miércoles, 20 de noviembre de 2013

Capítulo 31 -DTD

CAPÍTULO 31


*11 meses después*

-Aggg que gusto volver a tumbarme en el sofá.- Digo mientras me tiró entre los montones de cojines que invaden el sofá.
-Hazme sitio.- Grita Max, para cuando me doy cuenta ya se ha tirado encima mío.
-Auuu.-Grito bajo de él.
Los dos nos reímos hasta que decido incorporarme. Le robo una palomita del bol que ha traído y me incorporo en el sofá.
-Tss!- Y me da un tortazo en la mano- No comas, no son para ti.
-Jo Max ahora me levanto a hacerme otro bol.- Y me meto una palomita en la boca.
-Escúpela.- Exclama. Le miro incrédula.- Ahora, escúpela.- Escupo la palomita y cae en el bol junto con las demás.- ¡Ala guarra!
-Jajaja yo sólo he sido obediente.- Se levanta de nuevo y se dirige a la cocina con sus andares de hombre sexy que esconde a un auténtico marica.
-¿La peque está en la guardería?- Grita desde allí. 
-Ajá.- Digo robando un puñado de palomitas a escondidas.- Ahora después de comer voy a buscarla.- Viene con unos platos y unas velas aromáticas que solo usa en grandes o importantes ocasiones.-Oh gracias, yo con un sandwich me conformaba pero si me preparas tú la comida no soy nadie para pararte.- Digo sonriente. Me incorporo y me siento más normal en el sofá con las piernas cruzadas y abrazada a uno de los enormes cojines que lo decoran.
-No te hagas tantas ilusiones cielo, hoy comes fuera.
-¿Perdón?- Digo chocada.
Se saca un billete de veinte libras del bolsillo trasero de los tejanos y me lo tiende. Lo miro indecisa.
-Es que hoy he quedado con un chico.- Dice pícaro.
-Mmmm... ¡datos!- Exijo entusiasmada cual adolescente loca.
-Se llama Tobias, veintitrés años...
-... uhhh mayor que tú.- Digo restregándoselo. Le guiño un ojo y él sonríe cómplice. Desde siempre le han podido los tíos mayores que él, es un morboso.
-Cállate. Pelo castaño, ojos claros, y es estudiante.
-¿Estudiante de qué?
-No lo sé, dame tiempo para conocerlo.- Dice sin parar quieto un segundo. Cogiendo platos, cubiertos, vasos, etc. 
-¿Y no me podías haber comentado tu cita romántica con el chaval este?
-Se llama Tobias. ¿Y cuándo?
-No sé... en estas seis horas y media que llevamos juntos en el trabajo, o en el desayuno...- Le miro con suficiencia restregándole su falta de organización mientras él me saca la lengua.- Toma anda.- Y le devuelvo el billete que me había entregado antes.
-Lo que odias que te mantega, ¿eh? ¿No puedes ni aceptar un billete? Te invito a comer.
-No puedo dejar que me invites, tengo un trabajo, un sueldo y no tienes por qué mantenerme, sé como apañarmelas para mantener a Diana y a mí misma.
-Desde que diste a luz eres mucho más madura,- Se sienta en el brazo del sofá y por un momento respira, se relaja y me mira a los ojos.-, aunque para serte sincero, desde que te conocí siempre me ha costado creer que tienes 17 años.
-¿Por qué?
-Por tu forma de ser, de actuar, de pensar. Niñas de tu edad están enamorándose, estudiando, de botellón diariamente, gritando, fangirleando, y tú en cambio te largaste de casa dejando atrás, por fin, la mierda vida que tenías, tuviste hace dos meses una hija fruto de una violación y en vez de abortar y renunciar a ella para olvidar aquella noche desastrosa la tienes con un valor sobrehumano y la sacas adelante con un sueldo miserable de un trabajo muy duro sin ninguna ayuda. La verdad, no es una vida propia de una adolescente de 17, bueno casi 18 años.
-Oh, ¿te acuerdas de mi cumpleaños?
-Claro chocho, el 7 de Septiembre de 1995, dentro de una semana.-Le miro boquiabierta.- Te he cogido demasiado cariño cielo.
Le miro y veo como me sonríe. He sido tan fuerte todo este tiempo gracias a su ayuda, a que me acogiera, me ayudara con el trabajo, la academia es más dura de lo que pensaba pero la danza nunca ha sido y jamás será sencilla. No me dejo mantener económicamente, pero moralmente él es el pilar que ha evitado que me hundiese en cualquier momento.
-Bueno, no es la mejor vida que puedas vivir, pero es la que me ha tocado, así que tengo que seguir adelante.
-Eres demasiado fuerte, ¿lo sabes no?
-Soy como tengo que ser, es decir, si querer seguir adelante con mi vida aún con todos los baches que vengan es ser fuerte, sí, me considero una persona fuerte.
Hay un silencio en el que solo oigo mi corazón latir y a mi respiración batir mi pecho.
-¿Nunca has pensado en abandonarlo todo?
-Sí, y antes podía permitírmelo, ahora Diana me necesita, no puedo dejarla. Así que por mucho que me cueste levantarme cada mañana ya tengo una razón por la cual hacerlo, mi pequeña.
Se acerca silenciosamente y me besa la frente para después abrazarme. Por un momento me resguardo en su pecho y contengo las ganas de derrumbarme. Pocas veces hablamos de temas tan fuertes y sentimentales pero cuando lo hacemos, no sé si es por que él me entiende mejor, pero siempre consigue hacerme temblar y tocar mi fibra sensible.
-Bueno señor enamorado, ¿me da tiempo a darme una ducha? Los ensayos de hoy me han matado y la verdad no huelo muy bien.
-Jaja yo sí.
-Ya pero lo que pasa es que como tú tienes una ayudante, yo, me haces hacer las coreografías difíciles a mi, entonces tú no sudas.
-Y por que yo uso perfume, recuérdalo.
-Oh es verdad, don Pacco Rabbane.- Me arranca una sonrisa al recordar el matinal mañanero de todos los días, ducha, vestirse y media hora echándose el perfume que le vuelve loco.
-Venga corre anda, que viene en veinte minutos.
Corro a mi habitación huyendo de sus cosquillas y me encierro.
Saco ropa limpia y me quedo contemplando la cuna de mi bebé. No todos los recuerdos son malos.


Mis Converse se arrastran por el suelo de grava de las calles más transitadas de Liverpool. Es la última semana de Agosto y aún hay mucha gente pasando sus vacaciones por aquí. Me acuerdo de cuando llegué la primera vez, no veía que la ciudad fuera un lugar demasiado apropiado para mí y nunca pensé que llegara a poder vivir aquí. 11 meses después me parece la ciudad más maravillosa del mundo (después de Atenas, siento cierta debilidad por esa ciudad). Las calles son anchas, llenas de tiendas de colores, además la música reina en toda la región, vayas donde vayas suenan éxitos, desde Bon-Jovi hasta Elvis Presley.
Por suerte hoy es Lunes, día de bocatas de carne en "O´s Company". El bar-restaurante no está a más de tres calles de casa, y hacen los mejores bocatas de la ciudad. Me lo enseñó Max el primer día que llegué aquí, me invitó a comer y nos conocimos un poco más que por un intercambio de palabras en un taxi. Desde aquel día vivo enamorada de Peter y sus bocatas.
-¿Perdona sabes dónde está la calle... San Heamworth?- Me giro y observo por un segundo a la persona que me retiene y busca la calle en la que vivo.
Al siguiente segundo mi corazón se para y la respiración agita mi pecho en grandes sacudidas. Por un momento quiero salir huyendo, y por el contrario sigo estática perdida en sus dos enormes esmeraldas que tiene por ojos.
Él se sonroja, y no me quita la mirada ni un segundo, parece también sorprendido por encontrarme. Ninguno de los dos nos esperábamos, no en este momento al menos.
-Lo-u...- No puedo terminar el nombre.
<<Louis>>- Pienso.
Las manos me vibran, tengo todo el cuerpo en movimiento, temblando como un flan. De pronto noto una cálida mano acariciando mi mejilla. Estoy rígida como el hielo y el torna su cara a una dulce sonrisa.
11 meses sin él, 11 meses sin sus caricias, sus besos, su estancia en general. Lo dejamos, y tras llorar mucho y darle demasiadas vueltas de cabeza logré olvidarlo, o al menos cubrir su recuerdo y ahora me lo encuentro a un metro de mí, sonriéndome, acariciando de nuevo mi piel. Creo desmayarme.
-¿Qué haces aquí?- Logro decir en un suspiro.
-Buscándote.
La gente pasa a nuestro alrededor a la velocidad de la luz, mientras nosotros parecemos congelados, como si el tiempo se hubiera parado entre ambos, es nuestro momento, solo él y yo y miles de ideas rebotando mi mente.
-No lo entiendo.- Consigo admitir.
-Chloe, no quiero hablar esto aquí. Ven.- Agarra mi mano y me arrastra entre la multitud, como si estuviera escondiéndose.
Al doblar la calle gira a la derecha y se dirige a un restaurante. "O´s Company" 
Entra habla con el camarero unas palabras que no consigo oír, no es que el bar esté ruidoso es que yo me he encerrado en mí misma. Vivo todo pero desde lejos, el tiempo se mueve lento mientras yo sigo asimilando estos últimos 3 minutos.
Yo solo iba a comerme un bocata.
Coge la mesa del fondo en la esquina y se sienta frente mía. Suspira un par de veces y vuelve a levantar la mirada. Su pelo alborotado se esconde bajo un gorro de lana. Va envuelto en una cazadora vaquera, y sus ojeras resaltan los últimos nervios y noches sin dormir que lleva acumulados.
-Haber...- Empieza a hablar tras pedir algo para beber.- No sé como he llegado aquí, sólo sé que hace un par de noche me desperté en una pesadilla. Mi primer pensamiento fue, "La he perdido", y desde entonces no duermo, no paro de pesar en nosotros, en ti.
Pego un gran trago a mi refresco e intento relajar mis pulsaciones.
<<Le has olvidado, él ya no es nada para tí>>- pienso.
-No sé como te dejé irte, o como fui tan estúpido de no ir a buscarte, de salir corriendo abrazarte y decir que todo estaba bien.
-Porque lo dejamos Louis, y porque nada estaba bien.
-Pero podía estarlo, si yo hubiera estado contigo, si te hubiera ayudado como debería haber hecho como novio, y como tu mejor amigo, todo hubiera ido bien, en cambio lo dejé todo estar, supuse que podrías con esto tú sola, pero a quien vamos a engañar, esto no es fácil de superar, y menos para una adolescente de 17 años.
-Bueno pero  ya está superado. Ahora da igual lo que debiste hacer o no, yo he seguido adelante con todo y ahora estoy bien, me da igual el pasado.
El silencio invade la íntima mesa. Y una agonía me invade poco a poco las entrañas. Él debería haber estado conmigo. No sabe la de noches que dormí entre lágrimas, no sabe la de momentos que grité su nombre en sollozos ahogados y la de veces que he mirado a Diana pensando en como sería todo si él fuera el padre. No sabe lo mal que lo pasé, lo mucho que le eché de menos. Pero él tenía una carrera, un futuro en sus manos que no podía perder por una estúpida novia de la adolescencia. Además todo eso ya es agua pasada.
¿No?
-El problema a todo esto es que yo te sigo queriendo.- Dice sosteniendo mis manos entre las suyas.
Las pulsaciones se me rebelan y se agitan a una velocidad desorbitada. Apuesto a que mi corazón le está dando un infarto ahora. Levanto la mirada para cruzarme con la suya. Esos ojos que tanto deseé y tanto me desearon. Aparto la mirada asustada del cúmulo de sentimientos que se hacen presa de mí.
-No, Louis no...- Intento zafarme de sus manos, pero es inútil. Me busca, y me consigue.
-Intenté refugiarme en el trabajo cuando llegué a Doncaster y no te ví. Pasaba por tu casa, abandonada, y intentaba olvidar todo entre nosotros. Me entretenía con los chicos y hasta intenté salir con un par de fans y amigas que me presentaron, pero seguía colado por ti. No quería admitirlo, tú te habías ido, tendrías novio y ya me habrías olvidado. Pero nena,- Coge mi barbilla y me levanta para poder mirarlo bien a los ojos- yo nunca pude olvidarme de ti.
No me acuerdo de cómo se respiraba. Su mirada me quita el aliento, su forma de tocarme, me enloquece. Solo quiero que todo esto no hubiera pasado, que hubiéramos seguido igual de bien... ¿Tanto pedía?
-Louis yo si me había olvidado de ti.- Digo con voz apenada. 
<<Me había olvidado de ti hasta que has llegado y me has roto todos mis esquemas.>>
-Cielo me he subido al tren por un puro impulso, nos han dado dos semanas de vacaciones hasta que empecemos el primer tour, pero no podía quedarme en casa. He venido a buscarte, a recuperarte más bien.
-Louis no te das cuenta de que yo ahora tengo otra vida, incombinable con la tuya. Si antes era dificíl ahora lo es más. Tú tienes que centrarte en tu carrera, que es lo más importante ahora...
-Para mí tú eres más importante.- Hago caso omiso de su frase y continuo.
-... y debes centrarte más en ti, en tú tiempo libre, amigos... Yo, solo soy el pasado.- Intento convencerlo con lo primero que se me surge en la cabeza, pero no le veo con intenciones de ceder.
-No he recorrido 348 km en busca de un no.- Y sin meditarlo mucho más se levanta un poco de la mesa y se acerca a mis labios para besarlos.
El primer roce entre ambos crea autenticas chispas de electricidad. El corazón se me desboca completamente y mis sentimientos salen fuera de órbita. No esperaba esto, y tampoco esperaba ceder tan fácilmente a su piel, pero soy suya, siempre lo seré. Por más que he querido olvidarlo, nunca fui capaz, sólo dejé de pensarlo y añorarlo tanto que me auto-convencí de que ya había salido de mi vida, pero admitamoslo, nunca se irá.
Le sigo el beso tan anhelado y disfruto placenteramente de sus sedosos labios que se deslizan con suavidad por los míos. Es el primer beso que doy tras la noche con Kris. Pero el sentimiento es completamente diferente. Entre los labios de Louis me siento segura, protegida, amada y querida. Ha despertado una parte de mí que tenía dormida, el amor.
Al separarnos él vuelve a colocarse en su asiento y yo me coloco el jersey por puro nerviosismo. Levanto la mirada y le miro. Por la comisura de sus labios asoma una pequeña sonrisa juguetona. Sus ojos brillan y veo como su pecho se mueve descompasado, está igual de nervioso que yo.
-No sé como lo vamos a hacer, lo único que sé es que quiero, necesito, estar contigo el resto de mi vida. 
Suspiro enamorada. No sé como he sobrevivido tanto tiempo sin él, es como una droga a la que soy realmente adicta.
-¿Volvemos a estar juntos entonces?
-Sólo si tú sientes lo mismo...
Le miro como esa sonrisa se transforma en puro nervio. Agita el pie de arriba a abajo en un intento de soltar la energía por algún lado.
Yo tampoco sé como lo vamos a hacer, pero sé que lo haremos juntos.
-Jamás dejé de sentirlo.
Expulsa todo el aire que contenía en sus pulmones y sonríe victorioso. Pero su sonrisa es demasiado grande. Se acerca a mí y se sienta en la silla de al lado. Me abraza y yo sólo le imito. Aprieto su fuerte espalda contra mi pecho y ambos compaginamos nuestras respiraciones. Me refugio en su cuello, esnifando su perfume, sintiéndome en casa. 
-Te he echado de menos.- Le susurro.- Lo he pasado muy mal sin ti Louis.- Le confieso. Bajo sus brazos me siento débil, pequeñita y vulnerable, vulnerable a todas sus caricias y tactos que me enloquecen.
-Y yo princesa, pero todo eso se ha acabó, te lo prometo. Nadie volverá a hacerte daño, no mientras yo siga con vida.
Le abrazo más fuerte, cómo si esa presión no fuera suficiente. Y sin darme cuenta noto que estoy sonriendo en su pecho, y una sensación invade mi ser. Todo vuelve a ser como antes.
Cuando me doy cuenta de una cosa.
Esta vez no estoy sola.
-Louis...- Digo separándome de él. 
-Dime amor.- Responde con una sonrisa de oreja a oreja.
Apoyo los codos en la mesa y escondo la cabeza en las manos. Él me mira preocupado.
-¿Qué pasa Chloe?
-Verás si estamos juntos debes saber... bueno no me gusta hablar de la noche en la que me pasó... bueno, ya sabes... eso. Ni me gusta recordarlo, pero no sé si por desgracia o por fortuna esa noche venía con regalo. A las semanas de irme de Doncaster tenía muchas nauseas y mareos, creía que era porque aún estaba muy dolida por todo aquello, entonces Max...
-Espera un segundo, ¿quién es Max?
-Ah, Max... es otra historia ahora te la cuento. Bueno como decía Max me aconsejó que me hiciera un test de embarazo, por si las moscas, yo no quería porque de algún modo tenía miedo a que saliera positivo. Lo hice después de unos días y salió positivo. Dudé en si tenerlo o no, no quería tener nada que ver con todo el lío de aquella noche, pero es mi hija y no iba a perderla por la edad o por unos dementes. Así que... soy madre soltera.
Su cara de asombro absoluto en un microsegundo torna a una sonrisa enorme y sus ojos empiezan a brillar de un modo que no esperaba, de pronto suelta una lágrima.
-¿Tienes un hijo?
-Hija. Diana Tomlinson Brown.- Su sonrisa, si podía, se hace más grande y yo, inocentemente, sonrío con él.- Queda mejor que el apellido de Kristopher.
-Te quiero, a ti y a tu hija, da igual que el tal Kristopher dejará una sorpresita, solo sirve para unirnos más.
-Louis, es un bebé de verdad, no es ninguna tontería. Me refiero a qué es un cargo muy importante que no te voy a obligar a cumplir si no quieres.
Se acerca más a mí. Estamos a escasos centímetros de distancia, ya puedo oler su perfume que me cautiva.
-¿Ser padre? ¿Contigo? No es ninguna tontería, es un privilegio. Te prometo ser el mejor padre que puedas tener, daré todo de mi para que esa niña crezca feliz y sana. Lo mismo haré con la madre, solo que a ella la daré un poquito más de amor.- Y me besa delicadamente los labios, con dulzura y encanto.
Me tiene pillada de pies a cabeza.



Cuando terminamos de comer (después de hablar y contarnos todos estos meses separados el uno del otro y contarle que vivo con Max, mi amigo gay y rival suyo en profesión) nos fuimos a la guardería a buscar a Diana y nos la llevamos a casa tras dar un paseo dados de la mano. Creo haber visto a unos cuantos paparazzis haciéndonos fotos pero por más que le dije a Louis de irnos no quiso, se le veía orgulloso de poder presumir de que era padre y además volvía a estar conmigo. Ahora estamos en casa, Max y su ligue no están, se habrán ido por ahí de fiesta, mientras Louis le está dando de comer y jugando con Diana.
      

No sé como haremos para estar juntos, para compaginar su vida con la mía, pero cada vez que le veo sonreír con mi hija en sus brazos, como le veo amando a un hijo que ni siquiera lleva su sangre, verle dar todo por mí es cuando yo pienso, él es el hombre que quiero para mí, no habrá jamás otro igual, al menos jamás amaré a otro igual.
-¿Por que lloras mi amor?- Dice tornando su sonrisa.
-Felicidad. Te quiero Louis.- Su sonrisa vuelve a entrar en escena iluminando todo el salón.
-Cariño, no podrás quererme ni la mitad de lo que yo te quiero a ti.- Me hace un gesto para que me una a él y así hago, me siento a su lado en el sofá mientras pasa una mano por mis hombros que me unen a él.
Diana está tumbada en su pecho porque ha terminado de comer, y yo estoy tumbada apoyada en su hombro.
-Sois las dos personas más importantes de mi vida en estos momentos.- Me susurra al oído para después besarme la frente. Y otra lágrima vuelve a caer.- Te quiero mucho princesa, y no dudaría en volver a ir a buscarte a cualquier lado por encontrarte.- Sisea.
-¿A cualquier lado?
-A cualquier punto existente en la faz de la tierra, da igual donde estés, yo siempre te encontraré.- Mi cuerpo empieza a temblar y él al notarlo me abraza más fuerte.- Tranquila, estoy contigo, no te va a pasar nada, te lo prometo.
Levanto la barbilla y entre unas rebeldes lágrimas le beso en los labios como hacía mucho tiempo que lo estaba deseando.
-Gracias por volver, te necesitaba.- Susurro para volver a besarle.


Fin del capítulo

________________________________________
¡¡¡¡HOLA!!!!!
Bueno ya he vuelto con un capitulazo. Siento la espera de tantas semanas sin escribir (lo echaba de menos hasta yo), estoy en época de examenes y el tiempo me escasea y a parte he tardado tanto porque era una estretegia, en la historia han pasado unos meses y quería dar más tiempo para que empezarais a leerla otra vez con más ganas y con la memoria un poco borrosa.
Bueno como he tardado tanto he escrito más de lo habitual, pero es que os lo merecéis, terminé el capítulo 30 con unas 17.900 visitas, y chicos, ya tenemos 19.320 esto es una completa locura hahaha, no en serio muchichisimas gracias, todo esto es increíble, os adoro.
En la última semana de Diciembre cumplo un año con este blog así que ya estoy preparando alguna sorpresilla para entonces :) 
Bueno y sobre el capítulo, ¿qué pensáis? ¿Os ha gusto el vuelco que le he dado a la historia, con un nuevo y pequeño personaje y ese reencuentro? Comentadme por favor, que últimamente estáis todos muy callados y me encanta leeros de verdad.
Bueno muchas gracias por estar conmigo una vez más, os quiero :) Xx


sábado, 2 de noviembre de 2013

Capítulo 30 -DTD

CAPÍTULO 30


El tren no tardó más de dos horas en llegar. El sol daba fuerte en la parada al aire libre. Las maletas parecían no pesar nada en comparación con mi cuerpo que parece arrastrarse por las baldosas de la estación. Todo el mundo se movía de un lado a otro con una rapidez y una destreza impecables que hacían que nadie se chocara con nadie. Miré en muchas direcciones buscando una pista que me dijera por donde tenía que ir.
-Perdona, ¿eres Charlotte?
-Ajám.- Elevo la mirada y veo a un chico de ojos marrones y pelo rapado. No soy muy fan de este tipo de peinados, pero hay que admitir que a este muchacho no le queda nada mal.- ¿Quién eres?- Pregunto dudosa. Por más que busco en todos los recovecos de mi mente no consigo saber quién es.
-Soy Max George.- Hace un breve pausa y continua.- Por tu cara veo que no te han hablado de mi.- Y saca a relucir una dulce sonrisa.
-No la verdad.- Y sonrío con él.
-Soy el coordinador, bueno uno de los profesores de la academia "Move", me dijeron que venía mi ayudante de.... ¿Doncastar?
-Doncaster, sí, soy yo.
-Oh perfecto, eres la cuarta chica a la que le digo todo esto jaja.- Y ambos nos reímos.
-No, ¿en serio?
-Jaja te lo prometo. Me han dicho "Es una chica con el pelo castaño y una maleta, ve a buscarla" y claro en una estación de trenes hay muchas chicas castañas con una maleta.
-Jaja bueno pues soy la chica que buscas.
-Y tanto...- Susurra.
-¿Qué?
-Vamos el taxi está esperandonos.
-¿A dónde vamos?
-A la academia, la jefa te quiere conocer.
-Uhmmm...
Me ayuda con las maletas y vamos hacia el taxi. El chico no tiene más de veinti-pocos años, se le ve que trabaja su cuerpo con esmero, y la sonrisa viene con el conjunto. Todo mi pasado me debería hacer sentir de ahora en adelante desconfiada, pero me ha hecho más fuerte y sé que este chico es quien dice ser. 
Nos montamos en el taxi y dice la dirección.
-La academia está más o menos en el centro de la ciudad, está muy bien situada y, ¿tú dónde vas a vivir?- Pum. Me pilló desprevenida. ¿Cómo no había meditado sobre este tema antes?
-La verdad, no lo sé...- Y agachó la mirada. ¿Qué voy a hacer? Es temprano aún, no son más de las diez de la mañana, pero no creo que pueda encontrar alojamiento barato para esa noche.
-¿No has alquilado algún apartamento o reservado algún hotel?- Dice con los ojos como platos. Me río ante su expresión.
-No jaja, ¿estoy perdida verdad?
-Bueno no del todo, yo me acabo de mudar al barrio de la academia y la verdad la casa se me hace demasiado grande para mí solo, estaba pensando en alquilarla, ¿te apuntas?
-Hombre así en frío, solo te conozco de 15 min, no se si debería...
-Oh vamos tranquila soy gay no me gustan... ejem...- Y baja la mirada a mi pantalón. Me empiezo a reír y él conmigo. Jamás lo hubiera pensado.- Venga por ser tú, te pongo el alquiler en 300 euros al mes.
-250.
-275 y no se hable más.
-Vale pero tu friegas los platos.
-Jajaja encantado.


El camino hacia la escuela no tardó mucho más de veinte minutos más. Fue el tiempo en el que pude conocer a mi nuevo compañero de piso, se llamaba Max George, nació en Manchester, tiene 24 años, y forma parte de una banda llamada "The Wanted" (todo datos reales) que empezó alrededor de 2009 a hacerse sonar con su single "All Time Low". La verdad he escuchado su canción varias veces, en la radio y la tele, pero nunca me interesé por la banda, es más en ningún momento supuse que él era uno de los miembros.
-Pero si estás en la banda,- Le pregunto saliendo ya del taxi- ¿qué haces de profesor de danza en esta escuela?
-Lo de la banda empezó siendo un pasatiempo, yo llevo siendo profesor de danza desde los 19 años, lo que pasa es que nos está yendo mejor de lo que esperaba.
-Si seguís consiguiendo fama, ¿dejarías el baile para dedicarte a la música?
-¿A qué te refieres con conseguir fama?
-Que vuestras canciones no solo se escuchen en Reino Unido, que se escuchen en todo el mundo, e incluso que se lleguen a colar en la lista de los "100 Bilboard" de América.
-Madre mía, eso es un sueño a gran escala, pero pese a todo lo que me pase no creo que jamás deje de lado la danza.
Entramos en la academia y no puedo reprimir un gemido de exclamación. Esto es 100 veces más grande que "Plan d". Está claro que Doncaster no se puede comparar con Liverpool. La entrada muestra unos techos altísimos y unas paredes de multitud de colores. Además en las paredes hay muchas fotografías de algunos certámenes, de los profesores y algunos diplomas de algunos torneos. Hay un estante tras la recepción con más de 50 premios o galardones. La verdad, es todo tan bonito y profesional que no me importaría trabajar aquí aunque fuera limpiando el suelo con la lengua.
-Oh vaya, tú tienes que ser Charlotte, encantada- Una mujer de unos cuarenta años con el pelo pelirrojo y rizado me da dos besos. Las mallas y la camiseta de deporte dejan a relucir un cuerpo de muchos años de esfuerzo, es precioso. Sus ojos marrones tan brillantes la hacen parecer diez años más joven, es una mujer muy hermosa.- En cuanto recibí tu llamada hablé a todos que ya teníamos una nueva candidata, y claro, hablé con Max para decírselo, estoy muy contenta de que hayas venido. Por cierto, me llamo Isabel, pero llámame Bel, todos lo hacen.- Y me guiña un ojo.
-¿Candidata?- Lo que era un pensamiento lo suelto al aire.- Yo pensaba que ya estaba contratada.
-Oh no cielo, tengo que hacerte una prueba para ver tu nivel y saber si estás a la altura de la escuela y de Max para trabajar, sino comprenderás que no me haces falta a no ser que seas una alumna.
-Supongo.
-Bien, deja las maletas aquí y pasemos al aula.
Dejo las maletas detrás del mostrador y sigo a Bel por un pasillo lleno de posters y fotos. Max nos sigue. Pone ambas manos en mis hombros y me susurra:
-Tranquila se muestra dura con todas siempre, en el fondo es maja.- Hago una mueca de desagrado con la cual él se ríe.
-¿Todas?
-Sí, bueno ha habido más candidatas como tú.- Vamos, que me he arriesgado viniendo hasta aquí para luego ser una candidata más.
-¿Cuántas?
-Unas 34 o 35... Ey tranquila, de todas tú eres a la única a la que le he ofrecido vivir conmigo.- Y me guiña un ojo pícaro. Ambos nos reímos bajito, para que Bel no se de demasiada cuenta.- De verdad, confío en ti.- Me agita los hombro y me empuja dentro de la puerta.
La sala es enorme, en el frente hay un enorme espejo que ocupa toda la pared, a la izquierda y fondo solo hay la pared decorada con multitud de colores, algún poster, unos bancos y perchas y a la derecha se extiende un enorme ventanal que da a unos preciosos jardines que decoran el patio de la escuela. Es como una universidad pero de danza.
-Bien, te pongo una pista e improvisas. Ambos revisaremos la ejecución, los movimientos, la destreza y la actitud.
-Pero llevo vaqueros...
-¿Prefieres hacerlo en bragas?
-Dale al play.
Me quito los zapatos y me pongo frente al espejo. Empieza a sonar una canción lenta, cierro los ojos, respiro un par de veces y me pongo en movimiento.
La música se mueve conmigo y yo con ella. Por un momento todo el peso, toda la presión de mi pecho se desvanece, todos los pensamientos se van de mi mente, y siento que floto, que peso menos que una pluma. Como no había dado con esto antes, lo único que me puede ayudar a relajarme, a ser feliz es el baile. Todos mis músculos se mueven en sicronización, sin presión. Mi pie, mi pie se mueve sin tensión, libre y suelto. 
La pista termina y mi cuerpo se para automáticamente con la última nota. Me miro al espejo, respiro un par de veces llenando mis pulmones de oxígeno.
<<Esa chica, esa chica se va a comer el mundo>>- pienso al verme.
Me coloco normal, y cierro los ojos y escucho aplausos. Cuando vuelvo a abrir los ojos Bel y Max se acercan a mi con una sonrisa más grande que mi ilusión. 
-Vaya, esos vaqueros son mágicos, nadie había bailado tan bien una pieza tan difícill. Toda mi enhorabuena.- Me dice Max guiñándome el ojo.
-Felicidades, estás dentro.- Dice Bel quitándose la postura de jefa dura. Se acerca, y me abraza, suspiro aliviada quitándome el peso de encima.- Ojalá hubieras llegado antes, hacía mucho que no veía a alguien tan entusiasta y con tantas ganas de bailar, eres única, no puedo desaprovechar esta oportunidad. Bienvenida a la escuela.


-Ohh... emm.. Ohhh.
-Jaja deja las maletas ahí.
Hay tanta luz que creo cegarme. La casa es enorme para él solo. Es un ático de diseño, una altura de un sexto. El salón, la cocina y el comedor está en tipo loft con los muebles y decoración en tonos negros, blancos, morados y rosas, un conjunto de diseño y modernidad, al fondo están las dos habitaciones, sus dos respectivos baños y en la esquina hay una pequeña puerta de color oro.
-Max, ¿qué es esto?
-Una puerta.
-Jaja ya, pero ¿que habitación es?
-Es el mejor sitio de la casa, abre la puerta.
Y con mucho cuidado abro la puerta.
-Oh dios mío, es un estudio.
-Sí, aquí grabo algunas pistas o paso el tiempo cuando me aburro.
Me acerco a una foto de la pared que tiene dentro del estudio. Cinco chicos sonrientes subidos a un escenario. No puedo reprimir un suspiro.
-¿Este es tu grupo no?
-Ajá, "The Wanted" Chloe, Chloe "The Wanted". ¿Y esa carita de pena?
-No sé, me gustan las boy-bands.
-Pues hay una nueva que se ha creado en "The X Factor"...
-...One Direction?
-Ajá, ¿los conoces?
-Bueno uno de ellos, es mi novio...- Se me corta la voz de repente. Las mejillas se me enrojecen, el corazón me sigue latiendo como el primer día cada vez que pienso en él. Ojalá estuviera aquí.
-Ay va, ¿en serio? ¿El rubio? No, ¿el de rizos? No, seguro que es el que tiene raíces asiáticas, ese chico tiene mucho estilo. Uy te están llamando.
-Como se nota que eres gay.- Digo sonriente saliendo del estudio con el móvil en mano.
-Perdona cielo, todos tenemos un fashion-victim en nuestro interior.- Salgo a la terraza que da a toda la calle y cojo el móvil.
-¿Sí?
-No, sí no, ¿dónde estás?- Dice una voz histérica.
-Ay va, hola Louis.
-¿Cómo que "ay va, hola Louis"? ¿No me tienes guardado en los contactos?
-Sí, pero no he mirado al móvil cuando lo he cogido. ¿Qué te pasa? Te noto muy nervioso.
-Llevo todo el día mandándote mensajes y no me contestas.
-Lo siento no he cogido el teléfono. Estoy liada.
-Liada, liada huyendo de ciudad. Liada huyendo de tu vida, dejando todo atrás y sin decirme nada a mí.- Y pum, me pilló.- He estado hablando con Andy,- Baja el volumen de su voz y se tranquiliza un poco. Su respiración está descompasada y conociéndole sé que estará cerrando los ojos intentando relajarse.-, ¿estás bien? ¿Por qué no me llamaste? Sabes que hubiera ido corriendo a por ti, a partirle la cara a esos gilipollas, cielo por ti haría lo que fuera, pero tienes que contar conmigo.
El corazón me late fuera de lo normal, me entran unos sudores fríos. Haría todo por mí, pero no se da cuenta de que yo he hecho esto por él.
-Lo sé, por eso no te llamé, porque estás tan loco que serías capaz de irte del concurso solo por venir a ayudarme.
-No soy tan idiota de dejarte tirada si lo sé. ¿Por que no me llamaste?
-Porque te conozco Louis, porque vendrías a buscarme, dejarías todo de lado solo por mí, y te quiero demasiado como para permitirlo. Que estés donde estés es todo un privilegio y seamos sinceros, es tu única oportunidad para vivir de tu sueño, así que qué debo hacer yo, ¿dejarte cometer la estupidez de abandonarlo todo por una tontería mía?
-Cielo, no es una tontería, esto es un problema demasiado grave.
-Lo sé, pero soy capaz de afrontarlo sola.
-Chloe por favor, quieres dejar de hacerte la fuerte, de que puedes con todo. Llevas toda tu vida haciéndote la fuerte y cielo, eres débil, eres una pequeña niña que necesita dejarse querer, dejarse llevar y no vivir siempre en tensión cargando con millones de problemas.
-Louis lo siento pero esta es mi vida, es como me ha tocado ser. Aquí o te crees fuerte o te comen.
-Pues a ti te han comido.- El silencio se hace entre los dos y yo solo dejo caer un pequeño suspiro. Me han vencido.- Hemos venido todos a Doncaster, si sigues la competición este año sabes que estamos en las semifinales y venimos a nuestro lugar de origen a actuar y a hacer marketing para que nos voten.- Asiento y sigue.- Bueno he venido a buscarte a casa y me he encontrado con Andy y me ha contado todo. 
-Me lo suponía, esta chica no puede guardar secretos.
-Cielo, entre nosotros no hay secretos. Y por lo que veo ya no hay confianza.´
Tras unos momentos de confusión, reacciono y le respondo.
-Louis me sentía totalmente impotente, no podía hablar con nadie de esto, y menos podía relacionarme con ningún hombre, tengo una fuerte confusión mental en estos momentos pues imagínate antes. Solo me dejé llevar por mis impulsos y...
-...te largaste de Doncaster sin consultar a nadie.
-¿Qué querías que hiciera? ¿Que me quedará viviendo en aquella casa con todos los recuerdos? Si me quedaba dos minutos más allí me suicidaba, y aún tengo unas pocas ganas de vivir y aprovechar mi vida.
-Pero por eso me tienes a mí, si lo hubiéramos hablado sabes que te podías ir a mi casa sin problema alguno, mi madre y las niñas te adoran y eres casi parte de la familia, podrías quedarte allí hasta que miraras algo, no "dejarte llevar por tus impulsos".
-No quiero vivir de acoplada. Louis, déjalo, estamos discutiendo después de no hablarnos por días, ¿eso está bien?
-¿Estás bien?
-Sí, supongo. Tengo trabajo y casa. Vale no estoy bien, pero de aquí a un tiempo lo estaré.
-La distancia nos ha matado.
-Lo sé.
-¿Qué hacemos?- Dice con un tono preocupado.
-Darnos un tiempo. Tú vive tu sueño sin preocupaciones, intenta ganar, yo sé que podéis. Y yo, bueno, empezaré a vivir mi vida compaginándola con la danza.
-No sé que decirte.
-Sé feliz, dale muchos besos a las niñas de mi parte y a tu madre. Te votaré, lo prometo.
-Gracias.
-Adiós.
-Te qu...- Y cuelgo.
Nueva vida, nuevas costumbres. Me armo de valor y miro al horizonte.
<<Tranquila, todo irá a mejor. Todo irá a mejor>>- Me intento convencer.

Fin del capítulo
________________________________________
Hola!
Bueno pues terminó el capítulo aquí. ¿Qué pensáis? Damos la bienvenida a Max jaja eso sé que no os lo esperabais. Comentadme hoy anda, que os contesto, y me hace mucha ilusión leeros.
Ya hemos llegado a las 17.000 en serio, me hacéis muy feliz.
Bueno nos leemos en el siguiente cap. Os quiero Xx