martes, 22 de octubre de 2013

Capítulo 28 -DTD

(+14)
CAPÍTULO 27


Al llegar arriba abrieron la puerta del pasillo a la derecha, la habitación de matrimonio. Me sentaron bruscamente en la cama y encendieron la luz, ambos hombres se sentaron en dos sillas frente a mí, y el chico de la capucha entró imponente en la habitación.
Era un chico desgarbado, con aires oscuros y maléficos, me sonaba vagamente familiar, pero no podía ver a través de su oscura sudadera. Se puso en una esquina y me observaba reservado, tras la sombra que proyectaba su capucha en su rostro pude ver una pequeña sonrisa de suficiencia en la comisura de sus labios. 
-Mira, tenías dos opciones de llevar esta noche, darnos lo que buscamos y que desaparecieramos de tu vida, o jugarte tu adolescencia, y veo que has optado por la segunda.
-Vaya, eres demasiado listo, no entiendo que haces siendo ¡un completo psicópata!
-Oye niñata del diablo- Me cogió de las mejillas, estrujando mi mandíbula y estirándola hacia la suya.- no te hagas la chula ahora, por si no lo sabes somos capaces de hacerte mucho daño, y si por mi hubiera sido ya te hubiera lanzado un balazo entre las cejas, quiero que te des cuenta del peligro que corres.
Sabía el peligro que corría, y por dentro estaba muerta de miedo. Sé con certeza que me tiemblan hasta los huesos, y no precisamente por el frío, pero ellos solo quieren darme miedo, solo me amenazan para que me sienta débil y vulnerable y les de lo que quieren. Y no quiero demostrarles que están ganando. No voy a hacerles ganar tan rápido. Si me muestro dura e impenetrable se darán cuenta de que están perdiendo el tiempo aquí, que no tengo lo que buscan y se largarán.
¿No?
-Mira, te damos una última oportunidad.- El otro hombre aparta de un brusco movimiento al que me sostenía la cara apartándolo de mí. Le miro a él y me devuelve la mirada. La chispa de la furia incendia sus ojos.- Dinoslo ahora, o atente a las consecuencias.
Quise responderle de malas maneras, no podía amenazarme de esa manera y menos en mi propia casa, ¿qué se creían todos estos dementes? Pero un nudo en la garganta impedía el paso de mis palabras. Me miró buscando una respuesta que no le daría. Me limité a bajar la mirada y a rezar por mí misma.
-Tú lo has elegido. 
No sabía que pasaría de ahora en adelante, ni siquiera sabía como había acabado metida en todo esto. La única idea que tenía clara era que tenía que escapar, fuese como fuese. Miré hacia la ventana dudosa. Ya salté una vez desde la ventana de mi habitación cuando Louis y yo huíamos de mi padre, el único defecto es que ahora Louis no está, me tenía que enfrentar a un destino que ni yo había previsto, y además sola. Un escalofrío me recorrió toda la espina dorsal cuando ambos hombres se van de la habitación y nos quedamos solos el misterioso chico de la capucha y yo. Al irse cierran la puerta en un brusco portazo que me alborota todos los pensamientos.
El chico se acerca en pasos firmes hasta mi. Me apartó de él deslizándome, con las manos atadas aún, por la cama pero me agarra por los pies.
-Tranquila nena, no tengas miedo,- Hace una pausa.-, lo pasaremos bien.- Y se deshace de la capucha para dejar al descubierto unos enormes ojos almendrados y una sonrisa algo pervertida. No puede ser él.
Kristopher, digo Kris.
Ahogo un grito y él me sonríe relamiéndose los labios victorioso. ¿Estaba también metido en todo esto? Nunca pude llegar a imaginármelo. Y de pronto como si de un rayo se tratase me pasaron diversos recuerdos a la memoria. Sus intentos de quedar a solas, sus flirteos sin salida, sus llamadas extrañas, pervertidas que parecían estar manipuladas ya que cuando me llamaba detectaba otra voz que parecía dictarle que decirme para llegar a asustarme, que en definitiva era lo que querían. 
-Estabas compinchado con esto todo el tiempo.- Dije con un hilo de voz. Asintió.
Se acercaba poco a poco a mí hasta sentarse en la cama. Avanzaba a cuatro patas hasta mi, aunque yo retrocedía como mejor podía. No sabía de que era capaz este chico, creía que le conocía y ni siquiera me había llegado a aprender su nombre.- Kris... no... déjame, en el fondo tú y yo somos amigos... ¿no?- Pero mi voz tiembla, se me empieza a notar el verdadero miedo que me recorre las venas. Solo quiero salir de aquí, dar marcha atrás y volver a Londres a resguardarme en los brazos de Louis, quiero sentirme protegida. Pero ahora solo me siento sola.
-No me llames Kris, llámame Trouble.
-¿Problema?- Digo sobresaltada cuando mi espalda toca el cabecero. Estoy acorralada con un loco.
-Sí, nena. Esta noche averiguarás por que.
-Tú no eres un problema, eres...- Y se lanza a mis labios reclamándolos después de días de ayuna. Son grandes, esponjosos, y se deslizan sin miedo alguno por los míos. Pero no es él a quien debo besar. Al separarme me mira, de arriba a abajo, deseándome con su mirada, como si yo fuera su recompensa después de tantos días y ensayos intentando conseguirme para sus oscuros trabajos, me hace sentir pequeña y asquerosa. Me quita la cuerda que ata mis muñecas, sintiéndome un poco más libre, pero esa sensación se desvanece rápidamente. Estoy atrapada.
-Nena- Me susurra con una voz excitante acercándose cada vez más a mi-, esto solo acaba de empezar.- Y acaricia mis caderas desabrochándome poco a poco el pantalón, deslizándolo por mis piernas desnudas. No pude reaccionar, estaba sentada completamente inmóvil, ¿qué me pasaba? Y más bien, ¿qué me iba a pasar?
Se deshizo de los suyos y de la camiseta, quedando exclusivamente en boxers. 
No debería pero eché una ojeada a su torso desnudo, marcaba todos sus músculo pero sin llegar a ser asqueroso, simplemente perfecto, sus brazos con tatuajes que adornaban sus músculos y los hacía irresistibles a mi vista, y una piernas de bailarín profesional. Posiblemente solo se apuntó a la academia para estar conmigo, para cazarme, pero se nota que la pasión por el baile le viene de tiempo atrás, sus piernas están de testigo.
-Cariño, en este juego tenemos que estar igualados.- Y mira mi pecho con descaro.- O tú o yo, elige.
Me deshago de mi camiseta lentamente, sin ganas de que me vea en sujetador, pero él disfruta viéndome semi-desnuda. No quiero obedecerlo  pero no quiero sufrir de más, si me dejo llevar pasará rápido. Y es lo único que quiero, que pase.
-Se te ve muy sexy así.- Susurra a mi oído, no sé como ha acabado tumbado boca arriba a mi lado. Empiezo a temblar cuando toca mi cadera con la fría punta de sus dedos. La acaricia suavemente, para luego ir haciendo pequeños círculos por la parte baja de mi estómago, rozando el filo de mi ropa íntima. Me muerdo el labio inferior y cierro fuertemente los ojos.
-Amor, no lo pases mal, si me han elegido a mí es para que disfrutemos,- Empieza a besarme detrás del oído bajando lentamente por mi cuello hasta mi hombro, dejando un rastro de besos húmedos que me ponen el vello de punta. Me gusta. Soy estúpida, pero me gusta.
-No voy a disfrutar, me vas a violar.- Digo con una voz inocente.
-No,- dice entre beso y beso- violar es un término muy agresivo cielo, lo nuestro será amor.- Y continua con sus besos húmedos sobre mi hombro.
Sus grandes ojos marrones me hacen sentir pequeñita, y su sonrisa cautivadora me encierra y me bloquea la mente, sin posibilidades de que pueda concentrarme en otra cosa que no sea su dulce rostro.
-Esto no es amor.- Declaro.
No, no es amor, no siento lo que siento al ver a mi pequeño cantante,esto solo es atracción física. Empieza a besar el tramo entre mi canalillo y mi estómago, bajando sensualmente y besando cada poro de mi piel. Arqueo la espalda, me está excitando más de lo que me gustaría. Me mira y vuelve a subir, prácticamente se tumba sobre mí apoyando su peso en sus brazos musculosos, que pone a cada lado de mi cabeza encerrándome en su portentoso cuerpo. Y me mira, sonriente, atractivo es, me empiezo a enloquecer con respecto a mis sentimientos.
Siempre suelo estar tan sola, conmigo misma y mis pensamientos que me he dado la impresión de ser una chica sencilla, sin más excitaciones de las normales, una chica mansa. Pero no soy así. Tengo unos deseos internos que no sabía que existían, una parte de mi le odia y quisiera escupirle en la cara, en cambio otra yo solo quiere arrancarle los boxers y hacer de esta una noche más caliente de lo normal.
Y los impulsos han sido lo que me hacen vivir experiencias.
-Que empiece el juego, nena.
Me desabrocha el sujetador y lo lanza fuera de la cama con el resto de ropa interior que teníamos. Noto sus piernas sobre mis ingles, cuando una mano se adentra con ellas. Juega con mi feminidad un rato. Las sábanas por debajo me arropan la espalda, mientras él acaricia mi torso. Yo tan solo me dejo llevar, no quiero que me guste. Pero es que me encanta.
Mi piel se eriza bajo sus caricias, sube hacia mi boca seca, lame despacio mis labios, saboreandolos, para después besarlos alocadamente, juego con su lengua, me muerde sensualmente el labio revolviendo todo mi interior. 
-Apaga la luz.- Le ruego en un segundo cogiendo una bocanada de aire.
No quiero ver  esto, solo quiero sentirlo. 
-Ahora viene lo mejor, ¿preparada?
Todo mi cuerpo se pone en tensión, poniéndome rígida. Por mis adentros se crea un caos imposible de ordenar.
-Por supuesto.- Mentira. No estoy ni la mitad de preparada, ni siquiera sé lo que estoy pensando, todo pasa tan rápido y tan lento a la vez, el aire cálido me invade el cuerpo.
<<Sólo déjate llevar, pasará>>- pienso.
Su cuerpo desnudo se tumba encima del mío, me besa los labios con pasión dejándome atontada. Baja sus besos por mi torso hasta que llega a su objetivo. Agarra mis caderas con sus enormes y suaves manos y me atrae a él, noto su miembro en mis ingles y mientras él se acerca a mi oído y me susurra:
-Vamos a jugar un rato, nena.
Lo noto en la entrada de mi feminidad. No es la mejor forma de perder la virginidad, pero no tengo otra alternativa. Y de repente lo noto entrar, lo siento dentro de mi. Y sin quererlo gimo, tan bajito que solo yo creo que haberlo escuchado. Entra un poco más mientras me muerde el lóbulo de la oreja, provocandome oleadas de calor, empiezo a sudar y me agarro a su cabellera.
-Dime más, nena, gritame.
Y empieza a darme sacudidas, sale y entra, al principio despacio, sin prisa, provocándome. No voy a darle el placer de escucharme, pero me tienta demasiado.
-Ahhhh...
-Oh, ¿qué has dicho.. ahh- coge aire y vuelve a entrar dentro de mí- no te he escuchado bien, repitelo.
-...No.- Digo como puedo. Arqueo la espalda hasta su torso y me besa los labios tan sensualmente. 
-Haber si puedes resistirte...
Una mano me sujeta la espalda y me apega más a él y otra me acaricia el pelo sudado. Y en un rápido movimiento comienza a jugar conmigo. Entra y sale, sale y entra a una velocidad tan rápida que no me da tiempo a analizar la situación. Gimo, él conmigo, hasta que ambos gritamos. La habitación condensa el placer que ambos sentimos, el sudor de dos cuerpo derrochando adrenalina. 
Y poco a poco empiezo a caer en sus redes, empiezo a desear su cuerpo, empiezo a desearle dentro de mí, busco sus labios en un intento frustrante de atraparlo. Los cazo, y los beso como si fuera lo único que pudiera hacer, me muerde el labio enloqueciéndome, y yo lamo sus dulces labios, tan exquisitos...
Enredo mis piernas en su cadera y él, en mejor posición, empieza a darme sacudidas mientras yo grito y sufro una de sus embestidas. Ambos empezamos a gritar de placer, estamos a punto de llegar al orgasmo, pero él no quiere parar. 
Yo tampoco.
-Aggg... sigue.- Le ruego mientras cojo aire. Veo una sonrisa en su seductora cara, que me pierde.
-Ufff... me pones mucho nena.- Sale de mí y empieza a besarme las piernas desnudas y sudorosas.
-Ay no me hagas esto.. sigue.- Le suplico tumbada a merced de sus labios.
-Mmmm... no.
Otro de sus estúpidos juegos que me tientan tanto. Ahora que he caído en sus garras me hace sufrir, anhelando como una tonta su cuerpo dentro del mío.
-Dios, por favor, vuelve..- Digo con la respiración entrecortada.
Me levanto y me siento sobre mis rodillas quedando a la misma altura que él. Me agarra de la cadera y me atrae a él besándome como tanto me gusta, me siento encima de su regazo y le agarro de su cabellera para apretar más sus labios contra los míos.
-Vuelve..-Le susurro en los oídos para luego volver a sus labios. 
El empieza a besar mi mejilla y baja hasta el cuello, succiona un trozo de mi piel mientras yo enloquezco de placer. Me está dando lo que yo quería. Como quería. Sube hasta mis oídos.
-Suplicame..
-..por lo que mas quieras, vuelve dentro de mi..
-Oh, preciosa, ¿por qué?- Dice riéndose, cerca de mí. Juntamos ambos pechos, y no paramos de besarnos.
Pongo ambas manos en sus pectorales y lo empujo hasta que queda tumbado en la cama, yo aún sentada en su regazo. 
-..porque te deseo.
Y me coloca para volver a las embestidas, es igual solo que ahora yo estoy encima.
-Nena, ahora tú mandas.- Me mira y le sonrío pícara, empieza a reírse, y ahora le controlo yo. Arriba, abajo... Ambos gemimos, arriba y abajo... Chorreo adrenalina y placer... abajo y arriba... me grita y me azota mientras yo arqueo la espalda, estoy a punto de llegar al climax cuando suelto mi último grito. Caigo rendida a su lado y me tumbo sobre las sábanas alborotadas. Mi pecho sube y baja descompasado  mis pulmones exigen que entre algo de oxígeno en ellos. Entorno mi cabeza y veo tumbado a mi lado al chico que acaba de robarme la inocencia, que al igual que yo intenta recuperar el aliento. Me mira y su tentadora sonrisa se vuelve en cara de preocupación. Cuando me doy cuenta de que estoy llorando. Miro al techo y cierro con fuerza los ojos.
Las lágrimas inundan mi cara y los recuerdos de su cuerpo contra el mío empiezan a afectarme. Cómo he podido llegar a hacer esto, rebajarme de esta forma, rendirme a la mas mínima caricia... como puedo ser tan débil. Noto como las gotas de sudor recorren mi cuerpo dejando el recuerdo de un cuerpo extraño que esta noche se fundió en uno con el mío. Me tapo con las sábanas y me escondo. Soy estúpida. 
Louis.
Soy más que estúpida. Como he podido hacer esto... y lo peor es que me ha gustado.
-Me doy asco.- Susurro entre lágrimas. 
Kris se cuela entre las sábanas y busca mi rostro. Lo atrapa entre sus manos y me obliga a mirarle, me doy cuenta al abrir los ojos que ha encendido la luz. Veo sus ojos marrones brillantes como el fuego, y su cuerpo musculoso sudando placer y felicidad, no puedo tenerlo tan cerca.
-No llores,- Me pasa su mano por el torso, bajando por mi cadera y pasando por el muslo. Recorre mi silueta con sus manos, que tanto placer me han dado.-, has estado genial nena. Uff.. quien podría decir que una cosa tan pequeña pudiera llegar a ser tan, sexy.- Dice de forma provocadora.
-Eres penoso animando a la gente, que lo sepas- Le digo mientras oculto mi cara entre mis manos.
Suelto un último sollozo, cuando él me aparta delicadamente las manos de mi cara. 
-Tienes unos ojos preciosos muñeca.- Dice mientras asoma una pequeña línea curva entre las comisuras de sus labios.
-Tengo novio, ¿cómo he podido hacer esto? 
-Nena, esto no ha sido ni una violación, ha sido una simple aventura, no te tortures.
-¿Qué no ha sido una violación?- Grito exhausta.
-No cariño, cuando ambas personas se desean no se considera una violación.- Y entonces recuerdo lo bajo que caí cuando le grité lo mucho que lo deseaba dentro de mí.
Me doy asco, habiéndole deseado, y al estar aún los dos desnudos tumbados juntos en la cama. Le arranco la mano de mi cuerpo, y corro hacia el baño cogiendo los restos de mi ropa del suelo. 
Cierro la puerta con pestillo, y enciendo la ducha. Me miro en el espejo mientras lloro desconsoladamente, sigo sin llegar a creerme que haya podido dejarme llevar por la pasión de un tío que solo quería manipularme. Al entrar dejo que las gotas de agua me quiten la suciedad de su cuerpo, y que me quiten los recuerdos de la desastrosa noche.


Cuando estoy duchada, vestida y preparada, entre comillas, abro la puerta y doy con la habitación. La cama sigue desecha, guardando el secreto de un juego de adultos, pero no hay rastros de su ropa tirada por ahí. He estado como una hora de reloj en la ducha bajo la suave lluvia del grifo de esta, no tenía valor a salir y encontrarme con mi sucio pecado. 
Pero no hay nadie en la habitación. Me armo nuevamente de valor y abro el pomo de la puerta. La casa como siempre irradia un odioso silencio que empapa mis oídos. Bajo sigilosamente las escaleras, pero nada.
Todas las cosas están tiradas por el suelo, papeles desparramados por las mesas, lámparas rotas, ropa tirada por ahí, latas de cerveza y diversos licores que mi padre guardaba en la despensa están vacíos, o derramados sobre la alfombra.
No hay nadie ni en la cocina, ni en el salón, ni en los baños... Se han ido. Pero en la puerta encuentro una nota:

"Gracias por la noche nena, tengo un buen recuerdo de tus uñas en mi espalda. 
Ya que no nos diste lo que queríamos tuvimos que buscarlo por nuestra cuenta.
Pero descuida, ya es nuestro.
Un placer volver a verte, espero trasnochar contigo otra vez"

Me giro y apoyo la espalda en la puerta cayendo lentamente hacia el suelo. No puedo quedarme ni un segundo más en esta casa tan grande y terrorífica. Hace años que odio estas paredes, me consumen y atrapan las pocas células de felicidad que tengo. 
Subo atropelladamente las escaleras, me tambaleo un par de veces, aún sigo temblando por todo lo ocurrido. Saco la maleta de debajo de mi cama y abro el armario. Empiezo a arrancar de las perchas toda mi ropa, pantalones, camisas, vestidos y pares de zapatos, no todo solo lo imprescindible. En el altillo del armario tengo la caja que guarda los pequeños secretos que me guardo y nadie sabe. Con las lágrimas jugando en mis mejillas la saco y me siento en el suelo. La abro.
Ahogo un grito.
No está.
En la herencia de mi madre había unas cuantas joyas, entre ellas había un diario y un anillo de oro blanco. Los collares de perlas y pulseras de oro seguían intactas pero tanto el diario como el anillo han desaparecido. El taco de billetes que guardo para casos especiales también sigue intacto. Miro al resto de la habitación, todo está alborotado. Cajones abiertos, mi maquillaje tirado por el suelo, las colchas de la cama desordenadas... Ellos me lo han quitado. Eran lo que buscaban, el anillo y el diario, ¿pero porque no han dejado la caja por ahí tirada como el resto de las cosas?
Y sin meditarlo mucho doy con la respuesta, sabían que yo no tenía ni la más mínima idea de lo que buscaban y daban por seguro que no miraría la caja así que para no dejar pistas la dejaron guardada en su sitio como si ni la hubieran mirado.
Nunca leí el diario, no me vi jamás capacitada para leer lo que mi madre pensaba porque eso sería reavivar el recuerdo y no. Así que no sé que información contiene que parece ser de tal vital importancia para ellos. 
Pero ahora eso es lo que menos me importa.
Cojo la caja y la vuelco en mi bolso, cayendo así todas las joyas y los billetes. Termino de meter las últimas cosas en la maleta y la cierro. Suspiro un segundo, me inspiro de valor y cojo la chaqueta de plumas para salir por la puerta.
Será la última vez que pise esta casa, cojo las llaves y doy un portazo a la puerta a mis espaldas, la cierro con llave, y cojo la maleta.


Fin del capítulo
________________________________________
Holaaa!
Estoy de exámenes por eso he tardado un poquito más en escribir este cap. por eso lo he hecho un poco más interesante y más largo, así que si tardo un poco más en escribir perdonadme.
Bueno volviendo al cap. es la primera vez que escribo este tema, así que siento si es un poco flojito, no estoy muy experimentada, pero de aquí en adelante habrá más episodios como este, ¿mejores? espero jaja.
Me haría muchísima ilusión que me escribierais un comentario con vuestra crítica del cap. en serio, me ayudan un montón, ademas siempre me gusta leeros.
Muchas gracias por seguir leyéndome, sois adorables Xxx



2 comentarios:

  1. Madre mía! No te imaginé escribiendo situaciones como esta... Pero me encanta. Cielo, creo que esta claro cuál es tu futuro, haces magia con las palabras, juegas con ellas hasta crear un mundo, tan similar y tan distinto al nuestro que llega a absorberte y te aleja de la realidad mientras lo lees. Y esto ya, tengo que decirtelo, ha dejado de ser una fan-fic, porque has pasado de la típica historia que toda chica querría vivir a una que ni en sueños querrías ser la protagonista pero que te hace el efecto droga, te engancha. Y yo creo que al fin y al cabo aqui se ve tu ''madurez'' tu ''salto'' como principiante a no profesional, porque te faltan años de práctica, pero si a fantástica amater. Y lo más bonito de todo, para mi, es haber podido ver ese crecimiento de cerca, ver como poco a poco has ido transformando esa pasión y compartiendola con la gente. Ahora tambien te digo, si escribieses mierdas de historias, yo seguiria siendo tu fan numero uno y te seguiria apoyando, pero me pones las cosas fáciles ya que no hay Dios en este mundo que no admire el talento que tienes. Te quiero mucho cielo, no lo olvides. :)

    ResponderEliminar