sábado, 14 de diciembre de 2013

Capítulo 32 (1/2) -DTD

CAPÍTULO 32
Parte 1/2

Era la cuarta vez que Diana lloraba en toda la noche. Cuando consigo abrir del todo los ojos veo como Louis la acuna en sus portentosos brazos. Ella se acomoda en ellos y se deja hipnotizar por la dulce nana que surge de su garganta.
-Como se nota que te cogieron en The X Factor.- Y me recuesto entre las sábanas para que, al igual que Diana, me duerma entre sus cánticos.

Al cabo de, para lo que a mi han sido cinco minutos, Diana vuelve a llorar. Me desperezo y hago un intento de levantarme cuando Louis pasa su brazo por mi estómago impidiendo que me levante. Me deshago de su agarre y le beso la frente.
-Descansa un poco, que te lo mereces.- Y sin que abra mucho los ojos una perezosa sonrisa asoma por la comisura de sus labios.- Además ya iba a sonar mi despertador.- Y me giro a observarlo para confirmar mis peores perspectivas, y efectivamente, faltan tres minutos para las siete. Apago el despertador y cojo a Diana. Su dulce olor a bebé que tanto me cautiva, me inunda. La beso la mejilla mientras la mezo en mis brazos. La veo como se recuesta en mi pecho y cierra de nuevo los ojitos.
Nunca pensé en ser madre tan pronto, no entraba en mis planes de momento. Pero yo me lo tomé como un reto, era un simple recuerdo de un bache. Y cuando me la dieron en los brazos y la vi por primera vez, como cesaba su llanto al simple roce de mi piel, como le brillaban sus ojos azules, como de vez en cuando asomaba una pequeña sonrisa traviesa, me di cuenta que fue el mejor bache que pude tener. Puedo decir que ha cambiado mi vida, pero a bien. 
La llevo a la cocina y la siento en su silla mientras me preparo el desayuno. 
-Hoy desayunamos solas pequeñaja, el tito Max entra más tarde a la escuela porque me ha encasquetado a mí la preparación de la clase y a papá le toca dormir que lleva toda la noche soportándote.
Me giro y la veo sonreír. ¿Cómo puedo no quererla?
-Buenos días princesas.- Y me abraza Louis por la espalda.
-Adoro tu voz por la mañana.- Confieso mientras caliento la leche.
-¿Te digo que adoro yo...?- Y empieza a besarme el cuello provocando pequeñas descargas eléctricas en mi piel. Sonrío mientras él me sujeta de la cintura atrayéndome hacia su pecho sin parar el rumbo de sus besos.
-Creo que lo adivino.- Y le noto sonreír escondido en mi piel.
Vierto la leche en el biberón y me acerco a Diana para dárselo. Le veo de reojo como me registra de arriba a abajo con la mirada.
-Me gusta como te queda ese pijama.- Le sonrío agradecida cuando me doy cuenta de que sus ojos tienen un brillo especial.- Aunque estarías mejor sin él.
-¡Louis!
-Jaja perdona nena, me provocas.- Le lanzo la típica mirada de furia y él responde con sus carcajadas tan aditivas que hacen que todo signo de seriedad en mi cara se difumine.- ¿Qué quieres para desayunar?
-Café.
-Por cierto, mañana tengo que ir a hacer unos recados, pasaré todo el día fuera.- Y dentro de mí se apagó algo. Mañana siete de septiembre, era mi cumpleaños. Desde que tengo uso de razón Louis ha estado en todos mis cumpleaños, incluso cuando estaba sola y no quería celebrarlos, él y Andy se colaban por la verja de mi casa y me traían un bizcochito con una vela para desayunar. No quería que faltase este año, mañana iba a ser especial, tampoco pensaba en celebrar una fiesta a lo grande, ni mucho menos, pero quería irme con él a comer fuera, o irnos al centro de la ciudad mientras nos perdíamos entre la multitud, quería hacer algo, él y yo solos, intentar que fuera como antes. Pero mañana no podía ser.
-Mmm... vale no pasa nada.



Durante todo el día estuve pensando en qué iba a hacer en mi cumpleaños. Max me dijo que había quedado con Tobias para ir a una escapada romántica.
<-¿No estarás celosade Max verdad? Tú siempre serás mi princesa preferida.- Me dijo tierno esta mañana para después darme un beso en la frente.>
No estaba celosa, sólo un poco resentida de que él al igual que Louis tuviera planes el día de mi cumpleaños.
Además Tobias no era un amenaza para mí, sólo era su novio y bueno tenía derecho de tener sus momentos íntimos con él, sino de lo contrario los tendrían, pero delante de mí, y la verdad, prefiero ahorrarme esas vistas. Encima Max ha estado muy pendiente de mí desde que aparecí en su vida, preocupándose siempre de mi, de Diana, de ambos futuros, no puedo privarle de que viva su vida.
Pero me gustaría que la viviera de este modo en otros días.
Me desato los cordones que agarran las bailarinas a mis tobillos, la piel está marcada de un tono rojo oscuro tirando a púrpura, y creo sentir palpitar las heridas del tobillo izquierdo.
Este tobillo me duele más, está lleno de cicatrices de las operaciones o intervenciones que me hicieron años atrás para arreglar el tendón. No me gusta mostrar el rastro de aquellos años, y poca gente sabe de la existencia de esas cicatrices, siempre llevo el doble de cordones en ese tobillo, o calcetines largos en verano para que nadie los vea, simplemente son unas marcas imborrables.
Pero no inescondibles.
-La próxima vez deberías atarte más suave los cordones.- Alzo la vista para poder ver el rostro de... ¿Tobias? Sonríe amablemente al agacharse junto a mi.
<<Hablando del rey de Roma>>
-Ya, es que me gusta apretarlos bien para que no se suelten en mitad de una coreografía y no me tenga que parar.- Le sonrío cómplice por su preocupación, cuando de repente noto sus dedos fríos acariciar las marcas de mi piel. Se deslizan como la miel por la heridas aliviando el ardor que las envolvía. Y de pronto la mente se me abrumiza.
*DEJA VÚ*
<<-¿Qué tal va la rehabilitación del obstáculo?- Me pregunta mientras se vuelve a sentar en el sofá, yo me quedo de pie.
-Bueno, me ha dicho el fisioterapeuta que dentro de unas semanas podré empezar a hacer ejercicios para bailar, como pequeños movimientos, para ver como reacciona.
-¿En serio? Chloe eso fantástico, puedes volver a bailar.
-Tampoco es eso Lou- Me siento en el brazo del sofá y miro el pie- Solo serán pequeños movimientos.
-Chloe, tú más que nadie sabes que el baile se basa de pequeños movimientos, además de algo se empieza, ¿no?
-Sí, pero me da miedo, y si en los ejercicios mi pie no reacciona, y si no puedo bailar nunca más... es lo único que me queda Louis.
-Chloe se moverá, tranquila. Y no es lo único que te queda, siempre me tendrás a mi.- Me mira a los ojos, no me gusta que lo haga, me intimida.- De todas formas si te sientes mejor, puedo acompañarte a los ejercicios.
-Sí, por favor.- Le suplico.
-Vale no te preocupes te acompañaré. Pero confía en ti misma, en tu pie, y en tus ganas de volver a bailar. Imagina por un momento volver a moverte entera, sentir como vuelves a vivir la música, como vuelves a disfrutarla- Sus finos dedos empiezan a acariciar mi obstáculo, por encima del calcetín hasta que se deshace de él y noto sus frías yemas haciendo círculos sobre mi pie, mi tobillo...- Tú solo déjate llevar y lo conseguirás.
Pierdo el hilo de su conversación y me centro en el camino que recorren sus dedos.>>

Aparto el pie con brusquedad y me pongo el calcetín. No sé como ha podido entrar en los vestuarios, y menos como hemos acabado tan cerca el uno del otro y él tocando las cicatrices de mi óbstaculo metiéndose así en los recuerdos más negros de mi pasado que se supone que tengo guardados con llave en algún lugar del inframundo de mi mente.
-Iré a avisar a Max de que hasllegado.- Digo intentando no sonar tan nerviosa como me siento.
-No hace falta, ahora lo busco yo.- Dice sin moverse del sitio. Al darle unos segundos y ver que no se le mueve ni un músculo, me levanto con rapidez, con un nerviosismo interno que me impulsa a andar más rápido y casi salir despavorida del vestuario. Corro, ya lejos de la atenta mirada de Tobias, hacia el aula de ensayo y veo a Max sobre el reproductor de música manipulando unos cuantos botones, mientras sujeta unos CDs.
-¡Max!
-¿Qué pasa cielo?- Me acerco a él y pretendo relajar mis pulsaciones.
-Me... me ha tocado las cicatrices y...- Me abraza sin motivo aparente, pero ese es el momento perfecto para que lo hiciera. Me escondo entre sus brazos y contengo las ganas de derrumbarme ahí mismo.
Sé que son unas simples cicatrices, pero son mi mayor debilidad, como mi talón de Aquiles, cuando me las tocan me siento indefensa, desprotegida, desnuda ante cualquier mirada. Es mi secreto, si alguien lo descubre simplemente ya no sé quién soy. Y que me las tocara él, sin motivo, aliviando el dolor que me producían ha sido demasiado desconcertante.
-¿Quién?
-Tobias. No sé cómo ha entrado en el vestuario. Estaba sola y...
-Tobias no está hoy en la ciudad, cielo. -Entonces una oleada fría me recorre la espina dorsal haciendo que me ponga erguida al instante. Empiezo a temblar, o al menos me doy cuenta ahora de que mis extremidades vibran sin control. No me lo he imaginado, no estoy loca, no he podido llegar a este punto de imaginarme situaciones que no son ciertas. Las idea me martillean el cráneo y la vista se me nubla.
-Te juro que estaba conmigo en el vestuario.- Digo mirándole fijamente a los ojos.- Llegó y se sentó conmigo en el suelo. Lo vi, no estoy loca. No tanto al menos.
-Vamos.- Dice y me agarra del hombro para guiarme hasta el vestuario. Abre la puerta delante de mi. El vestuario está repleto de todos los alumnos que acaban de terminar nuestra clase. Recorro con la mirada el vestuario pero no le localizo.
-Estaba allí, te lo prometo.- Y le señalo el banco de la esquina. Se acerca entre la multitud de cuerpos sudorosos mientras yo me quedo estática apoyada en el marco de la puerta.
Cuando vuelve veo reflejado la pena en todas sus facciones.
-Cielo no está. Vete a casa a descansar, ya has hecho mucho por hoy.
Me quedo perpleja. Estaba allí. Creo que estaba allí.
-No, tranquilo, sólo ha sido un... no sé.- Me besa la frente con cautela y la vergüenza se apodera de mí haciendo que me acalore.
-No estoy loca.- Susurro, pero no sé si se lo digo a él o me lo digo a mí misma para convencerme de ello.
-Coge tus cosas. ¿Quieres que te acerque a casa?
Niego con la cabeza, y bajo la mirada a el suelo.
-Me iré dando un paseo, necesito tomar un poco el aire.
Me separo de él y recojo mis cosas. Termino de cambiarme de ropa y salgo del vestuario sin volverme a dirigir a Max.
No quiero irme a casa.
Quiero saber que ha pasado.
Pero la pregunta es, ¿qué ha pasado realmente?
Ahora ya no lo sé.


FIN DEL CAPÍTULO
1/2

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HOOOOLA
Siento mucho la espera, los exámenes me atrapan por momentos haha
Bueno aquí os dejo la primera parte del capítulo 32, no quiero desvelaros de momento mucho más, espero subir mañana o el lunes :)
Ah! Y muchas gracias a todas las que comentáis, sois un amor todas. Así que quiero más comentarios, quiero saber que pensais sobre como marcha la novela y etc.
Muchooooos besitos para mis mejores lectoras



2 comentarios:

  1. ¡Que intriga!
    Quiero saber que va a pasar, jajahaha, espero que subas el siguiente pronto :P
    Un besito desde:
    kat1997.blogspot.com

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  2. Me encanta!!!
    Pero no me dejes más intrigada aún que bastante mal lo he pasado este tiempo que no has escrito. Espero el próximo con muchas ganas.
    Unbesazoo.

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