lunes, 28 de octubre de 2013

Capítulo 29 -DTD

CAPÍTULO 29

Ya se veía como algunos rezagados rayos de sol empezaban a alumbrar el cielo. No tengo ni idea de la hora que es, en esa casa había perdido la noción del tiempo y del sentido.
Las seis en punto de la mañana marcaba mi reloj. El aire era frío ya así que me puse el gorro y me encaminé a dónde me guiarán los pies.
Estoy tan paralizada mentalmente que sigo andando sin saber que dirección seguir. No sé que hacer, ni a dónde ir solo sé que me tengo que marchar de aquí, dejar bien lejos este pequeño pueblo que tantos dolores de cabeza me ha traído.
Y cuando salgo de mis pensamientos me doy cuenta que estoy frente a la casa de Andy. Antes de irme debería despedirme.
Cuando llamo al timbre me abre ella con unas ojeras oscuras y frotandose un ojo.
-¿¡Que qui... Oh, Chloe, ¿qué haces aquí? ¿Has visto la hora qué es?
-Sí, lo siento.- Digo cabizbaja. Al levantar la mirada veo su cara de preocupación, por suerte será la última que la genere- Me voy, no sé a dónde y no creo que vuelva. Siento muchísimo todos los problemas que he tenido y siento más haberte arrastrado con ellos. Con suerte y con el tiempo encontrarás otra amiga que pueda sustituirme y que de verdad te haga feliz.
-¡Ey! Para un segundo. ¿Qué estás diciendo? Te has levantado pronto, habrás tenido una pesadilla y aún sigues en ella, anda pasa y... ¿Qué haces con esa maleta?
-Te he dicho que me voy. Lo único que me frenaba de irme eráis tú y Louis, Louis se ha ido y a ti... a ti simplemente no te doy lo que necesitas, siempre te involucro en mis problemas y no te veo feliz a mi lado.
-Cariño, la base de una amistad es eso, ayudarse la una a la otra. Vale has tenido una mala racha con muchos problemas pero llegará el día en que esa racha termine, que tal vez me llegue a mí y no dudo que tú estés entonces ahí para ayudarme. Pero por favor, no te vayas. Además, ¿por qué quieres irte? Podremos salir de esto juntas.
-Me han violado.- Digo con apenas un hilo de voz. Miro hacia otro lado, es mi primera confesión y la verdad no me siento mejor después de haberlo soltado. No tengo el suficiente valor para mirarla a la cara, hay una pausa silenciosa y de repente oigo un sollozo. No es mío. Levanto la mirada y veo que unas pequeñas lágrimas adornan su rostro. Es esto lo que no quiero para ella, hacerla sufrir y causarla disgustos, siempre por mi culpa.- Bueno no ha sido del todo una violación, de algún modo a mi me gustó la noche... y...- Me quedé sin voz.
Tiembla más que un flan. Quiero abrazarla, acariciarla el pelo y prometerle que todo saldrá bien, que puede seguir sin mi, que será mejor para ambas, pero no puedo moverme. Simplemente estoy pegada al suelo, mis músculos están rígidos como piedras y el corazón se me acelera.
-Ci-cielo, vamos a comisaria, me pongo cualquier cosa... ¿Estás bien?
-¿Estás bien tú?
Se queda perpleja ante mi pregunta. No sabe cuando la conversación ha dado el vuelco para que ella acabe siendo el centro de atención.
-No puedo dar marcha atrás ya, no aguanto un segundo más aquí, son tantos recuerdos de una vida tan mala... Solo quiero empezar de cero, además ya ha terminado el semestre..- Pero ella me interrumpa antes de que siga dándole explicaciones.
-¿Y a dónde vas a ir?- Pregunta con una voz tan temblorosa como su cuerpo, las palabras parecen quebradas, rotas, está destrozada, pero jamás sabrá como he llegado a sentirme yo, atrapada en una vida que me mataba poco a poco.
-No lo sé, voy a ir a la estación al poste de los anuncios de la entrada y miraré algún trabajo o casa de alquiler de algún lugar.
-¿Esa es tu idea? ¿Tu futuro depende de algún triste anuncio de una vieja estación?
-¿Y qué es mejor, quedarme aquí? En mi casa me resulta imposible vivir, en las mismas cuatro paredes en las que vivía mi madre, en las que mi padre y yo hicimos de "familia", en las que me acaban de...- La miro cuando me doy cuenta de que estoy reteniendo por primera vez las lágrimas.- No puedo seguir viviendo allí, esa casa me mata día a día, poco a poco me va consumiendo, hasta que un día pueda hacer una locura. No quiero seguir aquí. Lo siento.- Y agacho la cabeza avergonzada.
Es mi mejor amiga, es mi hermana casi, llevo toda mi vida con ella, lo que más me duele de irme de aquí es dejarla, porque si me voy y empiezo una vida en otro lugar ella ya no estará conmigo, eso es lo más duro. Si tengo un problema, una noticia o simplemente quiero pasar un buen rato siempre estaba ella, no me imagino un futuro sola, sin su compañía. Pero tampoco veo un futuro aquí estancada.
-¿Y que será de nosotras?- La oigo llorar a todo pulmón.- Seguiremos siendo amigas.
Contengo la respiración y la suelto con una bocanada de aire. El corazón me palpita por encima del pecho a una velocidad desorbitada, y las lágrimas me queman los ojos. Los cierro y salen despedidas rodando por mis mejillas. 
Me tiro a sus brazos y la apreto entre ellos con toda mi fuerza mientras ambas lloramos.
-Cariño, puedo irme a millones de kilómetros de ti, pero jamás dejarás de ser mi hermana. Esto es para siempre, no estaremos juntas físicamente, pero juro por mi vida que si estás mal solo has de llamarme y estaré aquí por y para ti, ¿vale?- Solo la oigo llorar- ¿¡Vale!?
Asiente y me abraza mas fuerte. No quiero dejarla, ojalá pudiera venirse conmigo.
Estamos unos minutos así abrazadas la una a la otra, llorando como tontas, unidas por un único y portentoso vínculo, la amistad. Nos vamos calmando poco a poco, relajando los latidos de ambos corazones, coordinando a la vez nuestras respiraciones. Hasta que ambas tomamos un respiro de valor y nos soltamos, con los ojos rojos e hinchados y la piel erizada. Ninguna hemos dejado de temblar pero por lo menos ya no se nos nota tanto.
-¿Has hablado con Louis?- Niego con la cabeza.- Deberías llamarlo, hablar con él, seguro que te da alguna solución algún lugar al que ir...
-Si se lo cuento dejará el programa y se irá conmigo aunque sea bajo un puente, y no voy a dejar que lo haga. 
-Entonces, ¿vas a dejarlo pasar así sin más? ¿Y cuándo vuelva a Doncaster? Le tendré que decir que simplemente te has ido. Además te llamará, te va a pillar.
-Solo voy a dejar que pase el programa, quiero que viva la experiencia que posiblemente determine su futuro, ya cuando termine hablaré con él...
-¿Vais a dejarlo?- ¿Cómo ha llegado a descubrir uno de los secretos que tengo guardados? Esto es lo que yo llamo una hermana, que sin decirla nada ella sabe lo que pienso, lo que voy a hacer y lo que será de mí.
-No creo que pueda tener contacto con un chico en mucho tiempo... Además, él ya tiene muchas chicas a sus pies, muchas que le darán lo que merece.
-¡Chloe! Basta ya de infravalorarte, tanto como a mí como a Louis nos has dado más de lo que deberías, además, ¿qué tonterías estás diciendo? Louis está loco por ti, sabes que jamás a estado así por nadie, no puedes dejarlo.
-No puedo ver a un hombre, no despues de lo de esta noche, y menos puedo tocarlo o besarlo.
-¿No sientes lo mismo?
Otra lágrima se desliza por mi piel y un agujero negro me come las entrañas. Como puede pensar eso.
-Le amo más que el primer día, y cada segundo que pasa me enamoro más de él, lo echo tanto de menos...- Y la mirada se me va al cielo mientras las lagrimas salen sin control por mis débiles ojos.- Es de lo mejor que me ha pasado en la vida por muy cursi que suene, pero no puedo, simplemente no puedo.
El silencio invade la calle y nuestra conversación. Ambas nos miramos y en un penoso intento pretendemos acostumbrarnos a vivir la una sin la otra.
-¿Es esto el final?- Dice con una voz entrecortada por su respiración irregular.
-Solo existen los finales felices, hasta que todo no acabe bien, cielo hasta entonces no será nuestro final.- La abrazo una última vez mientras ella me besa la frente. Nos separamos y cojo mi maleta.- Te quiero mucho Andy, nunca lo olvides.- Y con dos dedos me presiono la parte del pecho que da al corazón.
-Te quiero mucho más Chloe.- Y hace el mismo gesto, nuestro gesto.
Me doy la vuelta y lucho por no darme la vuelta y salir corriendo hacia sus brazos. Cuando giro la esquina escucho como cierra la puerta. 
Se acabó.


Me llevo más de veinte minutos llegar andando de la casa de Andy hasta la estación, ya no puedo permitirme un taxi teniendo dos piernas, y teniendo solo unos 600 euros para sobrevivir. Estoy frente al gigante tablón de anuncios de la entrada de la estación. Si quieres anunciarte es el mejor sitio del pueblo para hacerlo. 
Leo una a una todas la pequeña, medianas y grandes notas que hay adheridas a la chapa de cartón con celo o chinchetas, las hay de Doncaster y de todas partes de Inglaterra.
"Se busca asistenta en una humilde casa de Heasthlow..."
"Clases de Francés económicas"
Bla bla bla, nada interesante cuando en una pequeña cuartilla rosa palo leo...
"Se busca ayudante de profesora de Ballet, plazas limitadas, Liverpool. Urgente. Si está deseado llame al 6-483-451-25. ¡¡Le esperamos!!"
Bingo.
Arranco el papelito y me acerco a la taquilla.
-Buenos días, un billete para el próximo tren hacia Liverpool.
-El próximo...- Consulta en su pantalla de ordenador por encima de sus anticuadas gafas.- Oh sí, el próximo es para dentro de 25 minutos.
-Perfecto, clase turista por favor.- Y le paso los billetes por debajo de la rendija. Me devuelve el cambio con una pequeña sonrisilla.
-Gracias por viajar con nosotros... ¡Siguiente! 
Me dirijo al andén con las maletas a cuestas.  Me siento en uno de los bancos del andén, estoy sola, con algún que otro guardia que pasa de vez en cuando.
Saco el móvil y miro un par de mensajes. Camila y Zayn.
¿Zayn?
Abro el mensaje y me encuentro con lo que no quería leer.
"Hola princesa, el otro día una fan me robó el móvil y de momento no he podido recuperarlo. Llámame al número de Zayn, llevo más de doce horas sin oír tu sexy voz. ¿Cómo puede ser que ya te eche de menos? Te quiero mucho. ¡LLÁMAME!"
<<Mierda Louis>>- Balbuceo entre dientes.
No puedo pensar en dejarle cuando él solo me provoca. Y unos recuerdos aturden mi mente, multitudes de tardes tumbados en el sofá, comiendo palomitas, jugando, o yo saboreando sus dulces labios... Tengo que afrentarme ya al problema, tengo que quitarmelo de encima. Pero, ¿realmente quiero dejarlo? Bueno empecemos por desahogarme y después... después me dejaré llevar.
Marco el número de Zayn y espero los cuatro o cinco tonos hasta que descuelga el teléfono. Mi corazón entonces se me atraganta en la traquea y no me deja respirar.
-¿Sí?- Responde una voz seductora.
-Hola Zayn, ¿puedo hablar con Louis?- Digo con una voz fría y miedosa.
-Lo siento preciosa, está de compras, ¿quieres que le diga algo?
-Que he llamado.
-Ya, ¿algo más?
-Que me llame lo antes que pueda, es algo importante.
-Preciosa, ¿estás llorando? ¿Qué te ha pasado?
-Ehh.. oh nada, es que estoy con el periodo y me pongo sensible.- Es la peor mentira de todas, no me la creo ni yo.
-No cuela, ¿qué pasa?
-Dile que me llame, besos.
Y cuelgo antes de que se me notará más las lágrimas. Llevo el móvil contra mi pecho en un intento de tenerlo más cerca. Ese es el problema, el mayor de todos, la distancia. Si él estuviera aquí conmigo, todo sería muy distinto, pero no está. 
<<Admítelo ya, no está contigo, tienes que salir sola de esto. Quítate esas lágrimas y espera tranquila al tren>> 
Miro el mensaje de Camila. Sin importancia, a ella ya la llamaré en otro momento. Entonces el móvil vibra mientra yo me quito las últimas lágrimas de la cara. Nuevo mensaje. Lo abro.
"No me mientas, ¿qué te pasa? Sabes que conmigo puedes confiar, que voy a estar aquí para ti en cuanto me necesites. Si quieres, llámame. Besos"
Zayn.
Te necesito, a ti y a todos, pero si no puedo estar con Louis, nene, no voy a estar contigo.
Entonces el tren llega a la estación, soltando el ruido que me despierta de mis pensamientos. Y aquí llegó mi final y mi comienzo. Agarro las maletas con fuerza y subo al vagón. 
-Adiós Doncaster, algún día volveré con la sonrisa que me arrebataste.- Y después de susurrar esto me subo al vagón, al vagón que me llevará a mi nueva vida.

Fin del capítulo

________________________________________
Hey beautys!
Terminé el capítulo antes de lo esperado, y la imaginación me ha invadido esta noche así que mañana mismo me pondré a escribir el siguiente capítulo, ¿que pensáis que va a pasar ahora? Con Louis, con Andy, con su nuevo trabajo... Comentadme anda, que hace mucho que no os leo.
Muchas gracias por seguir leyendome, ¡¡vamos a conseguir 17.000 visitas!! Estoy superogullosa de vosotros, muchísimas gracias. OS ADORO <3

martes, 22 de octubre de 2013

Capítulo 28 -DTD

(+14)
CAPÍTULO 27


Al llegar arriba abrieron la puerta del pasillo a la derecha, la habitación de matrimonio. Me sentaron bruscamente en la cama y encendieron la luz, ambos hombres se sentaron en dos sillas frente a mí, y el chico de la capucha entró imponente en la habitación.
Era un chico desgarbado, con aires oscuros y maléficos, me sonaba vagamente familiar, pero no podía ver a través de su oscura sudadera. Se puso en una esquina y me observaba reservado, tras la sombra que proyectaba su capucha en su rostro pude ver una pequeña sonrisa de suficiencia en la comisura de sus labios. 
-Mira, tenías dos opciones de llevar esta noche, darnos lo que buscamos y que desaparecieramos de tu vida, o jugarte tu adolescencia, y veo que has optado por la segunda.
-Vaya, eres demasiado listo, no entiendo que haces siendo ¡un completo psicópata!
-Oye niñata del diablo- Me cogió de las mejillas, estrujando mi mandíbula y estirándola hacia la suya.- no te hagas la chula ahora, por si no lo sabes somos capaces de hacerte mucho daño, y si por mi hubiera sido ya te hubiera lanzado un balazo entre las cejas, quiero que te des cuenta del peligro que corres.
Sabía el peligro que corría, y por dentro estaba muerta de miedo. Sé con certeza que me tiemblan hasta los huesos, y no precisamente por el frío, pero ellos solo quieren darme miedo, solo me amenazan para que me sienta débil y vulnerable y les de lo que quieren. Y no quiero demostrarles que están ganando. No voy a hacerles ganar tan rápido. Si me muestro dura e impenetrable se darán cuenta de que están perdiendo el tiempo aquí, que no tengo lo que buscan y se largarán.
¿No?
-Mira, te damos una última oportunidad.- El otro hombre aparta de un brusco movimiento al que me sostenía la cara apartándolo de mí. Le miro a él y me devuelve la mirada. La chispa de la furia incendia sus ojos.- Dinoslo ahora, o atente a las consecuencias.
Quise responderle de malas maneras, no podía amenazarme de esa manera y menos en mi propia casa, ¿qué se creían todos estos dementes? Pero un nudo en la garganta impedía el paso de mis palabras. Me miró buscando una respuesta que no le daría. Me limité a bajar la mirada y a rezar por mí misma.
-Tú lo has elegido. 
No sabía que pasaría de ahora en adelante, ni siquiera sabía como había acabado metida en todo esto. La única idea que tenía clara era que tenía que escapar, fuese como fuese. Miré hacia la ventana dudosa. Ya salté una vez desde la ventana de mi habitación cuando Louis y yo huíamos de mi padre, el único defecto es que ahora Louis no está, me tenía que enfrentar a un destino que ni yo había previsto, y además sola. Un escalofrío me recorrió toda la espina dorsal cuando ambos hombres se van de la habitación y nos quedamos solos el misterioso chico de la capucha y yo. Al irse cierran la puerta en un brusco portazo que me alborota todos los pensamientos.
El chico se acerca en pasos firmes hasta mi. Me apartó de él deslizándome, con las manos atadas aún, por la cama pero me agarra por los pies.
-Tranquila nena, no tengas miedo,- Hace una pausa.-, lo pasaremos bien.- Y se deshace de la capucha para dejar al descubierto unos enormes ojos almendrados y una sonrisa algo pervertida. No puede ser él.
Kristopher, digo Kris.
Ahogo un grito y él me sonríe relamiéndose los labios victorioso. ¿Estaba también metido en todo esto? Nunca pude llegar a imaginármelo. Y de pronto como si de un rayo se tratase me pasaron diversos recuerdos a la memoria. Sus intentos de quedar a solas, sus flirteos sin salida, sus llamadas extrañas, pervertidas que parecían estar manipuladas ya que cuando me llamaba detectaba otra voz que parecía dictarle que decirme para llegar a asustarme, que en definitiva era lo que querían. 
-Estabas compinchado con esto todo el tiempo.- Dije con un hilo de voz. Asintió.
Se acercaba poco a poco a mí hasta sentarse en la cama. Avanzaba a cuatro patas hasta mi, aunque yo retrocedía como mejor podía. No sabía de que era capaz este chico, creía que le conocía y ni siquiera me había llegado a aprender su nombre.- Kris... no... déjame, en el fondo tú y yo somos amigos... ¿no?- Pero mi voz tiembla, se me empieza a notar el verdadero miedo que me recorre las venas. Solo quiero salir de aquí, dar marcha atrás y volver a Londres a resguardarme en los brazos de Louis, quiero sentirme protegida. Pero ahora solo me siento sola.
-No me llames Kris, llámame Trouble.
-¿Problema?- Digo sobresaltada cuando mi espalda toca el cabecero. Estoy acorralada con un loco.
-Sí, nena. Esta noche averiguarás por que.
-Tú no eres un problema, eres...- Y se lanza a mis labios reclamándolos después de días de ayuna. Son grandes, esponjosos, y se deslizan sin miedo alguno por los míos. Pero no es él a quien debo besar. Al separarme me mira, de arriba a abajo, deseándome con su mirada, como si yo fuera su recompensa después de tantos días y ensayos intentando conseguirme para sus oscuros trabajos, me hace sentir pequeña y asquerosa. Me quita la cuerda que ata mis muñecas, sintiéndome un poco más libre, pero esa sensación se desvanece rápidamente. Estoy atrapada.
-Nena- Me susurra con una voz excitante acercándose cada vez más a mi-, esto solo acaba de empezar.- Y acaricia mis caderas desabrochándome poco a poco el pantalón, deslizándolo por mis piernas desnudas. No pude reaccionar, estaba sentada completamente inmóvil, ¿qué me pasaba? Y más bien, ¿qué me iba a pasar?
Se deshizo de los suyos y de la camiseta, quedando exclusivamente en boxers. 
No debería pero eché una ojeada a su torso desnudo, marcaba todos sus músculo pero sin llegar a ser asqueroso, simplemente perfecto, sus brazos con tatuajes que adornaban sus músculos y los hacía irresistibles a mi vista, y una piernas de bailarín profesional. Posiblemente solo se apuntó a la academia para estar conmigo, para cazarme, pero se nota que la pasión por el baile le viene de tiempo atrás, sus piernas están de testigo.
-Cariño, en este juego tenemos que estar igualados.- Y mira mi pecho con descaro.- O tú o yo, elige.
Me deshago de mi camiseta lentamente, sin ganas de que me vea en sujetador, pero él disfruta viéndome semi-desnuda. No quiero obedecerlo  pero no quiero sufrir de más, si me dejo llevar pasará rápido. Y es lo único que quiero, que pase.
-Se te ve muy sexy así.- Susurra a mi oído, no sé como ha acabado tumbado boca arriba a mi lado. Empiezo a temblar cuando toca mi cadera con la fría punta de sus dedos. La acaricia suavemente, para luego ir haciendo pequeños círculos por la parte baja de mi estómago, rozando el filo de mi ropa íntima. Me muerdo el labio inferior y cierro fuertemente los ojos.
-Amor, no lo pases mal, si me han elegido a mí es para que disfrutemos,- Empieza a besarme detrás del oído bajando lentamente por mi cuello hasta mi hombro, dejando un rastro de besos húmedos que me ponen el vello de punta. Me gusta. Soy estúpida, pero me gusta.
-No voy a disfrutar, me vas a violar.- Digo con una voz inocente.
-No,- dice entre beso y beso- violar es un término muy agresivo cielo, lo nuestro será amor.- Y continua con sus besos húmedos sobre mi hombro.
Sus grandes ojos marrones me hacen sentir pequeñita, y su sonrisa cautivadora me encierra y me bloquea la mente, sin posibilidades de que pueda concentrarme en otra cosa que no sea su dulce rostro.
-Esto no es amor.- Declaro.
No, no es amor, no siento lo que siento al ver a mi pequeño cantante,esto solo es atracción física. Empieza a besar el tramo entre mi canalillo y mi estómago, bajando sensualmente y besando cada poro de mi piel. Arqueo la espalda, me está excitando más de lo que me gustaría. Me mira y vuelve a subir, prácticamente se tumba sobre mí apoyando su peso en sus brazos musculosos, que pone a cada lado de mi cabeza encerrándome en su portentoso cuerpo. Y me mira, sonriente, atractivo es, me empiezo a enloquecer con respecto a mis sentimientos.
Siempre suelo estar tan sola, conmigo misma y mis pensamientos que me he dado la impresión de ser una chica sencilla, sin más excitaciones de las normales, una chica mansa. Pero no soy así. Tengo unos deseos internos que no sabía que existían, una parte de mi le odia y quisiera escupirle en la cara, en cambio otra yo solo quiere arrancarle los boxers y hacer de esta una noche más caliente de lo normal.
Y los impulsos han sido lo que me hacen vivir experiencias.
-Que empiece el juego, nena.
Me desabrocha el sujetador y lo lanza fuera de la cama con el resto de ropa interior que teníamos. Noto sus piernas sobre mis ingles, cuando una mano se adentra con ellas. Juega con mi feminidad un rato. Las sábanas por debajo me arropan la espalda, mientras él acaricia mi torso. Yo tan solo me dejo llevar, no quiero que me guste. Pero es que me encanta.
Mi piel se eriza bajo sus caricias, sube hacia mi boca seca, lame despacio mis labios, saboreandolos, para después besarlos alocadamente, juego con su lengua, me muerde sensualmente el labio revolviendo todo mi interior. 
-Apaga la luz.- Le ruego en un segundo cogiendo una bocanada de aire.
No quiero ver  esto, solo quiero sentirlo. 
-Ahora viene lo mejor, ¿preparada?
Todo mi cuerpo se pone en tensión, poniéndome rígida. Por mis adentros se crea un caos imposible de ordenar.
-Por supuesto.- Mentira. No estoy ni la mitad de preparada, ni siquiera sé lo que estoy pensando, todo pasa tan rápido y tan lento a la vez, el aire cálido me invade el cuerpo.
<<Sólo déjate llevar, pasará>>- pienso.
Su cuerpo desnudo se tumba encima del mío, me besa los labios con pasión dejándome atontada. Baja sus besos por mi torso hasta que llega a su objetivo. Agarra mis caderas con sus enormes y suaves manos y me atrae a él, noto su miembro en mis ingles y mientras él se acerca a mi oído y me susurra:
-Vamos a jugar un rato, nena.
Lo noto en la entrada de mi feminidad. No es la mejor forma de perder la virginidad, pero no tengo otra alternativa. Y de repente lo noto entrar, lo siento dentro de mi. Y sin quererlo gimo, tan bajito que solo yo creo que haberlo escuchado. Entra un poco más mientras me muerde el lóbulo de la oreja, provocandome oleadas de calor, empiezo a sudar y me agarro a su cabellera.
-Dime más, nena, gritame.
Y empieza a darme sacudidas, sale y entra, al principio despacio, sin prisa, provocándome. No voy a darle el placer de escucharme, pero me tienta demasiado.
-Ahhhh...
-Oh, ¿qué has dicho.. ahh- coge aire y vuelve a entrar dentro de mí- no te he escuchado bien, repitelo.
-...No.- Digo como puedo. Arqueo la espalda hasta su torso y me besa los labios tan sensualmente. 
-Haber si puedes resistirte...
Una mano me sujeta la espalda y me apega más a él y otra me acaricia el pelo sudado. Y en un rápido movimiento comienza a jugar conmigo. Entra y sale, sale y entra a una velocidad tan rápida que no me da tiempo a analizar la situación. Gimo, él conmigo, hasta que ambos gritamos. La habitación condensa el placer que ambos sentimos, el sudor de dos cuerpo derrochando adrenalina. 
Y poco a poco empiezo a caer en sus redes, empiezo a desear su cuerpo, empiezo a desearle dentro de mí, busco sus labios en un intento frustrante de atraparlo. Los cazo, y los beso como si fuera lo único que pudiera hacer, me muerde el labio enloqueciéndome, y yo lamo sus dulces labios, tan exquisitos...
Enredo mis piernas en su cadera y él, en mejor posición, empieza a darme sacudidas mientras yo grito y sufro una de sus embestidas. Ambos empezamos a gritar de placer, estamos a punto de llegar al orgasmo, pero él no quiere parar. 
Yo tampoco.
-Aggg... sigue.- Le ruego mientras cojo aire. Veo una sonrisa en su seductora cara, que me pierde.
-Ufff... me pones mucho nena.- Sale de mí y empieza a besarme las piernas desnudas y sudorosas.
-Ay no me hagas esto.. sigue.- Le suplico tumbada a merced de sus labios.
-Mmmm... no.
Otro de sus estúpidos juegos que me tientan tanto. Ahora que he caído en sus garras me hace sufrir, anhelando como una tonta su cuerpo dentro del mío.
-Dios, por favor, vuelve..- Digo con la respiración entrecortada.
Me levanto y me siento sobre mis rodillas quedando a la misma altura que él. Me agarra de la cadera y me atrae a él besándome como tanto me gusta, me siento encima de su regazo y le agarro de su cabellera para apretar más sus labios contra los míos.
-Vuelve..-Le susurro en los oídos para luego volver a sus labios. 
El empieza a besar mi mejilla y baja hasta el cuello, succiona un trozo de mi piel mientras yo enloquezco de placer. Me está dando lo que yo quería. Como quería. Sube hasta mis oídos.
-Suplicame..
-..por lo que mas quieras, vuelve dentro de mi..
-Oh, preciosa, ¿por qué?- Dice riéndose, cerca de mí. Juntamos ambos pechos, y no paramos de besarnos.
Pongo ambas manos en sus pectorales y lo empujo hasta que queda tumbado en la cama, yo aún sentada en su regazo. 
-..porque te deseo.
Y me coloca para volver a las embestidas, es igual solo que ahora yo estoy encima.
-Nena, ahora tú mandas.- Me mira y le sonrío pícara, empieza a reírse, y ahora le controlo yo. Arriba, abajo... Ambos gemimos, arriba y abajo... Chorreo adrenalina y placer... abajo y arriba... me grita y me azota mientras yo arqueo la espalda, estoy a punto de llegar al climax cuando suelto mi último grito. Caigo rendida a su lado y me tumbo sobre las sábanas alborotadas. Mi pecho sube y baja descompasado  mis pulmones exigen que entre algo de oxígeno en ellos. Entorno mi cabeza y veo tumbado a mi lado al chico que acaba de robarme la inocencia, que al igual que yo intenta recuperar el aliento. Me mira y su tentadora sonrisa se vuelve en cara de preocupación. Cuando me doy cuenta de que estoy llorando. Miro al techo y cierro con fuerza los ojos.
Las lágrimas inundan mi cara y los recuerdos de su cuerpo contra el mío empiezan a afectarme. Cómo he podido llegar a hacer esto, rebajarme de esta forma, rendirme a la mas mínima caricia... como puedo ser tan débil. Noto como las gotas de sudor recorren mi cuerpo dejando el recuerdo de un cuerpo extraño que esta noche se fundió en uno con el mío. Me tapo con las sábanas y me escondo. Soy estúpida. 
Louis.
Soy más que estúpida. Como he podido hacer esto... y lo peor es que me ha gustado.
-Me doy asco.- Susurro entre lágrimas. 
Kris se cuela entre las sábanas y busca mi rostro. Lo atrapa entre sus manos y me obliga a mirarle, me doy cuenta al abrir los ojos que ha encendido la luz. Veo sus ojos marrones brillantes como el fuego, y su cuerpo musculoso sudando placer y felicidad, no puedo tenerlo tan cerca.
-No llores,- Me pasa su mano por el torso, bajando por mi cadera y pasando por el muslo. Recorre mi silueta con sus manos, que tanto placer me han dado.-, has estado genial nena. Uff.. quien podría decir que una cosa tan pequeña pudiera llegar a ser tan, sexy.- Dice de forma provocadora.
-Eres penoso animando a la gente, que lo sepas- Le digo mientras oculto mi cara entre mis manos.
Suelto un último sollozo, cuando él me aparta delicadamente las manos de mi cara. 
-Tienes unos ojos preciosos muñeca.- Dice mientras asoma una pequeña línea curva entre las comisuras de sus labios.
-Tengo novio, ¿cómo he podido hacer esto? 
-Nena, esto no ha sido ni una violación, ha sido una simple aventura, no te tortures.
-¿Qué no ha sido una violación?- Grito exhausta.
-No cariño, cuando ambas personas se desean no se considera una violación.- Y entonces recuerdo lo bajo que caí cuando le grité lo mucho que lo deseaba dentro de mí.
Me doy asco, habiéndole deseado, y al estar aún los dos desnudos tumbados juntos en la cama. Le arranco la mano de mi cuerpo, y corro hacia el baño cogiendo los restos de mi ropa del suelo. 
Cierro la puerta con pestillo, y enciendo la ducha. Me miro en el espejo mientras lloro desconsoladamente, sigo sin llegar a creerme que haya podido dejarme llevar por la pasión de un tío que solo quería manipularme. Al entrar dejo que las gotas de agua me quiten la suciedad de su cuerpo, y que me quiten los recuerdos de la desastrosa noche.


Cuando estoy duchada, vestida y preparada, entre comillas, abro la puerta y doy con la habitación. La cama sigue desecha, guardando el secreto de un juego de adultos, pero no hay rastros de su ropa tirada por ahí. He estado como una hora de reloj en la ducha bajo la suave lluvia del grifo de esta, no tenía valor a salir y encontrarme con mi sucio pecado. 
Pero no hay nadie en la habitación. Me armo nuevamente de valor y abro el pomo de la puerta. La casa como siempre irradia un odioso silencio que empapa mis oídos. Bajo sigilosamente las escaleras, pero nada.
Todas las cosas están tiradas por el suelo, papeles desparramados por las mesas, lámparas rotas, ropa tirada por ahí, latas de cerveza y diversos licores que mi padre guardaba en la despensa están vacíos, o derramados sobre la alfombra.
No hay nadie ni en la cocina, ni en el salón, ni en los baños... Se han ido. Pero en la puerta encuentro una nota:

"Gracias por la noche nena, tengo un buen recuerdo de tus uñas en mi espalda. 
Ya que no nos diste lo que queríamos tuvimos que buscarlo por nuestra cuenta.
Pero descuida, ya es nuestro.
Un placer volver a verte, espero trasnochar contigo otra vez"

Me giro y apoyo la espalda en la puerta cayendo lentamente hacia el suelo. No puedo quedarme ni un segundo más en esta casa tan grande y terrorífica. Hace años que odio estas paredes, me consumen y atrapan las pocas células de felicidad que tengo. 
Subo atropelladamente las escaleras, me tambaleo un par de veces, aún sigo temblando por todo lo ocurrido. Saco la maleta de debajo de mi cama y abro el armario. Empiezo a arrancar de las perchas toda mi ropa, pantalones, camisas, vestidos y pares de zapatos, no todo solo lo imprescindible. En el altillo del armario tengo la caja que guarda los pequeños secretos que me guardo y nadie sabe. Con las lágrimas jugando en mis mejillas la saco y me siento en el suelo. La abro.
Ahogo un grito.
No está.
En la herencia de mi madre había unas cuantas joyas, entre ellas había un diario y un anillo de oro blanco. Los collares de perlas y pulseras de oro seguían intactas pero tanto el diario como el anillo han desaparecido. El taco de billetes que guardo para casos especiales también sigue intacto. Miro al resto de la habitación, todo está alborotado. Cajones abiertos, mi maquillaje tirado por el suelo, las colchas de la cama desordenadas... Ellos me lo han quitado. Eran lo que buscaban, el anillo y el diario, ¿pero porque no han dejado la caja por ahí tirada como el resto de las cosas?
Y sin meditarlo mucho doy con la respuesta, sabían que yo no tenía ni la más mínima idea de lo que buscaban y daban por seguro que no miraría la caja así que para no dejar pistas la dejaron guardada en su sitio como si ni la hubieran mirado.
Nunca leí el diario, no me vi jamás capacitada para leer lo que mi madre pensaba porque eso sería reavivar el recuerdo y no. Así que no sé que información contiene que parece ser de tal vital importancia para ellos. 
Pero ahora eso es lo que menos me importa.
Cojo la caja y la vuelco en mi bolso, cayendo así todas las joyas y los billetes. Termino de meter las últimas cosas en la maleta y la cierro. Suspiro un segundo, me inspiro de valor y cojo la chaqueta de plumas para salir por la puerta.
Será la última vez que pise esta casa, cojo las llaves y doy un portazo a la puerta a mis espaldas, la cierro con llave, y cojo la maleta.


Fin del capítulo
________________________________________
Holaaa!
Estoy de exámenes por eso he tardado un poquito más en escribir este cap. por eso lo he hecho un poco más interesante y más largo, así que si tardo un poco más en escribir perdonadme.
Bueno volviendo al cap. es la primera vez que escribo este tema, así que siento si es un poco flojito, no estoy muy experimentada, pero de aquí en adelante habrá más episodios como este, ¿mejores? espero jaja.
Me haría muchísima ilusión que me escribierais un comentario con vuestra crítica del cap. en serio, me ayudan un montón, ademas siempre me gusta leeros.
Muchas gracias por seguir leyéndome, sois adorables Xxx



domingo, 13 de octubre de 2013

Capítulo 27 -DTD

CAPÍTULO 27



 Después de dos horas casi de vuelo, y media hora de taxi al fin llego a mi casa. Le conté a Andy el mensaje que me mandó Camila y por mucho que la dije que no decidió acompañarme hasta casa.
-Estarás cansada del viaje, vete a casa a dormir cielo, habrá sido una broma.- La dije. Pero fue en vano.
Aunque en verdad se lo agradezco, porque hay una pequeña parte de mí que tiene miedo a ese mensaje. Más bien a las consecuencias. El taxi nos dejó en la puerta de mi casa. Eran las tres de la madrugada, la única luz que alumbraba el triste barrio eran un par de farolas. A simple vista no había nada fuera de lugar. Pagamos al buen hombre del taxi y bajamos después de recoger nuestras maletas.
-¿Y cómo supo Camila que se vendía la casa? ¿Le llamaría tu padre?- Dijo ella inspeccionando el jardín tras de mi.
-No lo sé. Bueno no hay ni un cartel de venta ni nada por el estilo, no sé, se habrá equivocado.
-Ya veo... ¿quieres que me quede a dormir contigo?- Me pregunto seguido de un bostezo que parecía el canto de una ballena. Esbocé una pequeña sonrisa y negué con la cabeza.
-No tranquila, vete a casa a descansar.
Se acercó y me abrazó tan fuerte que dí gracias de sentir el calor de alguien al final. Tenía congelados hasta los huesos, despedirme de Louis no ha sido nada fácil, pero el mensaje "broma" tampoco ha sido un punto a mi favor. Pese a todo no puedo obligar a Andy a que se quede a dormir, no sería justo, ella me llevo de viaje a ver a mi novio y ha soportado mi miedo todo el camino, se merece dormir en condiciones en su cama.
-Te quiero mucho Charlotte.
-Hace mucho que no me llamabas Charlotte.
-Lo sé.
-Me gusta.
-Lo sabía, buenas noches pequeña.
-Hasta mañana Andy.
Aunque me costó separarme de ella tuve que dejarla ir. Otra noche más que dormiría sola. Lo que no sabía es que desde entonces mi vida cambiaría para siempre.

Abrí la puerta sin problema alguno pese a que las luces del porche no estaban encendidas y no se veía la rendija de la llave. Al entrar un frío invadió mi piel y me puse a tiritar. Las temperaturas ya habían bajado, el invierno oscuro estaba cerca. Dejé la maleta en la entrada y miré melancólica las pocas fotos que decoraban el umbral. Las acaricié lentamente, pasando las yemas frías de mis dedos lentamente por la sonrisa de Louis. Cierro los ojos y por un momento le siento abrazándome por la espalda.
Espera, alguien me está abrazando por detrás.
No es un abrazo, me coge las muñecas y me las ata a mi espalda. Abro los ojos sobresaltada, no es un sueño ni un recuerdo, noto la presión ruda y rígida sobre las muñecas. Grito, pero no me da tiempo ni a reaccionar cuando me coloca un pañuelo alrededor de mi boca.
-No te portes mal, o sino te pondré el pañuelo en la nariz también nena.
No supe reconocer la voz, era dura y agría. ¿Quién era? ¿Qué hacía en mi casa? ¿Qué estaba pasando? Mis ojos se me hinchaban poco a poco y me escocían, no quiero llorar, no sé que está pasando pero no tengo tiempo para llorar, tengo que buscar una solución.
-Te noto rígida muñeca.- Y pasa sus grandes y heladas manos por debajo de mi jersey acariciando mi vientre y intentando subir por debajo de todas las capas de ropa que llevo. Me retuerzo entre sus brazos para que pare. Grito y intento huir, pero me es inútil, me agarra de mis brazos, ahora unidos por un tipo de esposas que atan mis muñecas. El pañuelo, además, es tan grueso que impide que cualquier tipo de palabra emerja de mi boca. Por dentro me siento encarcelada. Todas las palabras, gritos y sollozos se mezclan haciendo una bola en mi estómago provocandome una histeria incontrolable. Solo quiero salir de aquí, huir, a donde sea. 
-Haz lo que te pida, y no te pasará nada, nena.- Me susurra cerca de mi oído. Su aliento huele a tabaco, y apesta. Sus manos bajan por mis caderas mientras él se relame los labios. Tengo miedo a lo que me pueda hacer.- Vamos a pasarnoslo muy bien hoy.
-¡Adam!- Gritan desde el salón. ¿¡No está solo!? El nombre me provoca náuseas. El hombre que me tiene amordazada se despega de mí y me empuja hasta el salón, abre la puerta y me tira al suelo. 
Abro los ojos, cuando encienden una luz, tenue que poco a poco va aumentando su luminosidad. Cuando los ojos se me acostumbran a la luz distingo seis figuras más el hombre que me ha amordazado.
Todos están sentados en el sofá, excepto uno que está de pie tras ellos con la cara cubierta por la capucha de su oscura sudadera. Todos van de negro, y son de diversas edades. El chico de la capucha tendrá mi edad, hay otro que ronda nuestra edad y el resto son de unos cuarenta años excepto el que está sentado en medio de todos, le calculo unos setenta años, barba larga y blanca, ojos pequeños y fríos y un gran bastón de oro con un cabezal de marfil tallado con la forma de una serpiente. 
El suelo bajo mi cuerpo está congelado. El hombre que me amordazó pasa por mi lado y se sienta junto con los otros seis asquerosos tipos que han invadido mi vida. Cuando la luz le alumbra la cara ahogo un grito, y mi corazón se para por unos segundos. Todos mis músculos se ponen rígidos como un palo y me cuesta respirar.
Adam Brown. 
Mi padre.
Intento canalizar mis energías y sentimientos, pero dentro de mí es como si hubiera explotado una bomba de emociones, me ha atado las muñecas y me ha tapado la boca cual psicópata y después ha empezado a sobarme todo el cuerpo. 
La ira sube poco poco por todas mis venas, la noto recorrer todo mi cuerpo. El asco me invade, y muchas ideas suicidas invaden mi mente. ¿Qué está pasando? Y la mejor de todas, ¿por qué a mi?
-Bienvenida señorita Brown a su hogar.- Empieza con voz áspera el anciano del bastón. Me miran como si fuera un asqueroso trozo de carne tirado en el suelo y todos ellos estuvieran muertos del hambre. No quiero ser su premio.- ¿Sorprendida?
No creo que sea momento para bromear, siendo claros ninguno de ellos se ríen ni muestran ningún tipo de mueca graciosa. ¿De qué va todo esto?
-Veo que sí. No nos mires así, no somos extraños, somos tus amigos. 
-Incluso podemos llegar a ser más que amigos bebé.- Exclama uno de ellos, uno de los que presenta cara de drogadicto.
-Cállate Jimmy.- Le espeta el anciano. Me vuelve a mirar intentando sacar una dulce sonrisa que parece más diabólica que tierna.- Supongo que tienes muchas preguntas, bueno hablemos. Somos una asociación de amigos, la gente nos llama criminales o pederastas, pero nosotros todo esto nos lo tomamos como un juego, excepto cuando las cosas se complican y son interesantes- Dice misterioso.- como por ejemplo tú. No eres una victima más, tranquila, no te queremos muerta así que deja de tiritar.
Cuando lo dice me doy cuenta de que no tirito, me muevo como si un terremoto se hubiera desatado en mí. ¿Me pueden matar? ¿De qué son capaces de hacer? ¿Y qué he hecho yo para que me quieran hacer daño? Llevo una vida normal dentro de lo que cabe, nada que me lleve a este mundo.
Todos explotan a carcajadas al verme así, tirada en el suelo, indefensa, dulce y inofensiva. Tanto como yo como ellos saben que en caso de atacar la victoria está de su parte, no puedo competir contra siete cuerpo bien esculpidos con los años y las batallas.
Pero ver a mi padre ahí sentado frente a mí pretendiendo darme caza por lo que sea que haya hecho, me choca. Le veo sacar una sonrisa ladina diabólica, que me hace pequeña por momentos. 
-¿Entonces que hacemos aquí te preguntaras? Bien es muy simple, el día que murió tu madre en aquellos grandes almacenes por las bombas que colocaron unos "desconocidos", todos nosotros estábamos por allí pululando, pretendíamos dar caza a nuestros rivales, un grupo bien preparado que guarda lo más valioso de todas nuestras vidas.- Las palabras retumban en la cerrada noche, en mi mente todas las ideas se me enredan, no entiendo todo esto, supera mis barreras de lógica.- Tu madre formaba parte de ese grupo tan bien organizado, es más, ella era la jefa de todo aquello, ella guardaba el tesoro, al morir toda su herencia y secretos solo se los concendió a una persona, su pequeño angelito.
Así me llamaba a mí. Su pequeño angelito. Pero yo... yo no tengo lo que ellos buscan. Mi madre me dejó su herencia, pero nada del otro mundo, joyas, cajas de libros y cds, la casa... 
-Así que en esta parte del juego entras tú preciosa,- Era repulsivo oír de sus labios la palabra "preciosa" cuando hacía horas unos labios más bonitos me lo susurraban tras besos de furia amorosa.- Juega bien tus cartas, y nosotros conseguiremos lo que queremos sin tener que ponerte un dedo encima. O pierde la partida, en ese caso todos perderemos, pero te juro por mi hermandad, que la que más perderá serás tú.
El miedo y la oscuridad se apoderan poco a poco de mi cuerpo, bloqueando a mi mente de buscar escapatorias.
-Iván desata su pañuelo, es su turno de hablar.
Se acerca uno de los hombres, bajito, gordo, con una camiseta de tirantes que deja a relucir todos sus tatuajes siniestros como él. Me mira relamiéndose los labios y riéndose. Todos me miran y veo en sus miradas como se ríen de mi, soy una presa fácil. Su presa.
Me desata el nudo y me levanta del suelo para sentarme con demasiada fuerza en una silla frente a ellos, más cerca aún de ellos. Huelo su peste a colonias caras, puros y alcohol. Me provoca náuseas, se que voy a vomitar de un momento a otro. 
Me miran todos esperando que hable y les cuente todo lo que ellos quieren oír. Pero para su mala suerte, la voz me tarda en salir, sobrepasa el nudo de mi garganta y cuando hablo noto mi miedo en la voz que me delata.
-Siento defraudaros pero no sé que buscan. No lo tengo.
El anciano me mira tornando su mirada "amable" a una más dura que me asusta. Todos se ríen, creo que de forma sarcástica. Todos dan por sabido que tengo lo que están buscando, pero no es así.
-Oh vamos muñeca, sí lo tienes no nos mientas.- Y el tipo que me habla pone su mano en mi muslo.- No nos tengas miedo, somos tus amigos. Esto es una fiesta, todos nos contamos secretos y ahora es tu turno, confía en nosotros.- Y sube sus caricias poco a poco hasta querer tocar mi feminidad, antes de que llegue a la ingle, le doy una patada y coloco mi pie en su "masculinidad".
-No sé de que va todo esto, pero os repito "amigos míos" que no sé que es lo que buscan y sea lo que sea no lo tengo. En el testamento mi madre solo me dejó fotos, libros, cds, ropa... Nada que os pueda servir.- Espeto casi gritando, con toda mi furia interna amenazando con salir.
-¡Wow! Estamos con una chica mala.- Pero tengo que guardar mi furia si quiero salvarme el pellejo.- Mira bonita, dínoslo sin miedo y todo esto acabará. Nos lo das y nos vamos y hacemos como si esta noche no hubiera sucedido.- Me dice apaciguado Jimmy.
Mi padre me mira, y busco en su mirada un mínimo gesto de compasión que pueda ayudarme a salir del apuro. Pero no es mi padre, nunca lo fue, jamás sintió nada por mí, ¿por qué iba a sentirlo ahora?
-Mira Chloe,- Empieza a decirme- tu madre te lo dio todo, no me dejó nada porque eras la niña de sus ojos, sé que lo tienes tú, no me hagas hacer algo de lo que me arrepienta, dánoslo.
Y tras sus palabras saco una conclusión, una idea que llevó buscando toda mi vida desde que murió mi madre: Me odia porque mi madre me lo dio todo a mí, porque demostró que a quién de verdad amaba era a mí y no a él. Todas las gilipolleces y problemas que me ha causado desde entonces es por puros celos y rabia. Es un estúpido niño pequeño.
-Ya me has hecho muchas cosas de las que arrepentirte, no importaría una más.- Le recrimino con un hilo de voz, intentando hacer de esto una conversación privada con el hombre que dice ser mi padre, pero está claro que no es así, todos nos miran esperando una respuesta.
-No te lo diré más veces Charlotte Brown Everdeen, danos lo que estamos buscando y ninguno sufrirá, desapareceré eternamente de tu vida, ambos lo estamos deseando, de no ser así, te lamentarás de por vida de tu elección.- Lo dijo en un tono tan oscuro y penetrante que se mezclo con la oscuridad de la noche. Solo pretendía darme miedo, y no puedo dejarme acorralar tan fácilmente, estoy más que experimentada en estos ataques de mi padre, ya no me asustan, y hoy no iba a darle el gusto de que fuera una excepción.
-Desaparece ya de mi vida, no tengo lo que buscas.
Se hizo el silencio en la sala. Era tan... silencioso, que podía escuchar los latidos de mi corazón, iban en aumento mientras ninguno de los presentes formulaban palabra alguna. POR DIOS QUE ALGUIEN EXCLAME ALGO.
-Lo siento, tú lo has querido.- Me dijo entre melancólico y victorioso.- Eh, tú el nuevo.- El chico de la capucha se giró hacia él con la cabeza gacha aún impidiéndome descifrar su rostro.- Súbela arriba, a la habitación de la izquierda.
-Emm.. ¿yo?- Susurró casi.
-Sí, tú. Eres el que ha conseguido ganársela, el que se ha arriesgado, así que te mereces el mejor premio. Vamos date prisa, no tenemos toda la vida.
-¡Yo no soy un premio! ¿Qué me vais a hacer? ¡SOLTARME!
-Cállate niñata.- Dos hombres se levantaron del sofá y me volvieron a poner el pañuelo en la boca. Me agarraron de los brazos levantándome de la silla y llevándome a rastras al piso de arriba. El chico de la capucha nos seguía sin levantar la cabeza en ningún momento.
¿Qué iban a hacerme? ¿Qué iba a pasar? ¿Qué iba a ser de mí?
Y la oscuridad me invadió.

Fin del capítulo

________________________________________
Hola gentecilla.
¿Qué tal todo? AL FIN TENGO ORDENADOR BIEEEN *aplausos* El otro día estuve escribiendo desde la biblioteca pero no me dio tiempo a subir así que lo he acabado ahora el capítulo.
Bien, sé que os he pillado por sorpresa con todo esto, ¿alguien se lo esperaba? No, verdad JAJAJAJA bueno pues si os creéis que esto es fuerte, esperaros al siguiente capítulo, no me hago responsable de vuestros feels jaja.
MUCHAS GRACIAS POR LEERME SIEMPRE YA TENEMOS LAS 15.000 VISITAS, SOIS ALUCINANTES, OS ADORO.
Bueno pues, os espero en el siguiente cap. Followearme en Twitter anda, @_AndyStyles, os doy FB, y si me lo pedís os aviso de cuando suba cap.
Muchas gracias por todo, hasta el siguiente Xxx :))



jueves, 3 de octubre de 2013

Capítulo 26 (2/2) -DTD

CAPÍTULO 26
MARATÓN / FINAL (2/2)

El taxi tardó diez minutos más hasta llegar al destino, diez minutos de puro éxtasis entre Louis y yo. No llego a entender aún como he sobrevivido una semana sin todo esto, sus caricias, sus miradas, sus besos o su forma de hacerme sentir única. Encima no me dejó pagarle al buen hombre.
-Es mi sorpresa, yo cargó con los gastos.- Dijo antes de bajar del coche.
Al pisar la calle me vendó los ojos, y ahora me lleva de la mano por las maravillosas calles londinenses.
-¿A qué Londres es maravillosa bebé?
-Uy sí Louis,-Digo irónica- me encanta ese edificio de ahí.- Y señalo con la mano a la derecha.
-Ahí no hay nada pero sí, es un edificio precioso.
-Jaja idiota, es que no veo nada.- Me quejo a modo de niña pequeña.
-Es lo que tiene que te venden los ojos, que no se ve nada.-Se ríe adorablemente y yo le doy un puñetazo en el hombro cariñosamente. Somos demasiado cursis a veces, pero no nos avergonzamos nos encanta ser así, por lo menos a mí.- Estarás con los ojos vendados pero sabes pegar bien muñeca.
-Son muchos años contigo, tengo práctica.
Sus dedos se deslizan de mis manos para soltarme, pero no me dejará sola tan facilmente, pega su pecho a mi espalda y de nuevo entrelaza nuestras manos. Intentamos andar lo mejor que podemos. No creo que sea buena idea que la vendada vaya la primera, pero creo que tengo que fiarme ahora de Louis, y esperar que me lleva al sitio correcto no a un callejón oscuro de esos de película que están llenos de psicópatas y violadores. No les vería venir, jaja.
-¿Te acuerdas de la primera vez que nos vimos?- Me dice apoyando su barbilla en mi hombro susurrandome las palabras lenta y sensualmente cerca de mi oído.
-Éramos bebés Louis.
-No tonta, la primera vez que nos vimos en la que los dos ya teníamos un poco de sentido común, que eramos más mayorcitos.
-¿Pero tú has tenido de eso?- Ambos nos reímos de mi pésima broma.- Sí, más o menos me acuerdo. Me caíste muy bien.
-Me echaste un cubo de arena en la cabeza y luego me diste una pala para que te hiciera un castillo, se ve que fue amor a primera vista eh jaja.
-Perdona, yo no le doy mi pala a cualquiera, debiste sentirte un afortunado.
-Oh, fue todo un honor que te hiciera un castillo con tu pala para que luego me lo destrozaras.
-¿¡YO!? ¿Destrozartelo? Que mentiroso que eres.
-¿Mentiroso? Despues de veinte minutos que tardé en hacer el castillo llegaste tú tan repipi como de costumbre y empezaste a saltar encima y me lo destrozaste.
-Pero en el fondo te quería Louis, jajaja.
-Ese día no me querías, me odiabas.
-Haber odiarte tampoco, pero al llegar vi como mi madre te cogía en brazos y te daba besos y me sentí... celosa. Pero cuando después de lo del castillo fuímos con nuestros padres y mi madre volvío a hacerte carantoñas...
-Me quería mucho.
-Y no dudo que aunque sea desde arriba te siga queriendo. El caso es que me puse celosa de que siguiera haciéndote mimitos así que me fui al rincón a llorar.
-Ah sí, me acuerdo. Que te vi llorar allí sola y me fui a buscarte.- Surpiro.
Recuerdo exactamente todos los detalles de esa tarde. Ambas familias quedaron para charlar y demás en un parque, ellos se sentaron en una terraza y Louis y yo jugabamos a los castillos de arena en el parque de enfrente. Él tenía 7 años y yo 3, y su hermana mediana Fizzy tenía apenas unos meses. Mi madre le quería con locura pero yo al ser hija única llevaba muy mal eso de que que mi "mamá" hiciera mimitos a otro niño que no fuera yo, así que me enfade y me fui a la esquina de la terraza a llorar.
-Me abrazaste por la espalda y me besaste la mejilla. Me dijiste algo como "Tranquila tu mamá es tuya" y despues no sé como dejé de llorar.
Sonrío tontamente recordando el vago recuerdo y de repente noto sus finos labios besar mi mejilla. Han pasado quince años desde entonces pero no creo que ninguno hayamos cambiado, yo sigo siendo la misma niña caprichosa y repipi y él sigue siendo el buenazo y adorable niño de sonrisa interminable.
-Parece como si no hubiera pasado el tiempo, eh.
-Totalmente cielo.
-Ya hemos llegado, ahora solo hay que subir un ascensor.
Entramos en un edificio, lo sé por el cambio de temperatura, se nota que aquí dentro hay calefacción, aunque en este viaje tampoco la he echado tanto de menos a pesar del frío de Londres, teníendo a Louis abrazándote por la espalda todo el trayecto hace olvidarte de todo, sobretodo del frío. Seguimos caminando despacio después de que Louis le diera unos tickets a un señor, no me suelto de su mano, está empeñado en no quitarme la venda.
Entramos en el ascensor y se escucha de fondo la típica música tonta de los ascensores. Aunque este es particular, es interminable. Parece un ascensor que te lleva directo a la Luna, no para.
Poco después las puertas se abren y dejan paso a una sala que parece estar muy iluminada, porque hasta yo con el pañuelo en la cara noto el brillo. El silencio hueco hinunda la sala, parece que estamos solos donde quiera que estemos. Aquí la calefacción no está al mismo nivel, hace un poco más de frío. Debemos estar a mucha altura.
Andamos unos pasos más y nos paramos para apoyarnos en una barandilla. Me pone frente a ella, como si estuviera de cara a una pared y poco a poco deshace el nudo del pañuelo llevándose con él algunos pelos de mi cabellera.
La luz me ciega por un momento, parece que tengo una lámpara apúntadome a los ojos. Cierro y abro los párpados unas cuantas veces para después frotarme los ojos y cuándo estos se acomodán a la situación dejo escapar un pequeño grito de sorpresa.
-Oh díos mío, qué bonito Louis. Madre mía...- Me tapo la boca con la mano ocúltando mi sonrisa.-.. es increíble.
-¿A qué las vistas son espectaculares?- Y se acerca a mí para volver a la postura con la que habíamos venido a este peculiar lugar, solo que ahora sus brazos me rodean el estómago.
-Puff no tengo palabras. 
Estamos como a más de treinta metros de altura calculo. Y por lo poco que sé de Londres deduzco que estamos dentro del Big Ben. Pero es una sala especial, porque está completamente acristalada, solo tiene un par de esculturas, algún poste de información, el ascensor y una mesa enorme a rebosar de comida.
-¿Ésta era la sorpresa que nos teníais preparada a Andy y a mí?- Digo algo melancólica.
-Sí.- Dice agachándo la cabeza. Me volteo a un lado para admirar las vistas de la famosa ciudad por todos los ángulos.
Pero en un movimiento rápido Louis coge mi mano y tira de mi hacia su pecho. Me abraza tan fuerte que solo quiero quedarme por los restos de los siglos así, pegada a su pecho, escondida bajo sus brazos. Noto su respiración en mi cuello que me pone el bello de punta, sus manos me agarran por la parte baja de la espalda apretándome cada vez más contra su cuerpo. Oigo el latir de su corazón que parece desbocarse. Le beso el pecho poco a poco. Siento como sonríe y coloca un beso en mi cabeza para luego levantarla y dejarme a la misma altura de sus ojos.
-Fue la mejor decisión que he tomado en años, ir a esa fiesta.- Me susurra.
-Sí, puedo llegar a decir que incluso hasta quiero a Amy.- Sonríe en silencio sin apartar la mirada de mí. Me hace sentir pequeñita, pero no me importa.
-Siempre te ví como a mi mejor amiga, una hermana más, pero a la vez siempre me sentí atraído por ti, lo que no supe jamás es que me volverías tan loco nena.
Me quede extasiada con sus palabras pero sobretodo con esta confesión repentina. No sabía yo que se había sentido atraído por mí en algún momento.
-Ahora es lo mejor que me ha pasado.
-¿El qué?- Pregunto inocente de mí.
-Que seas mía, nena.- Y se acerca a mis labios y como si de algo de supervivencia se tratase besa mis labios alocadamente. Solo paramos alguna vez para coger aire a la vez, su lengua juguetona busca la mía en un incansable juego, y de repente parece que los dos queremos más, los besos ya han dejado de ser suficientes, sus manos bajan por debajo de mi pantalon y recorren el filo de mis bragas. Hasta que desabrocha el botón de mi pantalón. Poco a poco empiezo a perder el control de mi mente y sin pensarlo le subo la camiseta para lanzarsela a un lado. Veo su abdomen marcado por algunas horas de gimnasio semanales y veo un pequeño tatuaje en uno de sus costados. Me paro mientras él sigue besando mi cuello sin parar un momento.Tiene en su piel una "C".
-"C" de Chloe. Mi sexy novia.- Me susurra muy cerca del oído para luego morder mi lóbulo y excitarme.
 La acaricio suavemente con la punta fría de mis dedos y empiezo a besar su abdomen, él se deshace rápido de mis pantalones hasta que me coje y enrollo mis piernas en sus caderas. Empieza a dejar un rastro de besos húmedos en mi cuello para bajar por el pecho, se deshace rápidamente de mi jersey y mi camiseta para dejarme ya en lencería.
-Estamos en desventaja bebé.- Le susurro juguetona al oído. Así que me bajo de su agarre mientras él se quita eufórico el pantalón. Vuelve a mí para empezar a besar mi clavícula lentamente mientras me acaricia la parte intíma lentamente. 
Nunca he hecho esto antes (es decir soy virgen), pero no veo mejor momento que este, ambos nos deseamos, ¿por qué no hacerlo y dejarme llevar?
Su rastro de besos húmedos baja de la clavícula al pecho, me agarro con la uñas a su espalda cuando sus besos y caricias se cordinan, lo que hace que suelte un pequeño gemido.
-¿Perdón?- Dice con la respiración entrecortada.- No te he escuchado, dímelo más alto.
Y delicadamente mete la mano por debajo de la tela para continuar sus caricias más seriamente. Entonces gimo con más volumen.
-Música para mís oídos.
Empieza a bajar la braga cuando de repente oímos unas risas no muy lejanas y muy familiares. El ascensor, el desayuno... Los chicos.
Ambos nos miramos estupefactos sin creernos que esto nos pueda estar pasando a nosotros. Cercanos al puro éxtasis de nuestros cuerpos aparecen ellos. Pero no es ahora tiempo de lamentarse. Como si a ambos se nos hubiera ocurrido la misma idea a la vez, cojemos corriendo nuestra ropa y sin saber muy bien lo que hacemos nos la ponemos. El ascensor sigue subiendo, cada vez está mas cerca. Me áto el último zapato y me estiro intentando fingir completa normalidad, al instante Louis frente a mí me imita y ambos nos sonreímos ante nuestro patético momento, cuando me doy cuenta de una cosa.. Aunque tarde porque el ascensor se abre y aparecen todos. Y cuando digo todos es todos. Niall, Harry (dado de la mano de Andy por cierto), Andy claro, Liam y Zayn.
Le lanzo a Louis una mirada asesina que él no comprende. Señalo con la mirada su camiseta, pero sigue sin darse cuenta.
-Anda si estáis vosotros aquí.- Dice con una sonrisa Liam.
-Louis..- Le susurro mientras le sonrío a los demás.
-Lo siento bebé, lo dejaremos para otro momento las orgías no me van.- Y me rodea la cintura con su brazo izquierdo para bajar la mano juguetona hasta mi culo.
-Louis no es eso, es que...
-Oye, ¿y tú no tenías espejo hoy en tu casa?- Le dice Harry sonriente como siempre.
-¿Por qué dices eso ricitos?
-Tienes la camiseta del revés.- Dice riéndose con los demás.
-Eso era lo que te quería decir.- Me mira con una mirada pervertida y me guiña un ojo. Noto como la excitación de hace unos minutos se manifiesta ahora en mis mejillas que van enrojeciéndose por momentos.
A lo mejor no era el momento o el lugar, pero me gusta haberme dado cuenta de lo que de verdad siento. Amo a Louis, le deseo como nunca antes había deseado a nadie. La gente dirá que soy muy jovén para pensar en amores eternos o en chicos perfectos, pero por una vez se equivocan, por una vez sé que no es un chico más.
Se quita la camiseta de nuevo para dejar a relucir de nuevo su abdomen tan bien tonificado que me derrite por los adentros.
-Chloe, has visto que se ha tatuado tu inicial.- Me dice Niall apoyándose en mi hombro.
-Ya la he visto antes.- Digo sonriéndole y después mirando de nuevo al chico del pecho sexy.
-¿Cuándo?- Pregunta curioso.
-Si tu supieras...- Me mira provocativamente seductor lo que hace que yo saque a relucir una pequeña sonrisa cómplice.- Ah y si no te importa.- Y quita a Niall de mi hombro para cogerme el de la cintura y amarrarme más a la suya.


El resto del día fue mejor que el comienzo. Terminamos sentandonos todos a desayunar, y después de que volaran un par de tostadas Zayn y Louis arreglaron sus temas pendientes. Saqué yo el tema, no podía irme de allí habiéndo provocado de alguna forma el conflicto entre dos grandes amigos. Tardamos dos horas en desayunar, o al menos en levantarnos de la mesa, hasta entonces Louis estuvo todo el rato haciendo pececitos y acariciandome los muslos, de vez en cuando subía un poco más y tenía que pararle sino quería que perdiera el control delante de todos.
Al terminar bajamos a tomar el aire y dar un pasea y ya de paso cotillear alguna que otra tienda. Comimos fuera y después volvimos a la nave cercana a los estudios donde se alojan todos los artistas. Louis y yo nos dormimos juntos la siesta. Por la tarde ya, todos juntos, no salímos, nos limitamos a estar en su habitación (ya que dormían los cinco juntos, imaginaros el estado de la habitación) jugando a las cartas, a 'Prueba o verdad' y tonterías varías. Aunque no hubiera preferido otro plan, acabamos todos por los suelos partidos de risa.
Ahora estamos en el aeropuerto, Andy y yo volvemos a casa.
-Otro abrazo grupal chicas.- Grita Nialler antes de embarcar.
Y como tontas volvemos a caer en sus brazos. Un fin de semana ha sido suficiente para convertirnos todos en algo más que conocidos. No somos mejores amigos, porque eso solo pasa en las fan-fics, pero nos hemos vuelto simplemente amigos. Dos días no dan para más.
Me giro para enbarcar cuando, cómo no, alguien me detiene bruscamente. Dos manos agarran mi cintura y me frenan. Me giro y Malik me mira con carita de pena.
-Qué tengas buen viaje preciosa. Haber si volvéis a vernos y podemos charlar tranquilamente.
-¿Sin besos de por medio?
-Sin besos, lo prometo.- Y levanta la mano derecha en señalde promesa. Me río y le abrazo.
-Muchas gracias por todo Zayn, podríamos ser grandes amigos.
-Podríamos llegar a ser más...- Deja unos segundos de confusión que me hacen arrepentirme de mi acercamiento.-.. mejores amigos boba, no pienses mal.- Y me da en la cabeza mientras se parte de risa.
-¿Me la dejas un minuto?
-Toda tuya Tomlinson.- Y se va sin ocultar esa sonrisa.
-No me mires así por favor... Ven anda.- Y como si de un imán se tratase me abrazo a su pecho con todas mis fuerzas. No quiero llorar, no puedo ser tan débil. Pero estas situaciones siempre me superan.
-La próxima vez tienes que venir tú a verme.
-Estaré allí antes de lo que piensas nena.- Y me besa delicadamente dejandome degustar por última vez en mucho tiempo sus labios.- Que tenga buen viaje bebé, te quiero.
Y le vuelvo a besar antes de tener que marcharme. Al separarme Andy me coge de la mano y tira de mí.
-Sabéis que "amo con locura" vuestros momentos cursis de parejita feliz, pero tenemos que irnos si no queremos perder el avión.
-Yo quiero perder el avión.- La confieso ya de camino a la puerta de embarque.


Llevamos media hora de viaje pero ya le echo de menos. Veo un par de mensajes en mi móvil. 
"No puedo estar más de diez minutos sin ti. ¿Qué te pareces si saltas ahora del avión? Yo me quedo abajo para cogerte, jajaja. No en serio, te quiero. Gracias por venir a verme, me has alegrado la semana, el mes e incluso la vida. Te adoro señorita Tomlinson"
Me quedo embobada con el mensaje, pego la pantalla del móvil a mi pecho en un intento de sentir a Louis más cerca.
-Deja de ser cursi anda.- Me dice Andy gritando por encima del alto volumen de la música de sus cascos. La saco la lengua en señal de que me da igual lo que me diga y vuelve a su música.
Cierro el mensaje y me voy a leer el siguiente.
"Hola cielo, soy Camila. ¿Desde cuando vendes tu casa? Creía que querías quedarte a vivir allí ahora que por fin estabas sola. Cuando puedas llámame. Te quiero"
Noto como el corazón me retumba sin control por dentro del pecho. Esa era la pregunta, ¿desde cuando yo vendo la casa?


Fin del capítulo
FIN DE LA MARATÓN

_________________________________________
HOLAAAAA!
Bueno al fin doy punto y final a la dichosa interminable maratón. Este capítulo ha acabado siendo más largo de lo que pensaba, asíque así os pido disculpas por este mes entero de parón.
Bueno, y ¿qué pensais de todo lo que ha sucedido? ¿Qué pensáis que pasará a partir de ahora?
Por cierto si queréis que os avise cuando suba cap. dejádme vuestro Twitter abajo y cada vez que suba uno nuevo os avisaré por un mensaje. Os seguiré tambien, obviamente.
Muchas gracias por leerme de nuevo, os adoro chicas. Y A POR LAS 14.000 VISITAS Xxx

martes, 1 de octubre de 2013

Capítulo 26 (1/2) -DTD

CAPÍTULO 26
Maratón / FINAL (Parte 1/2)

Me levanto de golpe asustada hasta que me doy cuenta que tengo a Zayn, Louis y Niall saltando encima de nosotras. Sus caras de niños traviesos son contagiables, porque sin meditarlo mucho más cojo la almohada y empiezo a golpearles mientras ellos siguen saltando.
Hasta que uno de mis golpes más certeros tira a Zayn de la cama.
-Ahhhh.- Grita.
Y todos explotamos a carcajadas, en especial yo.
-Que fuerza tienes, incluso por la mañana nena.- Me dice tirado aún en el suelo.
-Buah y por la noche ni te cuento.- Y otro que cae.
-Lo siento Louis, se me ha resbalado la almohada.- Digo con una sonrisa juguetona.
-Jajaja tío me encanta tu novia.- Dice Niall con su adorable risa irlandesa. Y como si de algo normal ya se tratase Niall "accidentalmente" se cae de la cama.
-Lo siento rubito, solo a mí me puede encantar mi novia.- Le dice Louis encima suyo con una almohada en la mano.- Espero que pilles la indirecta.
-A todo esto, tengo hambre.- Dice Andy por encima de las risas.
-Yo también, vamos al buffet.- Reclama bajo el cuerpo de Louis el rubio irlandés.
-Tss.. de eso nada, os tenemos una sorpresa, acaso os creéis que madrugamos tanto y venimos a buscaros por que sí.- Dice Louis.
-Hombre por que sí no, solo porque nos queréis, ¿no?
-Eso os creéis vosotras.
-Tío yo si las quiero. ¡Auuu! Que alguien le quite la almohada.- Dice Niall mientras se acaricia la cara roja por los múltiples golpes de Louis.
-¿Eres celoso Louis?- Dice Zayn sentado a nuestro lado.
-Sí, bastante, ¿por?
-Ah, no por esto.- Y se acerca sin prevenirlo a mis labios y los besa fugazmente. Cuando voy a quitarlo se despega de mí.
-¿Qué haces Zayn?- Grito mirándole a los ojos, mientras, él se ríe hasta casi quedarse sin aire. 
Y de repente como si de la nada hubiera aparecido vuela un almohadazo hacia la cara de Zayn. ¿He dicho uno? Perdón quería decir más de mil almohadazos. Louis se tira encima de Zayn y ambos pelean en el suelo, Zayn bajo Louis, ya ha perdido la sonrisa y ahora solo intenta esquivar los golpes de mi novio.
Sabía que Louis se picaba si le tocaban a las novias, pero nunca descubrí esta faceta de celoso que tiene. 
Mi cuerpo está casi inmovil, no entiendo porque está así Louis, como siga le va a romper la cara a Zayn. Tira la almohada a un lado y con toda la ira que lleva dentro levanta el puño. La siguiente escena soy yo tirada sobre Louis intentando tranquilizarlo. Se sienta en el suelo y yo en frente de él, Niall y Andy van a atender a Zayn que yace tirado en el suelo con una mano en la cara.
-Louis, ¡Louis mírame!- Le agarro la cara entre ambas manos y pego su frente a la mía. Su respiracón es entrecortada y su cara expresa toda la furia que siente.- ¡Ey tranquilo! Ha sido una broma, no pasa nada.
-¿No pasa nada? ¡Te acaba de besar! ¡Ese subnormal te acaba de besar, yo lo mato!
Mis manos tiemblan en su cara por mucho que intento mantenerlas fuertes y rígidas. Pero cuando quiero darme cuenta es todo el cuerpo el que me está temblando, Louis me da miedo. Es la primera vez que le veo comportarse así, y más por un beso tonto. En ningún momento me mira a los ojos, siempre intenta mirar por encima de mi hombro buscando la mirada de nuestro amigo.
-Lou, pequeño tranquilo a mi no me importa que me haya besado...
-¿¡QUE NO TE IMPORTA!?
Pego mis labios contra los suyos, fuerte, lo más que puedo hasta que la fuerza disminuye a medida que me relajo y los músculos se destensan. Él pone ambas manos en mis caderas y continua mi beso, mordiendo mis labios y quitando parte de mi miedo.
-No me importa porque solo tus labios me gustan.- Digo a susurros. Le oigo soltar una bocanada de aire y sonreír. Me besa fugazmente de nuevo.
-Te quiero.- Dice cerca de mis labios.
-Deja a Zayn tranquilo, ¿vale? No hagas que me arrepienta de haber venido hasta aquí.
-¡Louis cobarde ven aquí! No sabes pegar niña.- Grita Zayn desde la otra punta de la habitación con un pañuelo en el labio.
-Tss Zayn no provoques.- Dice Andy en un intento de que no se le quiebre la voz.
-Eso Zayn no provoques, haber si en vez de un labio te rompo una pierna.
-¡Louis fuera! Esperame en la entrada del hotel en diez minutos bajo.
-¿Qué?- Dice incomprendido.
-Que te vayas de esta habitación.
Se levanta indignado y se va dando un portazo. Cojo aire con todas mis fuerzas para soltarlo con las mismas. Noto una mano en mi hombro.
-¿Estás bien?
-Sí,- asiento enloquecida- pero me voy a solar con Louis, tengo que hablar con él de todo esto.
-Pues no le vendría mal, nunca se ha comportado así, es la primera vez que le veo tan histérico tan... bruto.
-No si yo también.
-O el desayuno le ha sentado mal, o tu le gustas más de lo que pensabamos.
-¿Por qué dices eso?
-El es un chico "bueno"- recalca- ¿Es normal que se pegue así por cualquiera? No, tú eres su excepción.
Me levanto confusa y cojo algo de ropa para pasar al baño a cambiarme. Echo el pestillo y dejo la ropa a un lado. Instantaneamente me miro en el espejo, ¿yo su excepción? ¿Qué tengo yo para serlo? Soy una cualquiera. Siempre me hago la misma pregunta, y nunca se que responderme. 
Me pongo mis pitillos negros con un jersey blanco y un gorro béis con unas botas camperas del mismo color. Me aplico un poco de eyeliner despues de lavarme la cara y peinarme con una coleta y salgo del baño.
-Me bajo a tranquilizar a la fiera.- Digo irónica. Nial se ríe y el resto solo hacen una pequeña mueca parecida a una sonrisa.
-Lo siento nena, solo quería hacer la broma en ningún momento quise montar todo esto.
-Lo sé tranquilo.
-¿Y qué es de nuestra sorpresa?- Me dice Niall con carita de pena. Es tan adorable que me da pena que haya pasado todo esto.
-Para otro momento, no te preocupes.
Les despido con la mano y me voy hacia la puerta hasta que no muy lejos de que cogiera el pomo alguien me lo impide. Me giro y veo esos dos grandes ojos oscuros y una tierna sonrisa que asoma por sus comisuras.
-Zayn...- susurro.
-Lo siento.- Y me estrecha entre sus brazos.- Estás temblando nena.- Me dice en lo que parece una pregunta.
-Puede ser..
-No te preocupes ¿vale? Te quiere más que a nada es normal que reaccionara así, yo también lo haría si te tuviera como novia.
-No me valoréis tanto.
-¿Por qué?
-Porque me tomáis por casi una chica perfecta y no lo soy. 
-Es que eres perfecta nena.- Al instante mis músculos se tensan y mi respiración se agita. Que me diga esto bajo sus brazos con su voz tan suave... No puedo.
Me deshago de sus brazos y me despido con la mano nuevamente para cerrar la puerta tras de mí. Me paro un momento intento calmar mi respiración o al menos fingirlo y cuando creo estar preparada bajo corriendo a por Louis.

-Hombre ahí está mi princesa.
-Hola.- Digo más seca de lo que quería sonar.
-Ven te voy a llevar a un sitio muy especial para mí.- Me da la mano y me acompaña hasta el taxi que hay en la puerta. ¿Cómo le ha dado tiempo a preparar todo esto en quince minutos? 
Nos sentamos ambos atrás y él le da la dirección al conductor. Me mira sonriente, pero con una sonrisa triste como pidiendo disculpas mientras mi mirada está perdida en la ventanilla.
-Vale, ¿sigues enfadada?- Y me pone una mano en el muslo.
Es dificíl estar enfadada con él cuando le tienes a diez centimetros, con una mano acariciando tu pierna y unas tremedas ganas de volver a sentir sus adictos labios, pero debía ser fuerte y mantener mi postura.
-Sí, sigo enfadada.
-Lo siento, es que te he visto besandolo y a él con una sonrisa de vencedor... he sentido que te perdía pequeña.
-Jamás me vas a perder, y lo sabes.- Digo aún sin dirigirle la mirada.
-Por eso mismo nadie puede tocarte, eres mía.- Y se cambia al asiento del medio. No quiero mirarle, veré su sonrisa perfecta, sus ojillos suplicándome y caeré rendida.
-Pero no puedes ir abofeteando a la gente así por que sí Louis, menos a tu amigo, entiéndelo.- Y le miro con un poco de furia. Él agacha la cabeza y pone ambas manos en mi pierna acariciandola lentamente.
-Lo siento de verdad, no quería que te sintieras mal solo que no podía verte besándote con él. No me mires así.
-¿Así cómo?
-Con miedo. Soy el mismo pero... pufff..- Parece agobiarse. Se recuesta en el asiento y mira hacia el techo.-.. tantos ensayos, tantas pruebas, son mucha presión y que vieneras te prometo que ha sido lo mejor que me ha pasado en la semana, entonces al verle como besaba tus seductores labios me ha matado directamente.- Gira su cabeza mirandome con una mirada triste y fría- Te quiero, ¿vale? Te quiero como nunca pensé que podría llegar a a querer a alguien, esta semana se me está haciendo durísima sin ti, y es cuando me he dado cuenta que mi punto débil eres tú. 
No creo que haya mucho oxígeno ahora en el taxi, al menos no parece llegarme a los pulmones. No esperaba enfurecerme con él, ni echarla una bronca de las grandes, pero tampoco me esperaba encontrarme con esto. Ha sido como si me dieran una patada en el estómago, me ha dejado descompuesta.
Y no hay mejor idioma que el de los besos.
Me acerco lentamente a él y le beso sus cálidos y finos labios. Vamos despacio, sin prisa, disfrutando el uno del otro. Y poco a poco su manos suben hasta mi estómago, acariciando con sus frías yemas mi piel bajo mi ropa, y sus labio bajan poco a poco hasta mi oreja, mordiendo lentamente mi lóbulo, provocandome olas de electricidad en mi cuerpo, sigue bajando hasta llegar a mi cuello, dejando un rastro de besos húmedos por mi cuello hasta que llega a un punto en el que se detiene. Y sin presentirlo succiona mi piel con sus cálidos labios lo que provoca que susurre un pequeño gemido.
-Dime más princesa, que el camino es muy largo.- Susurra para volver a su posición.


Fin del capítulo

________________________________________
HOLA PEQUEÑAS Y PRECIOSAS LESTORAS
Por fin he podido coger un pequeño momento para esperar 20 min a que se cargara la página y pudiera a duras penas terminar este capítulo. Como llevaba tanto tiempo sin escribir se me había olvidado la idea del capítulo pero se me ha ocurrido una mucho mejor, lo que pasa es que es más larga por lo cual dividiré el capítulo final en dos partes. Mañana subo la segunda, ¡ESTA VEZ LO PROMETO! JAJAJAJA
¿Os ha gustado este? Esperaros al siguiente, muchas gracias por seguir leyendome sois increibles os adoro.
MUCHOS BESOOOOS Xxx