es un momento en el que le estoy exponiendo a toda clase de peligros y no quiero que le hagan daño a él, menos por culpa mía, porque yo también le quiero, y sin pensarlo dos veces yo también daría la vida por él.
-Louis...- Las palabras no lograban emanar de mi garganta, no sabía qué decirle. Baje la mirada angustiada y él, simplemente me besó. Puso sus labios entre los míos, y yo los abrí para dejarme llevar por su adictiva manera de hacerme heridas en los labios. Notar la presión de él sobre mi boca me hizo relajarme, dejé de temblar. Posó sus manos por mis caderas apretándolas más contra las suyas.
-Jamás te volverán a hacer daño,- Volvió a besarme.- Excepto yo, por las noches me transformo y a veces los gemidos duelen.
-¡Louis!- Grite entre sus carcajadas. Cada risotada sonaba mejor que la anterior, soy adicta a su forma de reír, es tan dulce y divertida.
Entonces oí como alguien tosía, y no de una manera muy natural. Al contrario, sonaba bastante superficial.
-Mierda, la princesa se ha despertado.- Me susurra cerca del oído Louis.
Le pego en el pecho un suave puñetazo que le arranca una amplia sonrisa.
-Se llama Max, no princesa.
-Es una princesa.- Dice sin apartar la sonrisa.
-Y tú un cretino.
-Pero me amas.- Y me robó un fugaz beso. Sonreí y le miré divertida.
-Perdón, debí decir un creído.
-Te confundiste de palabra, el golpe que te diste en la cabeza debió ser más fuerte de lo que creí.- Y le volví a pegar cuando me di cuenta de la vergonzosa situación que estaría pasando Max. Me aclaré la garganta.
-Buenos días Max.
-Buenos días los tuyos preciosa.- Y mira a Louis aún recostado en mi cama. Me sonrojé levemente y le volví a dirigir la mirada.
-¿Has dormido ahí toda la noche?- Pregunté curiosa. El sillón-sofá no parecía la mejor opción para pasar la noche.
-Sí, no todos hemos tenido la suerte de dormir contigo.- Dijo sin apartar la mirada de Louis pero a la vez con  una dulce sonrisa mañanera.
-Eh, relájate princesa, ella está cogida.- Dijo Louis a la defensiva pasándome un brazo por el estómago. Max rió satisfactorio como si lo que iba buscando desde un principio fuera provocar a Louis.
-Tranquilo, no pienso robártela. Yo ya tengo al mío.- Y le dedicó una sonrisa. <<Un poco cabrón el tuyo, pero sí, nadie dijo que tuvieras buen gusto para elegir novio>>- susurró Louis.- Aunque dormiría antes contigo que con ella.- Y le guiñó un ojo a Louis que hizo que se revolviera, no sé si de asco o de terror.
-Vale, haber si me tengo que poner ahora yo celosa Max.- Y él volvió a reír. Louis me agarró más fuerte.
-Tu amigo me da miedo.- Murmura y yo sonrío levemente.
-Tranquilo, las princesas no hacen daño.
-Cambiando un poco de tema, Chloe, cielo- Empezó a decir Max. Estaba descalzo con una camiseta de manga corta blanca y unos pitillos negros, se le notaban las ojeras de haber dormido poco, pero jamás dejaba de sonreír, y hoy no era una excepción.- si hoy te dan el alta debes ir esta tarde al juicio.
-¿¡Ya, esta tarde!? ¿Por qué tanta rapidez? Estas cosas no son tan... rápidas.- Tampoco sabía nada de los tramites de los Juzgados de Justicia del país, pero jamás pensé que todo fuera de un día para otro, y nunca mejor dicho.
-Sí, últimamente hay muchos casos como el tuyo y los funcionarios no dan a más, así que lo hacen todo lo más rápido posible para poder impartir justicia a todo el mundo de la manera más eficaz.
-Pareces uno de ellos.- Dijo Louis ya levantado con el pecho descubierto. Se estaba cambiando de camiseta. Cuándo me quise dar cuenta, aparté veloz la mirada de su torso desnudo, él me miró con una divertida sonrisa en sus labios, le gustaba verme en estos casos cuando me avergonzaba.
-Además de cantar se hacer otras cosas.- Dejó la duda en el aire para hacerse el interesante.
-Como mirarme el pecho sin camiseta, ¿no?- Pero nadie se hace el interesante con Louis cerca. Yo me reí y Max enrojeció por momentos, Louis le miró divertido y se puso la camiseta negra limpia.- Se acabó la fiesta princesa.- Se dirigió a mí y me beso la frente.- Voy a por un médico para hablar sobre tu alta hospitalaria, ¿vale?- Asentí mimosa dejando que la huella de sus labios me invadiera la piel.- No me eches mucho de menos, anda.- Y se fue satisfactorio fuera de la habitación, con sus andares masculinos y marcándose todos sus músculos de la espalda desde debajo de su camiseta.


Por fortuna o por desgracia una hora después estaba fuera del hospital. Pusimos rumbo a casa. Al llegar aparte de Harry y Andy, también me encontré a Zayn en la casa, husmeando en la nevera.
-¡Ey!- Gritó Max por encima de los sonidos de la televisión.- Dos, vale, pero tres,- Y dirigió su mirada a Zayn.- tres son multitud.
Zayn levantó las manos a la altura de la cara y puso una cara de inocente que no pegaba para nada con su forma de ser. 
-Tranquilo, se quitará la camisa si se lo pides.- Dijo Louis dándole una palmada en el hombro al pasar a su lado.
-Hombre, es el precio que tiene que pagar por alojarse en mi casa.
-Ah no, él puede pagarte con dinero, por suerte su carrera musical es mejor que la tuya y tiene dinero suficiente para pagarte antes que caer tan bajo como para hacerte un streap-tease a tí, princesa.- Dijo con una sonrisa burlona mientras le comía con la mirada.
-Pero bueno que le pasa a estos dos.- Dice Andy que se acerca corriendo a abrazarme.
-Qué son idiotas.
-Sí, esa es la mejor manera de definirnos.- Dijo sonriente Louis dejando la mochila en la habitación.
-¿Tú estás mejor cielo?- Dijo mirándome apenada.
-Sí, tranquila. Los médicos dicen que sólo me dí un fuerte golpe al desmayarme, pero no es nada grave.
-Es que a quién se le ocurre desmayarse el día de su cumpleaños.- Dice Harry tras Andy sonriente. Le saco la lengua y me abrazo a Andy. Aspiro su aroma a perfume caro y ella se esconde en mi cuello.
-¿De verdad estás bien?- Susurra.
-¿Te miento o te digo la verdad?
-Miénteme.
-Estoy bien.
Me estrecha más entre sus brazos y suspiro. Me deshago de su agarre antes de que sea demasiado tarde y me derrumbe sin querer en un hombro familiar.
-Comemos algo y nos vamos, ¿vale?- Dice Louis a mi espalda, tan cerca que huelo su aroma peculiar a crema y tierra, pero no tanto como para llegar a tocarme.
Asiento sin fuerzas para poder formular palabra alguna.
-Tranquila, yo te preparo la ropa.- Dice Andy y corriendo se va a mi habitación a sumergirse en mi armario.
-¿Vosotros no coméis?- Dice Max sentándose en el sofá mirando a todos los intrusos que están invadiendo su casa.
-Ya hemos comido, hemos comprado sandwiches para todos, serviros.- Dice Zayn poniendo una enorme pareja de emparedados de todos los sabores en la mesa del comedor. 
Me senté entre todos con Diana en los brazos. Estaba dormida, era su hora de la siesta, pero tenía que tenerla cerca y necesitaba estar con ella antes de enfrentarme a todo aquello. Apenas tenía apetito pero todos me obligaron a comer algo, no querían que me volviera a desmayar.



Una hora después ahí estaba yo, en la puerta de los juzgados con mi precioso vestido negro corto y mi blazer de chica de oficina. Me custodiaban Max y Louis, sé que Andy me insistió mucho en venir y acompañarme, pero no quería meterla en esta situación, nunca llevó bien los temas de justicia en ninguno de sus aspectos, además necesitaba que alguien cuidara de Diana a parte de Harry.
Entramos y nos dirigimos a la sala. Allí nos reunimos con un amigo de Max que era abogado, llevaban hablando desde la fiesta con él y el muchacho pareció interesarse por el caso -o por Max, eso ya no es de mi incumbencia- y se lo preparó.
-Chloe, relájate- Dijo el tal Jesus éste que iba a llevar mi caso- ya me lo he preparado todo, yo hablaré por ti, pero en algún momento te harán subir al estrado para que cuentes los hechos de aquella noche. Tenemos el caso ganado, ¿vale preciosa? Tú solo cuenta todo lo que pasó, no te saltes nada, y el resto está en manos de la justicia, con suerte se pudrirán el resto de sus miserables vidas encerrados entre barrotes, ¿de acuerdo?- Asentí deseando que dejara de apretarme tanto los hombros, seguramente me estuviera dejando marca. Se giró mirando a Max y Louis y dijo.- ¿Algo que objetar o pasamos ya dentro?
-No, todo perfecto, pero no la vuelvas a llamar preciosa, o sino la próxima vez me tocará a mí declarar por el asesinato de alguien.- Dijo Louis a la defensiva.
-Louis basta, no es el momento.- Los nervios se me escapan por la boca. Max me agarra y me intenta sonreír.
-Preparada o no, es la hora de la función.- Y abre la puerta. Hay público, como no, seguimos avanzando hacia el banquillo que nos corresponde. 
-No me sueltes.- Le susurro a Max.
-Descuida.
Nos sentamos Jesus y yo, y Louis y Max con el resto del público. No quiero mirar a mi izquierda, no quiero saber quien lidera el grupo de los acusados. Pero la curiosidad se apodera de mi y giro la cabeza en un rápido movimiento. Veo el pelo oscuro y las manos cruzadas características de mi padre y a su izquierda el pelo alborotado castaño claro de Kristopher. Les lidera un imponente hombre de piel oscura que por sus vestiduras apostaría que es su abogado. La juez presenta el caso con número 45692. El caso de que sea juez es un punto a nuestro favor ya que ella entenderá mi posición más que la de esos delicuentes.
Los abogados van saliendo gradualmente cada uno precedido del otro a defender ambas posturas, y entonces llega mi turno.
-Muy bien puede sentarse Lucian. Señorita Brown suba al estrado y cuente los hechos.
Me levanto con decisión pero con todo el cuerpo delirando interiormente. Los tacones no son altos pero no me transmiten mucha seguridad.
Al pasar por la mesa de aquellos que llamaba en algún lejano tiempo seres queridos una mano me frena. Es mi padre.
-Si haces que nos encierren a todos, te juro que pagarás caras las consecuencias.- Susurra.
-No te tengo miedo.- Me asusto con mi forma de responderle, tan dura y decidida. Lo digo con seguridad, aunque tanto él como yo sabemos que si le tengo miedo.
-¿Conoces ya a Tobias? Es un chico muy agradable, ¿verdad?- Entonces todos los músculos se me paralizan y me tenso, erguida y estática.
-¡Señor Brown!- Grita la juez.- Suelte a la muchacha.
Y unos tipos grandes con los trajes de policías le arrancan la mano de mi muñeca. Intento dar un paso, pero aunque mis músculos reaccionaron mi mente sigue paralizada. Les quito la mirada, mi padre sonríe malvadamente, con veneno en la mirada, en cambio Kris no ha levantado la mirada en ningún momento con la cabeza gacha, como avergonzado. No tiene valor de mirarme a la cara, el cobarde.
Me siento en el estrado y suspiro.
-Sin miedo, lo he peor ya ha pasado señorita Brown, así que tome aire y empiece a relatar todo.
-Conocí a Kristopher la cosa de un mes antes, nos hicimos amigos...- Me resisto a girar la cabeza y mirarle igual que antes he intentado no escupirle en la cara.-.. el llevó lo de los amigos al extremo, la noche en que volví de Londres de visitar a mi novio...
Cada palabra salía encadenada de la siguiente, vomitaba sentimientos, recuerdos. Me estaba desahogando con un vocabulario formal y conteniendo la ganas de llorar y patalear en el suelo, conteniendo los impulsos que me harían avanzar hacia su mesa y abofetearles las caras a ambos subnormales hasta que me sangraran las palmas de las manos.
Cuando terminé solo me quedó respirar y saber que yo ya había cumplido mi parte.
Oí maldecir a mi padre por detrás y ahí supe que era su fin, que pagaría todo lo que me hizo.
-Cuénteme la relación que tuvo con su padre, tras la muerte de su madre.
-¿Perdone?- Dije saliendo de mis pensamientos. ¿Qué tenía que ver nuestra relación con aquello?
-Sí, es fundamental saber cual fue su relación para averiguar los motivos ocultos de aquella trágica noche.
-Ya se lo he dicho, sólo querían el collar y el diario de mi madre, no había motivos ocultos señoría.
-¿Y no cree que a lo mejor su padre quería hacerla daño además de robarla algunos bienes preciados de su difunta esposa? Por que si solo hubiera querido robar, le hubiera sido más sencillo entrar cuando usted no estuviera en casa y quitarselo, en cambio hizo que su cuadrilla invadiera su cara, lo rompiera todo y que encima uno de los suyos la violará en el mismo domicilio familiar.
Entonces me sentí tan sumamente estúpida como jamás me sentí. ¿Cómo no me di cuenta de eso antes? Todo sucedió porque quería hacerme daño el cabrón. Creía que no podía llegar a odiarle más, pero es que me da cada día más motivos para romper barreras y superar el odio, asco y rencor que le tengo.
-Desde que murió mi madre él se desentendió de todo, casa, facturas, hija...

Dos horas después el juicio terminó... <<Y mi sentencia es irrevocable, declaro a Kristopher Jeremiahs, Robert Brown, Juan Lood, Albert Higgings(...) culpables del asalto a un domicilio familiar, invasión de propiedad, y violación a una menor, condenados a 45 años de cárcel, y en individual a Robert Brown progenitor de la acusadora, a cadena perpetua. Eso es todo>>
Cuando salimos por la misma puerta por la que entré, no salía mejor que como entré, los nervios seguían apoderados de mí. No podía quitarme de la cabeza sus palabras, "¿Conoces ya a Tobias? Es un chico muy agradable, ¿verdad?" No lo sabía, jamás pude pensar en relacionarlos, pero desde que me lo dijo todo encajaba, sus formas de perseguirme, de amenazarme... Yo era su misión y su jefe era mi padre.
Y de pronto alguien me empujó sacándome de mis pensamientos.
-¡Tenga cuidad...- Y la sangre se me heló. Kristopher. Salía esposado, con las manos a la espalda y tras él uno de los policías de antes que lo empujaba.
-Encantado de volver a verte, te he echado de menos.- La tripa se me revolvió provocándome náuseas.
El policía le empujo de nuevo para continuar su camino lejos del mío. Tras él salió mi padre farfullando algunas palabrotas y en la misma postura que Kristopher. Cuando me miro en sus ojos pude ver como se reflejaba su ira, ascendía como la llama viva del fuego y su cara se volvía del mismo color que este.
-Lo pagarás caro hija mía, lamentarás esto que me has hecho.
-¿Y lo que tú me hiciste, Robert?- Grité con los ojos escociéndome tanto como si me hubieran echado pimienta en ellos. Louis y Max corrieron hacia mi al despedirse de Jesus y me agarraron de la cintura.
-Vamos, déjale, se pudrirá en la cárcel.
-¡Me amargaste la vida! Ahora es tu turno.- Gritaba intentando deshacerme de los forcejeos que me impedían correr para arrancarle los ojos de cuajo.
-Lo lamentarás, recuerda este día y no digas que no te avisé.
-Llévense a ese tío lejos de aquí.- Gritó Louis al policía que le empujó con fuerza para continuar el mismo camino que Kris.
-Gilipollas, me amargaste la vida.- Decía ya en un tono más bajito que sólo yo pude oír. Notaba las cálidas lágrimas cayendo desbocadamente de mis ojos.
Louis me abrazó y me estrechó con mas fuerza contra su pecho.
-Le odio, le odio..- Susurraba. Pasó su mano por mi cabellera y me besó la cabeza.
-Ya está, ya ha pasado, está todo bien, tranquila mi amor.- Y siguió acariciándome sin soltarme en ningún momento.
-No está, esto no ha acabado.- Dije entre lágrimas.- No ha hecho más que empezar.

FIN DEL CAPÍTULO

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Hola preciosas
Bueno pues como os prometí aquí está el último capítulo de "Dare To Dream". ¿Qué os ha parecido? ¿Os ha gustado? ¿Tenéis miedo de lo que pueda pasar? Comentadme abajo con toooodo lo que pensáis, amo leeros. Gracias de nuevo a Edurne, Esty y Kat, mis fieles seguidoras haha :) os espero en el siguiente cap. 
Muuuchos besitos Xxx

5 comentarios:

  1. Menudo capitulazo!! Como te luces chiquilla!! A mi siempre me habia caido bien kris y yo creo que le obligaron o algo asi, seguro que es bueno!! Pero que se pudra en la carcel jajaja que asco mas grande le tengo al padre!! Ojala se muera!! Y Tobias, ay tobias con lo "agradable" que es. Pero bueno que escribes de puta madre y que me encantas MIL BSSSS

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  2. Ultimo??!!! Como que ultimo capitulo????!! No puede ser:o
    Me encanta pero no me digas que es el último si esto no ha hecho mas que empezaar!! Ahora Tobias se convertira en el cabron de turno y tienes q contarnoslo!!! Adoro como escribes me tienes enganchadisima y eso q a mi one direction ni me va ni me viene pero es que escribes tan perfectamente bien♥♥
    Unbesazooo!!!

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  3. ¿¡¿¡ÚLTIMO CAPÍTULO, COMO QUE ÚLTIMO CAPÍTULO!?!? Diios cada vez te luces muchísimo más! Me ha encantado. *-* por favor siguela pronto, y me puedes avisar por twitter cuando subas?? Y también podremos hablar de más cosas para conocernos :)) @LittleTuble me sigues y me envías una mención diciendome que eres tú de esta novela. Muchos besos amor.

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  4. ¡Hola amores! No es el último capítulo es que me exprese mal :) Quería decir que es el último capítulo hasta ahora que he subido, pero obviamente va a ver más, aunque ya aviso que a esta fic la va quedando menos, ya estoy en marcha con la próxima :D
    Todo se irá resolviendo, pero no os fiéis de todo el mundo, y cogerle confianza a gente que ya odiais, os suena a chino pero ya lo entenderéis.
    Muchas gracias por los comentarios, para mi significa mucho que os guste como escribo, me motiva a seguir adelante, de verdad mil gracias :))
    Y @LittleTuble ahora mismo voy, dadme vuestros twitter y os sigo a todas, el mío es @_AndyStyles
    Muuuuchas gracias a todas otra vez, muchos besos cielos Xxx :)

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  5. Me he asustado cuando has puesto que era el ultimo, no podía acabar así!
    Bueno sobre el capitulo me ha encantado la verdad es que haces que me meta completamente en la historia.
    Espero el siguiente muy impaciente jajaja
    Unbesazoo

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